Managua, 2.5.98

Amig@s, les quiero enviar un articulo de la Revista ENVIO sobre la denuncia de Zoilamérica contra Daniel Ortega. Creo que han estado saliendo varias cosas al respecto fuera de Nicaragua; a mi me parece muy interesante -y creo que acertado en muchas cosas- el artículo
y el análisis que se hace en este artículo. Además esta hecho por uno de los equipos de análisis mas serios y confiables que hay en el país. Espero que les interese y que les guste. LUCAS.

(Nota: este material ha llegado a Mujeres en Red a través de Mujeres sin Fronteras.)
 
Artículo "UN TEST ÉTICO PARA UNA SOCIEDAD EN CRISIS"
(Revista ENVIO, Marzo 1998 .- selección de textos)

(*La Revista ENVIO en una publicación mensual de la Universidad Centroamericana –UCA- de Managua, cuya Jefa de redacción es María López Vigil).

1. INESPERADAS DECLARACIONES
2. LO PUBLICO Y LO PRIVADO
3. FSLN: "CERRAR FILAS"
4.EL PESO DEL SÍMBOLO POLÍTICO
5. ¿CONSPIRACIÓN, COMPLOT  Ó PROYECTO?
6. DESAFÍO A LA CULTURA MACHISTA
7. MENSAJES REVOLUCIONARIOS
8. LA REVOLUCIÓN PENDIENTE
 
 

INESPERADAS DECLARACIONES

En horas de la mañana del 3 de marzo se conoció el texto de la carta que Zoilamérica Narváez dirigía a "amigos y amigas" y, evidentemente, a toda la opinión pública, ya que la carta apareció en la publicación "Bolsa de noticias".  Las declaraciones de Zoliamérica Narváez –hasta ese día
Zoilamérica Ortega-, de 30 años, señalando el abuso sexual que desde los once años (1978) ha sufrido por parte de su padre adoptivo Daniel Ortega, estremecieron no sólo a los sandinistas, sino a toda la sociedad. El tema dominó la coyuntura. Después de ocho largos años, Nicaragua volvía a las primeras planas de los medios internacionales con esta noticia, que expresa dolorosamente la dimensión ética de la crisis del país.

Unas horas después. A mediodía, Rosario Murillo, madre de Zoilamérica y esposa de Daniel Ortega, acompañada de sus hijos y dirigentes del FSLN de varios niveles, convocó una rueda de prensa para leer en público una declaración "de la familia Ortega Murillo". A su lado, Daniel, después de una sola frase, en la que dijo que el tema era "muy sensible" y que le provocaba "indignación" el primer rumor que corrió –que dos dirigentes del FSLN, Bayardo Arce y Mónica Naltodano estaban detrás de a denuncia- escuchó en silencio mientras Rosario Murillo leía. Un silencio ambiguo, sostenido en los días siguientes a pesar de los costos políticos. ¿Prudencia o
irresponsabilidad?.

LO PUBLICO Y LO PRIVADO

Las palabras de Zoilamérica colocaron en el ámbito de lo público un problema que muchos hombres y algunas mujeres quisieran que permaneciera encerrado entre las cuatro paredes de lo privado. El abuso sexual que con niñas y adolescentes –hijas, hijastras, parientes, empleadas domésticas- cometen padres, padrastros y otros familiares, de todas las clases sociales, es una auténtica epidemia en Nicaragua. No hay un solo día en que los diarios y los informativos radiales no hablen de uno o varios casos. La sociedad se ha habituado a convivir con esta plaga.

Esta epidemia, que atraviesa en silencio a todos los estratos de la sociedad y la carcomiendo, deja desastrosas huellas en la víctima y también en la de los victimarios. No se trata de un mal privado, sino de un mal social. Es un logro el que ya, a nivel mundial, la violencia doméstica
–una de cuyas expresiones mas terribles es la violencia sexual- sea considerada como un problema de salud pública.

Que la víctima haga público el abuso sexual ayuda al tratamiento de la enfermedad. Libera a la víctima, empieza a sentenciar al victimario y a sus cómplices –aunque no se preceda por la vía judicial- y llama a la conciencia de toda la sociedad, alertando a potenciales nuevas víctimas y
acorralando a potenciales agresores.

Un importante logro del movimiento de mujeres en Nicaragua, en 1997, fue la promulgación de la Ley 230 –aún sin reglamentar-, que reforma el obsoleto Código Penal vigente estableciendo normas para prevenir y para sancionar las diversas expresiones de la violencia intrafamiliar. En uno de los casos más complejos y de mayor trascendencia de los que pudieran presentársele a
la sociedad nicaragüense, Zoilamérica decidió dar el paso y atravesar el dintel de lo privado para hablar en público de un ex Presidente, de un líder político, de un símbolo nacional e internacional.

FSLN: "CERRAR FILAS"

Aunque la madre de Zoilamérica pidió que el caso fuera considerado un problema familiar y privado, esto resultó imposible. Tampoco era correcto. Si en el caso de la violencia sexual contra las niñas y los niños debe hacerse público lo privado para empezar a superar un mal que tiene graves consecuencias sociales, también es este caso. Por otra parte, el abuso sexual, ¿no es, en su esencia, un abuso de poder?, ¿No demuestra la vida que denunciarlo es enfrentarse a la maquinaría del poder, más o menos destructiva según sea el poder del denunciado?.

Desde el primer momento, las reacciones públicas que ante las palabras de Zoilamérica externaron quienes controlan las estructuras del FSLN fueron argumentos políticos, como correspondía al caso, un caso en el que lo personal-familiar y lo político están totalmente entremezclados y al más alto de los niveles.

La reacción pública generalizada en las estructuras del FSLN fue multiplicar los llamados a respaldar incondicionalmente a Daniel Ortega "cerrando filas en torno a él. En los espacios partidarios se impidió a los militantes reflexionar abiertamente sobre el tema y en la Comisión de
Mujeres de la Asamblea Sandinista no se quiso escuchar directamente el testimonio de Zoilamérica, a pesar de que ésta lo solicitó.

EL PESO DEL SÍMBOLO POLÍTICO

Los más escuchados argumentos esgrimidos para el cierre de filas tuvieron que ver con el carácter simbólico que tiene Daniel Ortega: se afirmó que tocarlo –no sólo aceptando la acusación sino introduciendo la duda- es destruir la principal reserva moral del sandinismo, se aseveró que aceptar la versión de Zoilamérica es afectar no sólo a Daniel sino a todo el FSLN.
El argumento político más usado fue el de que ningún problema personal puede anteponerse a los intereses de un partido que representa intereses colectivos superiores: los de las mayorías empobrecidas de Nicaragua.

Además de argumentos, hubo también acciones de presión, de intimidación, de descalificación e incluso comenzó a darse  a la "desactivación" de algunos militantes que tomaron partido por Zoilamérica, diciendo que creían lo que ella decía o que consideraron que, al menos, eras necesario escucharla.

Las tensiones se agudizaron porque el FSLN está en vísperas de celebrar –a mediados de mayo- su Congreso, en el que se ha propuesto una "transformación" del partido y en el que de debe elegir un nuevo Secretario General, cambiar a sus dirigentes, renovar a la Dirección Nacional. Cuando Zoilamérica habló, todas las señales indicaban que las estructuras del
partido se orientaban a la reelección de Daniel Ortega, bajo el supuesto de que su capital político y simbólico es insustituible en estos momentos de crisis nacional. De hecho, días después de la acusación, los principales dirigentes departamentales del FSLN propusieron abiertamente la reelección de Daniel en el máximo cargo jerárquico del partido. (…) Días después se informó que la dirigencia sandinista daba el caso por "cerrado" y que éste no será investigado por la Comisión de Ética del partido, como algunos militantes habían sugerido inicialmente.

¿CONSPIRACIÓN, COMPLOT  Ó PROYECTO?

La posibilidad de un complot o de una conspiración antisandinista –de serlo, sería al más alto nivel dados sus protagonistas- se topó en las primeras horas con un total vacío. En 48 horas se intentó llenar el vacío interpretativo con las declaraciones radiales de un militante sandinista
que habló de tres estadounidenses presentes en casa de Zoilamérica el día en que ella entregó la carta a sus amigos. Habrían llegado expresamente para ese acto y no podía descartarse que fueran agentes de la CIA. La endeble versión tuvo un limitado eco.

Está mas asentada y sustentada dentro del sandinismo la interrogante sobre la oportunidad política de la denuncia de Zoilamérica. Hay muchas preguntas en este sentido. ¿A qué hay que poner más atención: a las motivaciones políticas de la denunciante o a las consecuencias políticas de la conducta denunciada?.

¿La denuncia coincidió en el tiempo con las vísperas del Congreso del FSLN y el inmediato futuro del partido? ¿O la hicieron coincidir calculadamente para impedir –por la vía más contundente, pero más inesperada- la reelección de Daniel Ortega en la Secretaría General del FSLN y su ya anunciada candidatura para la Presidencia de la República en el 2001? ¿Y
quiénes la habrían hecho coincidir? ¿Se trata de un bien hilado complot en el que lo personal se entremezcla con lo político o un proyecto político que inicia con la necesaria sustitución de algunos dirigentes del FSLN? Si hay complot, ¿quiénes detrás de él? Y si es un proyecto, ¿cuán articulado estaría? ¿Se trata solamente de un ejemplar esfuerzo para renovar éticamente al FSLN, y de paso introducir la ética en la política nacional? ¿O existen otros proyectos? ¿Remoralizará esta denuncia al FSLN, lo dividirá –como en el caso del MRS- o sólo debilitará sus estructuras? ¿Qué tipo de FSLN le conviene más al liberalismo en el poder? ¿Con qué estilos, con qué dirigentes se podrá "arreglar" mejor el alemanismo?

Son preguntas abiertas que nos e responderán interpretando la denuncia como una simple calumnia ni negándose a aceptar el desafío ético que lleva implícita la denuncia ni desestimando las corrientes que desde 1990 existen e n el FSLN, persistieron después de la separación del MRS y siguen vigentes, aunque no logren articularse ni expresarse claramente.

DESAFÍO A LA CULTURA MACHISTA

En los centros de trabajo, en las casas, en las calles, en los círculos de amigos, por todas partes, los nicaragüenses –sandinistas o no- asumieron el tema y tomaron partido. En torno a dos cuestiones: creer  no creer a Zoilamérica. Y opinar sobre el sentido que puede tener el haber hecho esta acusación en estos momentos.

La cultura patriarcal y machista de los nicaragüenses se puso a prueba. La solidaridad machista entre los hombres se mostró mas fuerte que la solidaridad de clase. Y sorprendió la cautela y la mesura de algunos políticos que a diario externan un antisandinismo vehemente. Entre las
mujeres y los hombres con conciencia antimachista funcionó más la intuición, la compasión, el respeto ante el dolor (…).

No sin dificultad y temores, la sociedad fue intuyendo que el problema puesto sobre el tapete no es simplemente un problema político de derecha-izquierda, sino un problema cultural y ético de hombres-mujeres. Ningún test de tanta altura y profundidad como éste para medir esa conciencia "de género", esa perspectiva de género de la que en Nicaragua
se viene hablando desde hace tantos años.

No logrará la sociedad nicaragüense –mucho menos la sociedad sandinista- desentrañar lo ocurrido y sus impredecibles consecuencias de todo tipo adoptando una perspectiva exclusivamente clasista (derecha-izquierda), exclusivamente partidista (sandinistas-antisandinistas) o pero aún, limitadamente coyuntutalista (liberalismo alemanista-FSLN).

MENSAJES REVOLUCIONARIOS

Toda la sociedad nicaragüense ha recibido a lo largo de estos años post-revolucionarios –muchísimo más que en los revolucionarios años 80- multitud de mensajes que cuestionan la cultura machista, alientan a denunciar cualquier forma de violencia, reclaman "democracia en la calle, en la casa y en la cama", enaltecen la ternura y al equidad, estimulan a vivir la vida de otra manera –y por lo tanto, a buscar otra forma de hacer política-, con menos agresividad, sin doble moral, con más respeto a las niñas y a las mujeres, sin prepotencia.

Es comprobable que la inmensa mayoría de estos mensajes alentadores surgen de grupos y de personas que fueron llevadas a pensar de una manera más humanista al calor de las importantes y positivas transformaciones que la revolución produjo en la sociedad nicaragüense.

En este contexto de "revolución cultural" –posterior a la revolución social de los 80- es donde debe ser situado el caso de Zoilamérica y el desafío al que convida a todos.

LA REVOLUCIÓN PENDIENTE
 
Han pasado los años y el trauma de la derrota electoral del FSLN en 1990 es un fantasma que sigue presente en la sociedad sandinista. La dispersión y la confusión creadas entonces no han logrado superarse. El embate neoliberal de los 90, y pero aún, el avasallante alemanismo, que ha
permitido el retorno del somocismo, en estos últimos años del siglo, han impedido, una y otro vez, el encontrar tiempo para enfrentar el desafío de la ética en la política. Siempre aparecían más urgentes los desafíos económicos, los electorales, los políticos. La ética n la política quedó
siempre como una asignatura pendiente.

Uno de los muchos peligros en los que el FSLN aparece enredado hoy es el de pensar más en ganar las próximas elecciones que en ganar a las futuras generaciones. Por sus años, Zoilamérica representa a la generación destinada a relevar a quienes dirigieron la revolución hace una década. Y este caso lo están siguiendo las niñas y los niños que dentro de otros veinte años tomarán el relevo de sus manos.

El capital político y ético del FSLN lo han amasado varias generaciones de nicaragüenses con mucha sangre, probado valor y notable creatividad. Un proceso revolucionario supera siempre a aquellos que lo encabezan o a quienes, pasados los años, dicen representarlo. Un proceso revolucionario esparce semillas de transformaciones por doquier y a menudo, cosecha donde
no sembró. No deja de ser significativo que sea una mujer, una joven, la que le haya planteado a esta sociedad en crisis, en convulsiones históricas desde hace más de 20 años, tan importante desafío cultural y ético.

¿Se perderá la sociedad, el sandinismo, en el laberinto de los rumores, o de las venganzas o sabrán ponerse, la sociedad y el sandinismo, a la altura de este momento?.

Más que humillados o decepcionados, los sandinistas deberían ser capaces de administrar su dolor, organizar sus desesperanzas, recordar el inmenso capital humanista en que se forjó este movimiento y disponerse a recomenzar, a aceptar la revolución pendiente, ésa que, además de hacer opción por los pobres, se decide a hacer opción por las mujeres.