La guerra en Kosovo representa la "victoria estratégica"
de los contratistas de armas del Pentagono.
MANLIO DINUCCI

"Viva la muerte, viva la guerra", así saludaban en la Legión.  Así saludan
hoy los contratistas de armas del Pentagono. "Sea cual sea la conclusión
que puedan sacar los responsables militares de la OTAN en la guerra contra
Serbia -escribía el New York Times el 19 de mayo-, los fabricantes
americanos de armas están ya diciendo que el Kosovo se puede considerar
para ellos una victoria estratégica, en el campo de batalla y en el Congreso".
Lo confirmo el congresista republicano Duncan Hunter, jefe de la
subcomisión del Congreso encargada de la adquisición de armamento: "El
Kosovo ha cambiado las cosas en Washington en lo que se refiere a los
gastos de armamentos. Los congresistas que antes eran favorables a votar el
recorte del gasto militar, ahora votan por dar al sector militar cada vez
más recursos".
Entre los contratistas de armas del Pentagono se vive un clima de euforia.
La partida presupuestaria que más les interesa a ellos, la del gasto en
armamento, después de  haber llegado al punto más bajo en los años noventa
con el fin de la guerra fría, ahora esta repuntando, de los 44 mil millones
de dólares gastados en 1998, aumentará este año a por lo menos 53 mil
millones y llegará a 60 mil millones en el año 2000
El Director General de la firma Raytheon Co., fabricante de misilies, ha
comentado: "El Kosovo está demostrando lo que nosotros deciamos en su
momento. Debemos tener un gasto en armamento de 60 mil millones de dólares.
Ahora estamos en el camino correcto.  Y estamos llegando de una forma más
rapida de la que pensabamos".
Raytheon forma parte, junto a Boeing y Lockheed Martin (el primero y el
segundo entre los contratistas de armas), de la triada que hoy domina la
industria militar norteamericana. El recorte  del gasto en adquisición de
armamento en los años noventa había acelerado el proceso de concetración,
la empresa Lockheed, por ejemplo, ha comprado 26 empresas del sector.
"Los contratistas -ha explicado al  New York Times (15/3/1998)  el
contraalmirante Eugene Carroll (vicedirector del Cdi) - no deben
enfrentarse entre si por conseguir los contratos del  Pentagono. Ahora sólo
quedan unos pocos gigantes, en sus manos está la mayor parte del gasto". Se
calcula que estas tres empresas controlan el 70% del gasto militar en los
EE.UU. y, al mismo tiempo, estan creciendo en el mercado mundial.
A esto contribuye el crecimiento de la OTAN con el ingreso de países que
antes eran del  Pacto de Varsovia.
No es casual que el  lobby oficial, que desde hace años trabaja para este
fin en el 
Congreso de los EE.UU., este presidido por el Director General de la
empresa Lockheed Martin. Explica el New York Times: "se presupone de hecho
que los países que entran en la OTAN tienen necesidad de adquirir los más
modernos equipos fabricados por las empresas norteamericanas, más que basar
su armamento en empresas europeas".
Negocios de oro para el mercado de cañones que sirven para acelerar la
economía norteamericana,y cuyo sector militar es una de las partes vitales.
Lo confirma el hecho del crecimiento de  Wall Street en los últimos días,
fundamentalmente debido al impulso de las empresas contratistas de armas,
cuyas acciones desde el comienzo de la guerra han aumentado una media del 15%.
Sólo algún pero, también en los EE.UU hay 36 millones de pobres que han
visto como se recortaban 521 millones de dólares de los fondos federales
para asistencia en alimentos (The New York Times, 12/5/1999), 200.000
ancianos y minusvalidaos han visto como se ha eliminado los gastos en
terapia y rehabilitación, cuyo coste es impagable (Washington Post,
10/5/1999). Se podrán así encargar la cosntrucción de otro centenar de
misiles Tomahawks para continuar estos bombardeos que como decía Clinton
(Corriere della Sera, 18/5/1999), son una  "obligación moral".