LA MUJER SORDA

Violencia y Malos Tratos
 
 

Comisión de la Mujer de la Confederación Nacional de Sordos de España.

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1er. Capítulo

Todavía son pocas las mujeres que denuncian las agresiones psicológicas, físicas y/o sexuales a las que se ven sometidas. Entre otras cosas porque, no cuentan con el apoyo de la mayor parte de la sociedad, que sigue pensando que los malos tratos son casos aislados; que la actitud de los agresores no es la forma extrema de la sociedad patriarcal en la que hemos crecido, sino casos concretos de hombres enfermos y/o especialmente agresivos. La mayoría de las mujeres no denuncian las agresiones hasta que son brutales y reiteradas o afectan a sus hijos e hijas. Además se constata que las leyes actuales sobre el trato a los agresores y las víctimas, son ambiguas.

Gracias al esfuerzo de muchas asociaciones de mujeres y de aquellas mujeres que se han decidido a romper el silencio, cada vez son más los medios de comunicación que se hacen eco de esta situación. De ahí que aumenten las acciones de organismos de igualdad y asociaciones de mujeres, promoviendo medidas para paliar la incidencia de la Violencia y los Malos Tratos, aumenten los recursos y servicios para las mujeres.

Sin embargo, todos estos programas y proyectos se olvidan que de los grupos minoritarios, como las mujeres Sordas, que no pueden beneficiarse de los mismos, ya que:

Hay estudios que muestran que las mujeres discapacitadas tienden a mantenerse en relaciones de malos tratos más tiempo porque tienen menos servicios que puedan ayudarlas a salir de su situación. "Las mujeres tienen un doble código de silencio", según Julie Rems-Smario que sobrevivió a un caso de violación por un compañero de clase y directora ejecutiva de la Asociación "Mujeres Sordas Contra la Violencia" de EEUU. "No podemos obtener los servicios de la policía, casas de acogida, grupos de auto-apoyo que han creado las personas oyentes (es raro encontrar interpretes de Lengua de Signos o asesoras). Tampoco podemos hablar de esto en la comunidad Sorda".

Las mujeres Sordas están en clara desventaja frente a otros grupos de mujeres, ya que las dificultades de acceso a la información impiden que puedan discriminar si han sido víctimas de agresiones, si pueden y deben denunciar; y si existen servicios y recursos que las respalden.

Por este motivo, los organismos y entidades públicos o privados deben tener en cuenta que:

Como podemos comprobar antes de que se produzca algún tipo de agresión, las mujeres Sordas se encuentran en clara desventaja, ya que no disponen de la información necesaria para prevenir la violencia ni, en caso de que se produzca, denunciarla.

En la Guía sobre Violencia y Malos Tratos, publicada por la Comisión de la Mujer de la CNSE y adaptada a las mujeres sordas, uno de los puntos tratados son los motivos que llevan a las mujeres a no denunciar las agresiones sufridas. A continuación, analizaremos a qué dificultades añadidas se enfrentan las mujeres Sordas; todas ellas pueden resumirse en una, de la que se derivarían todas las demás: barreras de comunicación y dificultad añadida para acceder a la información por los canales habituales.

LAS MUJERES NO DENUNCIAN LOS MALOS TRATOS, ¿POR QUÉ?.

En el caso de las mujeres sordas esta situación se agrava; si las mujeres en general, sufren una mayor tasa de paro y una menor retribución salarial, las mujeres Sordas además de sufrir mayor desempleo, los pocos trabajos a los que acceden a menudo son no cualificados y están precariamente remunerados. Si las mujeres fuésemos conscientes de que con el silencio no contribuimos a que desaparezcan los malos tratos, muchas más se decidirían a denunciar las agresiones sufridas. Las mujeres Sordas, tal y como hemos explicado, no tienen acceso a los recursos y a esta información, por lo que su silencio es aún más callado. El papel tradicional asumido por las mujeres, de esposa y madre ejemplar ha sido y es una dura carga que todavía continuamos sufriendo. En el cambio social sobre los roles y estereotipos sobre el género está influyendo notablemente el papel de las asociaciones de mujeres y los Organismos de Igualdad, desde donde se presiona para que cambien los valores tradicionales, la imagen de la mujer y sus derechos.

De nuevo nos encontramos ante el mismo problema: ¿Cómo pueden sentirse las mujeres sordas partícipes de este cambio, si no pueden acceder a la información que desde estos medios se propone?

De nuevo en este punto la falta de información sobre sus derechos y sobre los recursos disponibles. La guía editada por la Comisión de la Mujer de la C.N.S.E. es la primera existente sobre este tema que está adaptada a las características de las mujeres Sordas.
 
  Este punto lo vamos a unir, por la estrecha relación que mantienen, con la perdida de autoestima. Las mujeres Sordas como consecuencia de la falta de formación, información y modelos de referencia, presentan una mayor conformidad con el rol de género tradicionalmente asignado y generalmente tienen una auto-estima baja; a esto se le añade el inconveniente de que no existen profesionales que dominen la lengua de signos para intervenir en esta problemática.

Este hace que los sentimientos de culpa, comunes en la mayoría de las mujeres maltratadas, estén aún más arraigados.

Tal y como hemos comentado en párrafos anteriores las mujeres Sordas sufren una tasa muy alta de desempleo y cuando tienen trabajo estos son generalmente no cualificados y mal remunerados; por tanto si para todas las mujeres el no disponer de recursos propios y así una independencia económica, es una traba para no denunciar los malos tratos; en el caso de las mujeres sordas este punto es aún más significativo. Quizás sea este hecho uno de los más representativos de las mujeres sordas.

Analicemos un par de situaciones:

Aunque actualmente la situación tiende a cambiar, la persona sorda con padres oyentes ha sufrido en su propio hogar el aislamiento y la incomunicación, derivada de la carencia de un código comunicativo común, por lo que es fácil comprender que no recurra a la familia cuando es víctima de malos tratos. La unidad familiar Sorda comparte unas barreras de comunicación que hacen que carezcan de los recursos e información para actuar efectivamente en la situación de maltrato. Si la mujer en general teme que sus vecinos/as o familiares se enteren de que está siendo víctima de malos tratos, imaginemos que podrá sentir una mujer sorda cuando su circulo social se reduce a su pareja, y a asociaciones, dónde habitualmente se reúnen las personas sordas, la información es más fácil que se difunda, con la consiguiente estigmatización. Este punto aparece en la guía editada por la Comisión de la Mujer de la C.N.S.E. como principal diferencia con el resto de guías existentes sobre Violencia y Malos Tratos, ya que este es el principal motivo por el que la mujer Sorda no denuncia los malos tratos.
 
 
 
 
 
 
 
 

Qué se puede hacer


 
 
 
 

Supongamos que una mujer Sorda víctima de malos tratos decide denunciar su caso. ¿Podéis imaginar a cuantos obstáculos tendrá que enfrentarse? Vamos a detallarlos:

Después de un trato violento y suponiendo que la mujer Sorda conoce los pasos que tiene que dar, decide en primer lugar acudir a un hospital para que se le haga un reconocimiento médico y un parte de lesiones. Los y las profesionales que le realizan la exploración no conocen la Lengua de Signos, y han de solicitar un/a interprete de Lengua de Signos (ILSE) para poder comunicarse de forma efectiva.

Imaginémonos en un país extranjero cuya lengua prácticamente desconocemos y hemos sufrido un ataque violento. Acudimos a un hospital ¿seríamos capaces, en esa situación de nerviosismo y miedo, de explicar con detalle lo ocurrido? Lo mismo le ocurre a una mujer sorda cuando acude a un hospital de su propia ciudad.

Vayamos tras los pasos de esta mujer sorda que decide denunciar su situación; tras acudir al hospital se dirige bien a la policía, la guardia civil o bien a un juzgado de guardia. Y volverá a enfrentarse a más barreras de comunicación.

La mujer sorda intenta explicar lo ocurrido, la policía posiblemente sea la primera vez que se encuentre con una persona sorda y, con bastante probabilidad la mujer sorda no irá acompañada de un interprete; deberá llamar a su federación ("donde es muy conocida") y solicitar uno/a dejando constancia del motivo por el cual lo necesita, en el caso que no disponga del I.L.S.E. ¿qué ocurrirá entonces?

Si la policía consigue averiguar la razón por la que la mujer sorda ha acudido a la comisaría, se dispondrá a realizar el trámite de la denuncia, como la comunicación no resultará muy fluida, decidirá darle la denuncia en papel para que la rellene. ¿Que sucederá entonces? Las personas Sordas, muchas de ellas, como consecuencia de una mala educación, son analfabetas funcionales, así que, no comprenderán bien el texto de la denuncia ni podrán expresar correctamente lo sucedido.
 

¿ Que se puede hacer? Una vez superados estos pasos, la mujer Sorda acude a una casa de acogida. De nuevo, la situación se complica, la mujer Sorda, se sentirá protegida pero totalmente incomunicada, ya que además de no poder compartir sus sentimientos con el resto de las mujeres, por no compartir el mismo código comunicativo, el centro probablemente no cuente con ninguna de las adaptaciones técnicas existentes.

Por otro lado en las casas de acogida se suelen desarrollar terapias individuales y/o grupales que ayudan a las mujeres a salir de la situación en la que se encuentran y facilitan su incorporación en el entorno laboral y social. Estas terapias se basan principalmente en la comunicación y en estas situaciones la figura de el/la intérprete no es suficiente para garantizar la eficacia de las terapias.

¿Qué se puede hacer?

Sin olvidarnos de los puntos mencionados anteriormente es muy importante que las casas de acogida y otros recursos similares sean adaptados, de forma que se garantice la supresión de las barreras de comunicación dentro del hogar.

Por otro lado es importante que existan personas sordas capaces de realizar terapias directas con las mujeres sordas y/o en su defecto personas oyentes que dominen la lengua de signos, en ambos casos es fundamental que desde las administraciones se potencie la formación de las personas sordas y la formación de profesionales en Lengua de Signos.

Facilitar la información de los centros y servicios donde se puede acudir, como los que adjuntamos en esta guía y que agradeceríamos nos ayudarais a actualizar y completar los nuevos servicios que se vayan creando.