CC.OO. DENUNCIA LAS GRAVES CONSECUENCIAS ECOLÓGICAS DE LOS BOMBARDEOS A INDUSTRIAS DE YUGOSLAVIA

- NOTA DE PRENSA -

Pese a lo que se intenta hacer creer a la opinión pública, es imposible una “guerra limpia”. Las consecuencias para la salud pública y el medio ambiente de los bombardeos de la OTAN contra instalaciones industriales en territorio yugoslavo serán devastadoras; y afectarán tanto a la población serbia como a la población albano-kosovar (cuando ésta pueda regresar a sus hogares) durante mucho tiempo en el futuro. Por añadidura, la contaminación producida por los ataques no respeta fronteras, y acabará afectando también a los países vecinos.

La noche del 15 de abril de 1999, aviones de la OTAN en operación regular bombardearon el complejo petroquímico de Pancevo. Según han informado a través de internet trabajadores de las instalaciones y colectivos ecopacifistas de la zona, los ataques dañaron gravemente la planta de monómero de cloruro de vinilo (precursor de PVC) y la de etileno; las explosiones e incendios provocadas por los bombardeos dañaron además la planta de cloro-álcali y la de PVC, así como numerosas viviendas y edificios civiles de la zona.

Las concentraciones de monómero de cloruro de vinilo (sustancia altamente tóxica y cancerígena) en la atmósfera superaron en 10.600 veces los límites admisibles. En el incendio resultante se formaron numerosos gases tóxicos, como el fosgeno. Se vertieron grandes cantidades de hidrocarburos al Danubio. Sólo un tremendo esfuerzo de los trabajadores en los días previos al ataque hizo posible el vaciado de los grandes depósitos de cloro y amoníaco: si éstos también se hubiesen visto afectados hubieran podido morir miles de personas.

El ataque a Pancevo hirió gravemente a unas cincuenta personas y liberó al medio ambiente sustancias que causarán cientos de muertes por leucemia y otros tipos de cáncer en años venideros, además de dañar gravemente los ecosistemas de la zona. Éstas son las consecuencias perfectamente previsibles –y previstas—de la guerra.

Madrid, 29 de abril de 1999.
Departamento Confederal de Medio Ambiente de CC.OO.