TRANSEXUALES OBTIENEN EL DERECHO AL CAMBIO DE SEXO EN EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD BRITÁNICO
por Terence Shaw, corresponsal
legal / Escrita en el Cuerpo
Las personas
transexuales ganaron el derecho a que las operaciones de cambio de sexo
les sean reconocidas por
el Sistema Nacional de Salud
británico (NHS, según sus siglas en inglés) después
de un veredicto histórico de un Tribunal de Apelación que
reconociera su condición como enfermedad legítima.
El veredicto implica que las 1.000 personas transexuales británicas que están esperando operarse, podrán hacerlo en forma gratuita. Las autoridades sanitarias tendrán que hacerse cargo de la cuenta que asciende a 8.000 libras por cada operación de cambio de sexo luego de que el Tribunal de Apelación confirmara un veredicto de segunda instancia producido en diciembre y que reconociera el derecho de tres transexuales a que sus operaciones les fueran costeadas por el NHS.
Las tres,
que viven como mujeres, ganaron el caso considerado "caso testigo" cuando
tres jueces confirmaron el veredicto por el
cual la decisión
de la autoridad sanitaria de North West Lancashire que les negara las operaciones
aduciendo que los fondos de la institución tenían otras prioridades,
fue contra la ley.
L@s representantes legales de las tres mujeres, a quienes sólo se mencionó en el juicio por sus iniciales, para proteger sus identidades, dijeron que el veredicto fue un "hito en la lucha continua por el reconocimiento legal" de los derechos de las personas transexuales.
Esta decisión implica que las autoridades sanitarias tienen que evaluar los tratamientos para personas transexuales como si estas sufrieran de una enfermedad y no como si necesitaran de cirugía estética. En su veredicto, el juez Auld dijo que la política de las autoridades sanitarias estaba equivocada porque no trataba el transexualismo como una enfermedad sino como una actitud o estado mental que no justificaba el tratamiento médico. Esta actitud sustentaba la política de no otorgar fondos para el tratamiento de esta condición, ya que las autoridades sanitarias "no creían en tales tratamientos".
El juez Buxton, que también sostuvo que la apelación efectuada por el NHS debía ser denegada, dijo que las autoridades sanitarias no habían mostrado una "consideración racional" del asunto antes de antes de decidir "no otorgarle fondos a un procedimiento que cuenta con el apoyo de médicos y psiquiatras respetables, quienes sostienen que es necesario en ciertos casos para aliviar a personas que paceden un sufrimiento mental extremo.
Los casos testigos fueron presentados por la Srta. A, de 21 años, la Srta. D. y la Srta. G, ambas de 50 años, a quienes se les negaron las operaciones de reasignación de género en 1996 y 1997 luego de que se decidiera que ninguna de ellas había demostrado una "necesidad clínica imperiosa".
Las autoridades sanitarias sostuvieron que tenían derecho a tomar en cuenta su "escasez de recursos" y a negarse a financiar tales operaciones si eso significaba restringir recursos para enfermedades serias como las cardíacas, cáncer, riñones y SIDA.
El juez Auld dijo que las mujeres, que sufrían de "disforia respecto de su identidad de género", condición que comúnmente se conoce como transexualismo, habían nacido con características físicas masculinas pero su identidad sexual psicológica era femenina.
Las tres llevan muchos años viviendo como mujeres; tanto A. como G. han recibido un diagnóstico por parte de un especialista en el cual éste afirma que tienen necesidad clínica de una operación que sustituya sus características masculinas por otras femeninas. D. estaba esperando que se evaluaran sus probabilidades de adaptarse a la cirugía.
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