Otra guerra. Nuevas mentiras, viejas excusas: Milosevic, el malvado; los serbios exacerbados por un nacionalismo estúpido; los kosovares, las víctimas, y la OTAN, los buenos de la película.

Nos llegan las imágenes de miles de desplazados, de destrucción, de tragedias humanas. Pero en sus salones, ricos celebran que suben las acciones en sus fábricas de armas, Yugoeslavia está siendo destruida en su potencial económico y ya no hará sombra a la economía alemana ni a la occidental, será un satélite de la Comunidad Europea.

También hemos visto a militarotes hablando de sus estrategias criminales, jugando a la guerra con sus jueguitos de miles de millones, asesinando, destruyendo y demostrando como actúa el brazo armado del capital (OTAN)

Pero quienes sufren las consecuencias son las mismas víctimas de cualquier guerra: el pueblo kosovar, el pueblo serbio, los más humildes, la clase trabajadora. Ellos, nosotros, somos las víctimas, los que perdemos nuestras casas, trabajo, somos desplazados, donde las mujeres son violadas, pasamos hambre, sufrimos enfermedades (epidemias) y siendo obligados a luchar y a matar, en beneficio de los poderosos, los ambiciosos, los que sí tienen algo que ganar. Esta guerra, es como todas, la lucha por unos intereses económicos, promovida por el capitalismo, en su propio beneficio, las excusas son cortinas de humo o mentiras en el ejercicio manipulador.

En primer lugar, si querían proteger al pueblo kosovoar, ¿por qué han esperado tanto?

En segundo lugar, nos preguntamos, ¿Qué pasa con el pueblo kurdo? El régimen turco lleva décadas mascrándolo, ¿por qué la OTAN no bombardea Turquía y otros lugares de este planeta donde se pisotean a diario los derechos de sus habitantes?

Desde la CNT nos solidarizamos con el pueblo trabajador kosovar y serbio, y exigimos la retirada de todas las fuerzas militares y paramilitares. Que sea el pueblo quien decida cómo resolver sus problemas.