LA LIGEREZA DEL CINISMO
(Publicado en el FERAL TRIBUNE, Split - Croacia)

Slavenka DRAKULIC (1)

Los periodistas informan de que las dianas están de moda. Grandes dianas, impresas sobre camisetas, o pequeñas, como pins, que se llevan en la solapa. En un breve lapso de tiempo, los serbios han impuesto esta diana como su marca registrada, un símbolo bajo el cual con decisión, valor y unidad resisten a todo el mundo. Portando estas dianas, ellos se convierten en un blanco vivo, con lo que hacen saber a todos que las bombas de la OTAN están destinadas a personas, por mucho que los políticos occidentales sostengan que no es así. Y claro, a fin de facilitarles el trabajo, ellos solos se ponen la diana, para que les disparen, a ellos, pacíficos ciudadanos de un pequeño país injustamente atacado.

 Esas personas no vacilan ni siquiera en convertir a sus hijos en blancos vivos. La revista Time publicó la fotografía de una niña con una chaqueta roja y un papel con círculos concéntricos en las manos. La niña no cogió esta diana sola, alguien se la puso en las manos. Y ese alguien, padre, madre, maestro, vecino, juega con el simbolismo de la diana de un modo extraordinariamente cínico. Ser ciudadano de Serbia y colocar esta señal sobre un niño, es decir, un ser humano verdaderamente inocente, significa actuar de manera extremadamente cínica.

 Todos recordamos imágenes similares de Sarajevo, de hace un par de años, imágenes en las cuales se ven niños como la pequeña de Belgrado. Pero estos niños no llevaban una diana: ellos eran la diana. En las fotografías e imágenes que recordamos esos niños están muertos o heridos por un francotirador o una granada. El año pasado la CNN presentó un documental sobre una niña sarajevita, que bailaba divinamente. En el documental su madre enseña su pequeña indumentaria de baile, su bolsito, sus zapatos. Después de Sarajevo, donde los niños eran blanco, para ninguna persona normal es posible
utilizar la diana de esta manera. A excepción, claro está, de un sistema de valores trastocados y vueltos al revés: el imperio autista de Serbia.
 

(1) Slavenka DRAKULIC es periodista croata