ALTO A LOS BOMBARDEOS. AUTODETERMINACION

No aceptamos  falsos dilemas:

¿Apoyar la intervención de la OTAN o apoyar la politica reaccionaria del poder serbio en Kosovo?. Los ataques de la OTAN imponiendo la retirada de las fuerzas de la OSCE de Kosovo han falicitado  y no impedido una ofensiva por tierra de las fuerzas paramilitares serbias;  han animado lo peor del revanchismo ultranacinalista serbio contra la población kosovar; consolidan el poder dictadorial de Slobodan Milosevic que ha laminado los medios de expresión independientes y aglutinado en torno suyo un consenso nacional que es necesario romper para abrir la via de la negociación politica y pacifica en Kosovo.

¿Aceptar como única base de una posible negociación el "plan de paz" elaborado por los Gobiernos de los Estados Unidos y de la Unión Europea o bombardear Serbia? Ninguna solución duradera puede ser impuesta por la fuerza desde el exterior a un conflicto politico interno a un Estado. No es verdad que "se ha intentado todo" para encontrar una solución y un marco aceptable para la negociación. Se ha forzado a los negociadores  kosovares a firmar un plan que inicialmente rechazaron haciéndoles creer que la OTAN se iba implicar sobre el terreno para defender su causa. Es una mentira que se asienta sobre una ilusión total: ninguno de los gobiernos que apoyan los ataques de la OTAN quiere enfrentarse con el poder serbio para imponer la independencia de Kosovo. Los bombardeos debilitarán quizás una parte del dispositivo militar serbio pero no van a hacer disminuir los tiros de morteros que destruyen las casa albanesas, ni a las fuerzas paramilitares que están ejecutando a los militantes de la UCK (Ejercito de liberación de Kosovo).

La Otan no era el único ni sobre todo el mejor punto de apoyo para un acuerdo. S e podían haber encontrado las condiciones parara una policía multinacional (compuesta sobre todo de serbios y albaneses) en el marco de la OSCE para poner en pie un acuerdo transitorio. Se podía, sobre todo, ampliar el marco de la negociación a los Estado balcánicos debilitados por el conflicto: Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Albania... Se podía al mismo tiempo defender el derecho de los kosovares al autogobierno de la provincia y  la protección de las minorías serbias en Kosovo; se podía haber tratadp de responder a las aspiraciones y a los temores de los diferentes pueblos implicados con lazos de cooperación y acuerdos entre Estados vecinos, con Serbia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Albania... Nada de eso se ha intentado.

No aceptamos los argumentos que pretenden legitimar la intervención de la OTAN:
 -No es cierto que los ataques de la OTAN vayan a impedir una extensión del conflicto a la región, en Macedonia o en Bosnia-Herzegovina: al contrario, van a alimentarlo. Van a debilitar a Bosnia-Herzegovina y amenazar sin duda a las fuerzas multinacionales encargadas de aplicar los frágiles acuerdos de Dayton. Están afectando ya a Macedonia.
 -No es cierto que la OTAN proteja a las poblaciones kosovares ni sus derechos.
 -No es cierto que los bombardeos a Serbia abran la vía a un régimen democrático en Serbia.

Los gobiernos de la Unión Europea y de Estados Unidos quizás han esperado que esta demostración de fuerza forzaría la firma del plan por Slobodan Milosevic. ¿Son ingenuos o hipócritas? En todo caso, esa política conduce no sólo a un impasse político sino también a una legitimación del papel de la OTAN fuera de todo marco internacional de control.

Por esas razones pedimos:
 -el cese inmediato de los bombardeos
 -la organización de una Conferencia balcánica en la que participen los representantes de los Estados y de todas las comunidades nacionales de esos Estados
 -la defensa del principio del derecho de los pueblos a la autodeterminación, con la única condición de que ese derecho no se realice a expensas de otro pueblo o mediante la limpieza étnica de territorios
 -un debate en el Parlamento sobre el futuro de la participación de Francia en la OTAN.

Pierre BOURDIEU, Pauline BOUTRON, Suzanne de BRUNHOFF, Noëlle BURGI-GOLUB, Jean-Christophe CHAUMERON, Thomas COUTROT, Daniel BENSAID, Daniel DURANT, Robin FOOT, Ana-Maria GALANO, Philip GOLUB, Michel HUSSON, Paul JACQUIN, Marcel-Francis KAHN, Bernard LANGLOIS, Ariane LANTZ, Pierre LANTZ, Florence LEFRESNE, Catherine LEVY, Jean-Philippe MILESY, Patrick MONY, Aline PAILLER, Catherine SAMARY, Rolande TREMPE, Pierre VIDAL-NAQUET

Nota: Este llamamiento ha sido publicado en el diario "Le Monde" el 31 de marzo de 1999.