CONTRA LA GUERRA JURIDICAMENTE INMORAL
Instituto Gramsci. Instituto Goethe

Llamamiento contra la guerra presentado en Turín en el encuentro “El constitucionalismo entre los Derechos Humanos y los Derechos de la Minorias”

Los bombardeos de la OTAN sobre Serbia y el Kosovo han provocado efectos diametralmente opuestos a la finalidad con la que se habían justificado. Además de causar centenares de víctimas entre la población
serbia, han provocado un recrudecimiento de los estragos sobre la población por la acción de las tropas terroristas de Milosevic. No se puede pensar que nuevos bombardeos y nuevos estragos hagan posible el objetivo y no exasperen los sentimientos nacionalistas, alimentando el odio y la violencia, reforzando el poder y la voluntad de represalias de Milosevic.

Esta evidente incongruencia respeto a los fines humanitarios declarados hace a los bombardeos como moralmente insensatos y políticamente ilegítimos. La racionalidad de un acción se mide efectivamente por su congruencia con los fines que  esa acción pretende alcanzar. Si esta acción,  además de los sufrimientos y de la devastación  que produce, no solo no es idónea sino incluso contraria a los nobles
objetivos declarados,  entonces esta acción es irracional e irresponsable. En general, y más aún en política, la ética que debe prevalecer no es la de las intenciones sino la de la responsabilidad, no la de los
fines perseguidos sino la de los efectos provocados. Continuar en el trágico error cuando estos efectos se han manifestado quiere decir que se pasa de la irresponsabilidad a la corresponsabilidad

Por otro lado, la incongurencia de los efectos a conseguir respecto a las intenciones declaradas es el trágico reflejo de la irresponsabilidad jurídica en el transcurso de la guerra y  la define como
inadecuada para garantizar los Derechos Humanos. El ataque aéreo de la OTAN viola en efecto todas las normas, internacionales y constitucionales, de la convivencia civil que se han creado. Reglas racionales para garantizar y reducir al mínimo la violencia  sobre la negociación como son: la Carta de las Naciones Unidas que prohibe la guerra como ilícita. Previendo contra las amenazas a la paz otras medidas coercitivas, con un control de la fuerza por el Consejo de Seguridad, el Tratado de la OTAN, que da a la Alianza fines solo defensivos, el Estatuto de la Corte Penal Internacional aprobado el año pasado en Roma que declara la “agresión” como delito, en fin la Constitución italiana, que repudia la guerra como
medio de solucionar las controversias internacionales. Resulta comprometido el lento y difícil proceso de construcción de un Orden Mundial fundado sobre la supremacía del derecho y la credibilidad futura de todo el derecho internacional.

A pesar de la responsabilidad criminal del actual gobierno serbio en la tragedia del Kosovo, los bombardeos dela OTAN no están amparado por ninguna justificación, ni desde el punto de vista  jurídico,
ni del moral, ni de la racionalidad. Por esto pedimos que la OTAN ponga fin a su intervención, que las iniciativas de paz vengan restituidas por las NN.UU. y que el gobierno italiano ampare una solución
pacífica del conflicto que considere a todos los pueblos afectados.

Firmado  Michelangelo Bovero, Luigi Ferrajoli, Letizia Gianformaggio, Ermanno Vitale, Danilo Zolo, Nené  Corulli, Francesca Chiappara, Roberto Borghese, Mariangela Ariotti, Paola Ferrero, Paolo Comanducci, Luca Baccelli, Marco Revelli, Luigi Bonanate, Giuliana Turroni, Luisa Ortalda, Inge Schrader, Fabrizio Francese, Manuela Beltramo, Delia Frigessi, Valentina Paze, Laura Operti, Cesare Pianciola, Anna Santarello Silvestro, Elsa Boni, Lorenzo Cordova, Anna Loretoni, Tamar Pitch, Antonietta Di Blase, Jean Pierre Berardo, Paolo Di Lucia, Pino Ferraris, Alberto Filippi, Pier Luigi Falaschi, Felice Mercogliano, Paolo Pastori, Paolo Ramaccioni