Resolución sobre la guerra en Yugoslavia
(Asociaciones de vecinos de Gijón)

Ante la situación creada en Europa por la guerra que ha originado la intervención de la OTAN, la cual ocasiona una desestabilización en este continente, que nos coloca ante la posibilidad de sumergirnos en una nueva confrontación armada de dimensiones imprevisibles, consideramos necesarias las siguientes reflexiones:

La OTAN que desde su constitución ha cumplido principalmente las funciones de control político y militar en su ámbito de actuación, se ha convertido en el brazo de ejecutor de su plena hegemonía militar y económica occidental, adecuándose al nuevo orden monopolar hegemonizado en el plano militar por EE.UU., convertido en el único gendarme mundial.

En este marco global, la OTAN actual esta destinada a jugar un papel fundamental como instrumento militar de garantía de ese orden.  La globalización militar tiene su origen y está al servicio de las pretensiones occidentales, principalmente las estadounidenses.  La prueba está en que su papel militar, lejos de atenuarse con el fin de la Guerra Fría, ha crecido en importancia hasta el punto de rebasar los límites que se habían fijado en su creación.

La OTAN está adoptando decisiones que suponen un paso atrás de la civilización, un paso hacia la militarización de la seguridad en un mundo que demanda con urgencuia su desmilitarización a favor de conceptos nuevos como el de Seguridad Humana, Seguridad Compartida, sin bloques militares, sin arsenales de armas de destrucción masiva, reduciendo ejércitos nacionales y el gasto militar mundial.

Lo que provoca inseguridad hoy en el mundo es el hambre (40 millones de personas mueres anualmente), la pobreza, la falta de asistencia sanitaria, de agua potable, la violencia étnica, la represión política, los riesgos para el medio ambiente, la eliminación de empleos, la desprotección social, el arsenal de destrucción masiva

La respuesta a estas inseguridades no puede venir de una Alianza Militar que gasta anualmente 465.000 millones de dólares de los 794.000 que suponen todo el gasto militar del planeta.

A estas inseguridades no se le puede anteponer un contingente armado y un arsenal nuclear dispuesto a ser utilizado.

A esas inseguridades no se puede contestar incrementando el gasto de defensa (caso de nuestro país) o permitiendo la exportaciòn de armamento y material de doble uso a países que violan los derechos humanos, casos de Marruecos, Turquía, entre otros, sistemáticamente.

Vistas las anteriores consideraciones, pensamos que es necesario el demandar del Gobierno de nuestro País el cese de su colaboración en la guerra que asola Yugoslavia y que la hoy colaboración bélica, se transforme en ayuda humanitaria solidaria.