CONTRA EL ATAQUE DE LA OTAN. CONTRA LOS MILITARISTAS DE EUROPA Y LOS BALCANES.
LA GUERRA NUNCA ES LA SOLUCION
El movimiento antimilitarista
lleva años llamando la atención sobre la situación
de Kosova, prediciendo lo que podría ocurrir, pero con escaso eco;
los medios de comunicación occidentales, fieles a la ideología
de sus amos, sólo consideran noticia lo que entra en sus esquemas
militaristas: la resistencia noviolenta de un pueblo durante ocho años
no es digna de su atención. ¿Tampoco se ocuparán de
Montenegro
hasta que se produzca una guerra
abierta con el suficiente morbo?
El rechazo a las masacres realizadas
por ejército y la policía de Serbia en los últimos
12 meses no debe hacernos olvidar que hace ya diez años que
Milosevic había establecido
un criminal régimen de apartheid en Kosova. En todos estos años
l@s kosovares se han encontrado con el olvido y el desprecio de la denominada
comunidad internacional a su
estrategia de resistencia civil
noviolenta. Por ello, justificar ahora los bombardeos de la OTAN invocando
la defensa de los derechos humanos y la necesidad de aliviar el sufrimiento
de la población (como han hecho el presidente español José
María Aznar y el Secretario General de esa Organización,
Javier Solana) es una muestra de cinismo que raya en la apología
del crimen de guerra. La guerra es un crimen contra la humanidad y lo que
más ha alentado el conflicto en ese rincón de los Balcanes
ha sido precisamente
el desprecio de Occidente a las
continuas violaciones de los derechos humanos más fundamentales
por parte del gobierno serbio en la zona. Cuando más útil
era el apoyo internacional no militar nada se hizo.
Los hechos están demostrando
que, con la escalada militar de la OTAN, se ha dado a Milosevic la excusa
que estaba esperando para, ya sin los escasos observadores internacionales
y habiendo recibido el "castigo" internacional por adelantado, acelerar
la limpieza étnica y las matanzas y exacerbar la
barbarie en Kosova, mientras
el régimen militarista incrementa la represión en Serbia,
especialmente contra los grupos de oposición a la guerra. Los hechos
también demuestran que Milosevic y la OTAN se
encuentran cómodos manejando
los mismos procedimientos: la guerra y la desolación. Y es
que la guerra es un gran negocio para los vendedores de armamento,
que utilizan los conflictos como escaparate para dar publicidad "comercial"
a sus últimas novedades destinadas a la muerte y la destrucción.
Centenares de miles de personas desplazadas en los últimos días
demuestran que la población albano-kosovar ve ahora incrementados
los desmanes genocidas del dictador Milosevic, gracias a la sinrazón
de la OTAN, que ha roto sin más contemplaciones cualquier vía
de acuerdo o de
contención del conflicto.
Esto último nos debe hacer recordar que, sin embargo, en los acuerdos
de Dayton el conflicto kosovar fue deliberadamente ocultado, con el fin
de que los líderes occidentales, Javier Solana entre ellos, presentaran
a un genocida de la calaña de Milosevic, como un "hacedor de
la paz".
Si los bombardeos para la OTAN
eran ahora una medida inaplazable contra Serbia ¿por qué
no lo son sobre la Turquía que masacra al pueblo kurdistaní?
¿O sobre el Israel que reprime a la población
palestina? ¿O sobre la
China que persigue al pueblo tibetano? Pese a lo que argumentan los "teóricos
de la simplicidad" del palo y tentetieso, utilizar métodos peligrosos
para resolver los problemas de hoy
es agravar imprevisiblemente
los de mañana. Así, en los peores momentos de la última
década, se decía que, en algún lugar de Kosova, una
persona moría cada día víctima de la represión
del poder militarista
serbio. Luego, en 12 meses de
suicida actividad del ELK, que rompió con la estrategia de noviolencia
de la mayoría de la población, el número de víctimas
se incrementó hasta las dos mil personas, tantas como en los 7 años
anteriores. Ahora, cerrando esta espiral de pólvora y sangre del
último año, sólo en los 5 días de bombardeos
de la OTAN, se calculan en 1.000 las víctimas de la venganza militar
serbia, sin tener en cuenta los muertos civiles en Serbia, producto de
los bombardeos. En cuanto a la situación de los grupos pacifistas
y de oposición de Serbia, su situación es de altísimo
riesgo, perseguidos por el
régimen genocida serbio,
y olvidados por la comunidad internacional, empeñada en hacer de
la guerra el único recurso. Por ello exigimos a los gobiernos europeos,
y en concreto al gobierno español que tome medidas para la protección
de estas personas, y en concreto, asegure el acogimiento de los desertores
y de la totalidad de refugiad@s de guerra.
Día a día, se están
dando las condiciones necesarias para que, concluída la actividad
militar de la OTAN, la situación final alcanzada resulte, como siempre
ocurre con la guerra, mucho peor que la que se
prometía mejorar. La situación
se le ha escapado de las manos a la elite internacional, y tanto en Kosova
como en Bosnia-Herzegovina está fuera de todo control. El único
camino que no conduce al abismo es detener ahora la aventura militar, aunque
reconstruir las vías de intermediación se ha convertido en
una
misión casi imposible
por la criminalmente estúpida apuesta de la OTAN.
Zaragoza, a 30 de marzo de 1999
COA-MOC.
Colectivo de Objeción y Antimilitarismo-
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Zaragoza,50002.Tfno.976/398457
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