Representantes de partidos y organismos como HB, IU, Zutik, IPES, Gasteizkoak, LAB, STEE-EILAS, ESK, SOS Balkanes y Komite Internazionalistak, así como personalidades del mundo de la cultura y la universidad han impulsado un manifiesto contra la guerra y en solidaridad con los pueblos kosovar y serbio. El manifiesto afirma que "la población de Kosovo lleva desde 1989 siendo víctima de una política represiva por parte del Gobierno serbio que niega los más mínimos derechos humanos y democráticos a la inmensa mayoría de la población y llevando a cabo una clara política de limpieza étnica del territorio de forma planificada".

"El pueblo de Serbia es víctima por un lado de la política autoritaria de un Gobierno que recurre a la exaltación de un nacionalismo reaccionario y xenófobo y del militarismo para ocultar los graves problemas de déficit democrático, y por otro está siendo injusta y cruelmente sometido al bombardeo de la OTAN".

"Los bombardeos, además de ocasionar muerte y destrucción, sólo refuerzan el poder de Milosevic, contribuyen al desplazamiento de cientos de miles de kosovares y sirven para desestabilizar el conjunto de la región. El único objetivo claro es la legitimación social ante la opinión pública occidental de esta alianza para la guerra recurriendo a un falso y cínico'humanitarismo'".

"Nos reafirmamos en el rechazo a la OTAN que Euskal-Herria mostró en 1986. Ni entonces ni ahora, ni en sus tristes cincuenta años de existencia la OTAN ha defendido la libertad de los pueblos y de las personas. Cualquier salida al conflicto pasa clara e inequívocamente por el derecho a la autodeterminación de la población de Kosovo. Exigimos que las personas refugiadas puedan volver a sus casas y la retirada de tropas serbias".