El II Encuentro Obrero Europeo llama desde Ginebra a la acción unida contra la "Constitución Europea"
"El proyecto de Constitución Europea es contradictorio con la democracia"

Rebelión

El 21 de septiembre del 2003 se reunió en París el I Encuentro Obrero Europeo y decidió poner en marcha un llamamiento contra la "Constitución Europea". Este año, a propuesta de sindicalistas y militantes del Partido Socialista Suizo se ha realizado un II Encuentro en Ginebra, el pasado 12 de junio. A este Encuentro asistieron delegados de 11 países, entre ellos a 8 del Estado español. Llamamos a todos los que estén de acuerdo en oponerse a la ofensiva impulsada desde los entresijos de la Unión Europea a que se sumen al llamamiento incluido a continuación y a que colaboren en la extensión y desarrollo de esta iniciativa.

La Constitución que quiere dotarse la Unión Europea es una amenaza adicional contra nuestros derechos, nuestras libertades democráticas y la soberanía de las naciones

Constatamos que año tras año, en todos los países, la política impulsada por la Unión Europea mediante las directivas, los tratados, las políticas dictadas por la Comisión, conduce a una creciente destrucción de nuestros derechos sociales, de nuestros servicios públicos e incluso de nuestros derechos democráticos.

De las medidas contra los parados hasta las amenazas contra el término de la vida laboral, de los ataques a la Seguridad Social hasta el peligro de privatización de todos los servicios públicos, lo que se conoce como Estado de Bienestar está cuestionado por exigencia de la Unión Europea, en todas partes, tanto en los países que ya eran miembros de ella como en los que acaban de incorporarse el 1 de mayo de 2004.

Idéntica situación hallamos en los países de Europa que no son miembros de la Unión Europea, sean o no candidatos a la adhesión. En todos ellos se amenazan o destruyen los derechos y garantías sociales, incluso las más modestas, porque todos los gobiernos se apoyan en la política de "liberalización" y recortes sociales impulsada por la Unión Europea para imponerla en los respectivos países, como estamos viendo en Rusia con el ataque a los derechos en materia de vivienda.

Con motivo de la ampliación de la Unión Europea, asistimos a una aceleración de esta política de destrucción social. Así sucede, por ejemplo, con el proyecto de directiva Bolkenstein sobre los servicios en el mercado interior, que permitiría que una empresa de servicios escape a todas las normas y reglamentaciones de los países en los que se establezca. En todas partes se desarrolla deliberadamente una política destinada a que los trabajadores de toda Europa compitan entre ellos, para destruir en todas partes el empleo, las conquistas sociales, los servicios públicos, en perjuicio de todos los trabajadores, tanto si viven en los "antiguos" como en los "nuevos" miembros de la Unión Europea.

Pongamos sólo algunos ejemplos:
* La Constitución Europea se opone a que se pongan en tela de juicio los tratados antisociales ya existentes (como el de Maastricht) pues incluye esta política en su capítulo III.
* «El proyecto de texto constitucional borra literalmente del derecho europeo la noción de servicio público, que tan necesaria resulta. La sustituye por la nueva expresión "servicios de interés general". (…) El proyecto la emprende no sólo con el nombre de los servicios públicos sino con su propia estructura. Esos ataques son de dos tipos:
(1) El tratado convierte la competencia en un principio absoluto, lo que naturalmente excluye todo monopolio, ahora bien la rentabilidad de muchos servicios públicos descansa en la existencia de un monopolio.
2) el tratado prohíbe también todas las ayudas estatales, que por naturaleza van contra la competencia. Este doble ataque estrangula literalmente los servicios públicos (…)» (Entrevista al eurodiputado del PS Jean-Maurice Dehousse, que votó contra el proyecto de Constitución Europea.)
* La Constitución Europea de la que quiere dotarse la Unión Europea es una amenaza adicional a nuestros derechos y a nuestras libertades democráticas. Subordina completamente las instituciones nacionales existentes a la Unión Europea y a sus instituciones. Extiende el campo de los temas que se deciden por mayoría cualificada, y no por unanimidad. Quedan realmente en entredicho la democracia y la soberanía popular.
* Con la ampliación de la Unión Europea, asistimos a una aceleración de la desindustrialización (minas, astilleros, siderurgia, automóvil, empresas de transporte) y de la deslocalización de empresas, que golpea a los trabajadores de todas las naciones, tanto las que pertenecen a la Unión Europea desde el principio como las que acaban de entrar.

En varios países de Europa tiene lugar en este momento una movilización contra la directiva Bolkenstein, que amenaza, en particular, los servicios públicos. Compartimos la opinión del eurodiputado socialista Jean-Maurice Dehousse, que afirma que «Lo que hemos hecho hasta ahora en relación con la directiva Bolkenstein ha tenido como resultado convertirla en un ‘tema delicado’, como reconocen las instancias oficiales. Por tanto, hay que continuar la lucha y extenderla al proyecto de tratado constitucional, ya que ¿de qué serviría aplastar el huevo de la serpiente si la máquina de ponerlos queda intacta?

Si se aprobase la Constitución Europea…
se opondría a la implantación de una política social
Esta Constitución, si la ratifican los 25 países de la Unión Europea, daría carácter "constitucional" a todos los tratados ya existentes que están en la base de la política de destrucción social a la que se oponen los trabajadores, los beneficiarios de prestaciones sociales y sus sindicatos. Como sólo podría modificarse por unanimidad de los estados miembros, la Constitución Europea impondría una sola política: la de una economía de mercado "altamente competitiva" en nombre de la cual habría que desmantelar todo el Estado de Bienestar y sacrificar todas las conquistas sociales. Con ello quedaría en tela de juicio la democracia, ya que esa supuesta Constitución impediría en lo sucesivo cualquiercualquier opción política y cualquier política social.

Si la próxima cumbre europea aprueba este proyecto de "tratado constitucional", se convertirá en una amenaza inmediata para los derechos sociales y para las organizaciones sindicales, cuya existencia está ligada a esos derechos.

Estimamos que la aprobación del "tratado constitucional" por la cumbre europea pondría de inmediato a la orden del día la movilización contra esta supuesta "Constitución" en toda Europa, contra la ratificación de esa "Constitución" por todos los países miembros de la Unión Europea.

Este "tratado constitucional" es un instrumento al servicio de la patronal y de las multinacionales, contra los derechos de los trabajadores. Por ello hace falta la más amplia unidad de todas las organizaciones de los trabajadores, sindicales y políticas, de toda Europa, para combatirlo e impedir que sea ratificado. Estamos en una encrucijada histórica. Nos jugamos todas las conquistas que permiten que la clase obrera viva y garantice un futuro a sus hijos.

Nos jugamos la democracia. Llamamos a desarrollar la campaña más amplia entre los trabajadores y sus organizaciones para explicar el contenido de este proyecto destructivo a fin de emprender la lucha por el no a la Constitución Europea.



Primeros firmantes:

Alemania: H.-W. Schuster, Ver.di, presidente AfA Düsseldorf; Karl Heinz Gerhold, Ver.di, presidente AfA Halle; Klaus Schüller, SPD, miembro de la comisión obrera del SPD;H. Becker, GEW, dirección Francfort
Bélgica: Paul Wattiez, delegado del comité por el No a la Constitución Europea; Henri-Jean Ruttiens, sindicalista; Philippe Larsimont, coordinadorr del Movimiento de Defensa de los Trabajadores;Roberto Giarrocco, indicalista, ex representante de las Juventudes Socialistas en el Buró Nacional del PS
España: Koldo Méndez, concejal, PSE-EE-PSOE, Vizcaya; José Manuel Toledo, concejal, PSE-EE-PSOE, Vizcaya; Gumersindo Benítez, sindicalista UGT Transporte; Roberto Tornamira y Alberto de Miguel, del Colectivo por el Socialismo Obrero de Madrid; Jesús Bejar, sindicalista, Comisiones Obreras, Madrid; Rafael Aguilera, sindicalista UGT Función Pública, Barcelona; Rafael Palmer, vicepresidente de AMDDEM-Praxis Médica en nombre de esta asociación.
Francia: Luc Lamy, sindicalista Transportes París; Marie-Claude Schidlower, Comisión de Mujeres del Acuerdo Internacional de los Trabajadores y de los Pueblos; Marie-Edmonde Brunet, sindicalista profesora; Michèle Simonnin, sindicalista; Didier Zeau, sindicalista profesor; Franck Arnold, Partido de los Trabajadores; Georges Hoffmann, Réflexions; Jacques Paris, sindicalista profesor;Gérard Schivardi, alcalde de Mailhac, Consejero General del cantón de Ginestas (Aude); François Grasa, sindicalista ferroviario;Clarisse Delalondre, sindicalista EDF; Jean-Charles Marquiset, Manifiesto de los 500; Véronique Pépers, sindicalista; Aimé Savy, sindicalista y teniente de alcaldesa MRC de Ivry; François Chaintron, sindicalista; Olivier Doriane, Acuerdo Internacional de los Trabajadores y de los Pueblos; Daniel Gluckstein, coordinador del Acuerdo Internacional de los Trabajadores y de los Pueblos; Dominique Vincenot, Acuerdo Internacional de los Trabajadores y de los Pueblos; Jean Pierre Barrois, Acuerdo Internacional de los Trabajadores y de los Pueblos; Guadalupe: Raymond Gauthierot, en nombre del Consejo Sindical de la UGTG
Gran Bretaña: Stefan Cholewka, miembro del TGWU, director de The Link; (a título personal) Charlie Charalambus, presidente de la Unión Local del TUC de Torbay, presidente de la sección TGWU del Devon Sur; Steve Burke, miembro del GMB, responsable de juventud de la sección del Labour Party de Rochdale; Tony Richardson, miembro del BFAWU, presidente de la Unión Local del TUC de Wakefield; Christine Taylor, miembro del TGWU, responsable de mujeres de la sección del Labour Party de Rochdale
Italia: Lorenzo Varaldo, delegado sindical UIL enseñanza Turín; Rita Defeudis, sindicalista profesora, CISL escuela Magenta Milán; Antonella Chieffa, delegada sindical CISL enseñanza Magenta Milán;
Serbia: Pavlusko Imsirovic, Alianza Política Obrera; Yacim Milunovic, sindicalista Sindicato Nezavisnost (alimentación, agroalimentario,hostelería, turismo
Suiza: Sylviane Herranz, periodista; Michel Gindrat, UCPO; Max Robert, sindicalista, enseñanza; Daniel Hofer, miembro del PSS; Alexandre Anor, miembro del Partido Socialista; Catherine Anor, afiliada SSP; Jacques Robert, sindicalista Ginebra; Michel Guillot, sindicalista; Graziano Pestoni, diputado del PS Tessino y responsable sindical SSP; Françoise Schenk Gottret, diputada en el Gran Consejo de Ginebra; Luc Deley, miembro del PS, sindicalista, Ginebra; Rudi Jaussi, sindicalista, SSP, militante PSS; Simone Girodo, sindicalista servicios públicos SSP, miembro del PS; Alain Charbonnier, diputado PS, Ginebra
República Checa: Jan Tesar, redactor del boletín de Acuerdo Internacional de los Trabajadores y de los Pueblos.
Turquía: Pinar Erol, sindicalista aviación
Ucrania: Vitaly Kulik, Unión Borotba; Andrei Mishyn, Unión Borotba.