El SIDA, un mal que se propaga cada día más
CANCUN, Quintana Roo, ENE
2000 (Lydia Cacho, corresponsal/CIMAC) “Estudié sociología
en la Universidad Iberoamericana. Soy madre de tres hijos y esposa de un
empresario. Hace dos años descubrí que soy portadora del
Virus de Inmunodeficiencia
Adquirida. (SIDA). Hasta
la fecha mi salud es normal, pero día con día he tenido que
aprender a vivir consciente de que el síndrome puede desatarse y
debilitar mi sistema inmunológico al grado de que adquiera cualquier
cantidad de enfermedades. Es lo más
difícil que he tenido
que enfrentar en mi vida”, dice María X, una mujer de sociedad de
Quintana Roo, quien acepta la entrevista siempre y cuando no publiquemos
su verdadero nombre.
Basta con el dolor de saberse
contagiada, el temor de ser despreciada por su círculo social, así
como de que sus hijos sufran la crueldad de otros al conocer la condición
de seropositiva de su madre, para guardar silencio. “Trabajo con un grupo
de
señoras en un proyecto
que apoya a un albergue que atiende a personas seropositivas, especialmente
a quienes ya están afectados por el SIDA y todas sus consecuencias.”
María no se ha atrevido
todavía a acercarse a enfermos. Teme ver el espejo de su futuro
en ellos. Prefiere trabajar en la labor de promoción de información
contra la pandemia. La fuente del contagio fue su esposo, a través
de una relación sexual sin
preservativo. El enfrentamiento
de la pareja fue difícil, pero hasta el momento siguen juntos, el
futuro dirá lo demás, ella no quiere discutir eso conmigo.
Está claro, el Virus de Inmunodeficiencia humana llega a los hogares.
A partir de 1996, durante
una conferencia impartida por el infectólogo Ángel Guerra
en la ciudad de México, se hizo por primera vez de manera tácita
el planteamiento de que el problema del VIH-SIDA no representa exclusivamente
un asunto de salud pública, es
también político
--la salud es un derecho constitucional--, por tanto se convierte en un
asunto que precisa de soluciones políticas.
La explicación del
infectólogo, quien ha trabajado arduamente con diversas ONG’s, como
la Fundación Mexicana para la lucha contra el SIDA, es que los famosos
cocteles antirretrovirales pueden disminuir la carga activa del virus hasta
en 90 por ciento. Esto
significa en términos
médicos que si todas las personas que viven con VIH, que en su mayoría
integran la población económicamente activa, recibieran
tratamientos antirretrovirales completos, podría llegar el día
en que esta enfermedad se
considerara un mal crónico
como la diabetes, la cual necesita de control médico, pero permite
la supervivencia sana y socialmente activa de la persona portadora, (aunque
no podemos ignorar la capacidad de mutación del virus, que aún
sigue siendo
investigada).
El primer paso sería la integración de estos fármacos como el AZT al cuadro básico de medicamentos que prové de manera gratuita el sector salud en todo el país. Esta es una petición que se envió al Presidente Ernesto Zedillo, quien a su vez la turnó al secretario de Salud.
Susana Olivares, asistente
a esta conferencia y esposa de uno de los 30 presos que viven con VIH en
la prisión de Santa Martha Acatitla, y participante activa de los
procesos de visibilización social de los derechos humanos de las
personas con VIH/Sida,
asegura: “Cuando eres pariente,
amiga, o esposa de una persona seropositiva, estás enfrentándote
constantemente al miedo de perderlo. Nosotras también vivimos con
el SIDA, aunque no tengamos el virus”.
Cómo llega el SIDA a los hogares
Se ha comprobado que Africa
es el continente más golpeado por el contagio del VIH. Según
declaraciones de ONUSIDA (organismo de las Naciones Unidas que trabaja
específicamente en la temática), a través de su representante
en Nueva York Madhu Bala
Nath, se ha establecido
que de un total de 30.6 millones de personas seropositivas en el mundo,
20.8 viven en Africa subsahariana. El 50 por ciento de las personas portadoras
del virus son mujeres. En las clínicas de atención prenatal
los índices de
infección llegan
hasta 30 por ciento en mujeres embarazadas portadoras de VIH.
El Dr Peter Piot orador de la VII conferencia “Las mujeres contra el SIDA” en Dakar, Senegal, asegura que el patrón africano debe servir como muestra para el mundo entero.
Los análisis enfocados a edades de infección integran el rompecabezas: En un estudio llevado a cabo en Rwanda, el 4 por ciento de las niñas entre 12 y 14 años resultaron seropositivas. En Kenya, el 22 por ciento de la jóvenes entre 15 y 19 años son portadoras del VIH, comparadas con los varones de igual rango de edad en la misma comunidad con sólo un 4 por ciento de contagio. Los estudios prueban que más niñas que niños se contagian de VIH. En Zambia un 4 por ciento de varones de 20-24 años viven con VIH, comparados con un 12.3 de mujeres. Etiopía muestra el mismo patrón, con 35 por ciento de mujeres jóvenes contra 11por ciento de hombres. Estos patrones diferenciales demuestran --según el DR Piot-- que las mujeres son contagiadas a través de relaciones sexuales sin protección con hombres mayores. “Existen múltiples razones por las cuales las mujeres y niñas son contagiadas en mayor grado que los varones.
Veinte años después
de haber comenzado esta epidemia, la vulnerabilidad social y económica
de las mujeres es un factor innegable, y parte de la solución constará
en el empoderamiento de las mujeres y su capacidad para “negociar el sexo
seguro”, es decir, en proveerles
de recursos como educación, capacitación y libertad social
para poder exigir la práctica de sexo protegido”.
El papel del Varón
Uno de los factores determinantes
en la propagación del VIH-SIDA, tanto en el Continente Africano
como en el mundo entero, ha sido la prolífica actividad sexual masculina
indiscriminada. A pesar de las grandes campañas para prevenir el
contagio masivo, el
comportamiento sigue marcando
un resultado que difiere con los estudios de los organismos que generan
campañas contra el SIDA. Uno de los graves problemas en Africa según
la doctora Charlotte Faty, directora de SWAA, (Por sus siglas en
inglés) Sociedad
de Mujeres contra el SIDA, es la poligamia. “Cada hombre puede desposar
hasta cuatro mujeres; la actividad sexual de la poligamia y el derecho
inherente que el hombre tiene sobre la sexualidad de la mujer, impide que
ésta se sienta con capacidad para negociar el uso del condón.”
Pero la realidad, extrapolada
a países latinoamericanos como México --una sociedad que
ejerce activamente la poligamia sexual como “actividad extracurricular”--,
muestra los mismos patrones de contagio en parejas casadas que otros países
del planeta.
Así, pues, las campañas
de corte moral resultan contraproducentes para las mujeres casadas, quienes
concluyen que el estado del matrimonio es un antídoto para el contagio.
Según el doctor Peter Piot dice que “La llave está en examinar
y analizar las normas
sociales, pero este trabajo
deben llevarlo a cabo tanto mujeres como hombres. El comportamiento de
los varones es motivo de la cadena de transmisión, pero debemos
hacerles comprender que ese mismo hombre que contagia a varias mujeres
tarde o temprano será abatido por el SIDA; el diálogo en
la pareja es indispensable”.
Los estudios y las campañas
Aunque los estudios de SWAA
demuestran en sus estadísticas que el 95 por ciento de la población
entre 15 y 49 años tiene un alto conocimiento sobre VIH/SIDA
con sus causas y consecuencias; el uso del preservativo no es equiparable
al nivel de conocimiento. De cualquier forma las campañas de uso
de condón en Africa han tenido resultados satisfactorios por dos
motivos esenciales: el primero es que el gobierno de Senegal ha dedicado
parte importante de su presupuesto a la prevención de la
epidemia, admitiendo que
es un problema político y no expresamente de salud. El segundo,
es que las campañas se han enfocado a los derechos humanos de las
mujeres y no sólo a la transmisión del VIH, sino a la de
ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual), entre ellas el VPH (Virus
de Papiloma Humano), los distintos tipos de Herpes, etcétera Y han
llegado con panfletos
dibujados, con pláticas
rurales a los rincones más inhóspitos del Africa. El
gobierno africano impuso también estudios en las clínicas
de seguridad social en el área de maternidad, con referencia cruzada
a la atención en las tarjetas de salud de las
trabajadoras sexuales. Esto
con la finalidad de rastrear el número de ETS y de allí entender
patrones de conducta respecto del uso real de preservativos entre hombres
y trabajadoras sexuales. Los resultados fueron asombrosos y sirvieron como
base para las
campañas de prevención
creadas para públicos específicos.
El futuro
De acuerdo al reporte de
población, preparado por la división de población
de las Naciones Unidas, los efectos demográficos de la pandemia
del VIH-SIDA se verán en Africa para el año 2010, se calcula
una expectativa de vida de 40 años, y será más
evidente cuando el número
de criaturas que hayan perdido a su madre, o a su padre y madre, por efecto
del VIH/SIDA ascienda a 22.9 millones. Lo que dará como resultado
que habrá en Africa subsahariana, un exorbitante índice de
orfandad: 12 veces más niños menores de 15 años, y
la misma cantidad de adultos de más de 64 años; es decir,
el siglo 21 será testigo de varios
países sin adultos
en edad productiva, provocando que los niños y niñas ejecuten
tareas y trabajos que llevaban a cabo los infantes de siglos pasados, imposibilitándolos
a un desarrollo equiparable al de los menores de la era moderna.
Asia y Latinoamérica
El impacto que la pandemia tendrá en Asia y el Pacífico, será mayor que el que sufre actualmente el Continente Africano. A partir de 1994, casi todos los países de la región han atestiguado la prevalencia del VIH en un crecimiento de más del 100 por ciento. Asia es la región del mundo que alberga a 60 por ciento de la población sexualmente activa del mundo.
En América Latina
1.3 millones de personas viven con VIH. Los patrones distintivos de la
epidemia en los países latinos responden a factores sociopolíticos.
Casi todos los países tienen una elevada deuda externa, una producción
insuficiente de alimentos
y una urbanización
desproporcionadamente elevada. Esto tiene como resultado problemas de desarrollo
que incrementan la pobreza; pobreza de sectores marginados, inmigrantes
de las grandes ciudades, que son parte de los sectores productivos informales
en los que las mujeres son mayoría. Esta pobreza y marginación
genera graves cambios demográficos que
se reflejan en la desintegración
de las familias y las comunidades; creando el fenómeno de los niños
y niñas de la calle, los cuales se enfrentan a la prostitución
con más facilidad. Una encuesta en Río de Janeiro reveló
que el 60 por ciento de los niños entre
15 y 19 años son
sexualmente activos.
Mientras los reportes de ONUSIDA demuestran que la epidemia crece en progresión geométrica (2,4,8,16,32,64 etcétera) de las 16 mil infecciones de VIH que ocurren diariamente en el mundo, el porcentaje de mujeres infectadas es de 50 por ciento. Las nuevas generaciones de mujeres menores de 25 años, se han liberado en ciertos países, pero si no ejercen el sexo seguro, el contagio femenino se disparará de manera incalculable.
Vulnerabilidad hombre vs mujer
La mujer es biológicamente
más vulnerable porque como pareja receptiva tiene un área
de mucosa expuesta mayor a la del varón durante la relación
sexual. Por otra parte, el semen tiene casi el doble de carga viral que
el flujo vaginal. Las mujeres que
corren mayor riesgo de ser
infectadas en una sola relación sexual son las más jóvenes,
puesto que la mucosa vaginal es más delicada durante la adolescencia.
Según reportes de UNIFEM, las mujeres son epidemiológicamente
más sensibles a adquirir
el VIH/SIDA, porque tienden
a casarse con hombres mayores que ellas, y que en general han tenido múltiples
compañeras sexuales, ergo con una mayor probabilidad de ser portadores
del virus.
En países como México, el hecho de que la sexualidad femenina --en los estratos populares--, con múltiples compañeros es moralmente juzgada y la del varón abiertamente permitida, se refleja en el análisis de Martha Morales, trabajadora social del Sector Salud en Quintana Roo, quien en una encuesta informal detectó que un grupo de control de 35 trabajadoras sexuales tenía coito con 260 hombres diferentes a la semana, el porcentaje de “clientes conocidos es de un 23 por ciento, el resto es rotativo; por tanto resulta imposible detectar la cantidad de hombres que tienen relaciones sexuales –desprotegidas por una cuota extra- con trabajadoras sexuales; y luego con sus esposas.
Pero los cálculos
podrían ser aterradores si se tomara como base el contagio del Papilomavirus.
El 90 por ciento de las mujeres mexicanas tienen el VPH, es de transmisión
sexual, casi asintomático hasta que llega a su etapa del vph tipo
16 y 18,
cuando induce el cáncer
de cérvico-uterino. 500 mil mujeres mueren al año como consecuencia
de él.
Las mexicanas y los hijos
La doctora Griselda Hernández,
Directora técnica del Consejo Nacional para la prevención
y el Control del Sida (Conasida), asegura que el 63 por ciento de los casos
de VIH que se han presentado en infantes, son resultado del contagio perinatal,
es decir,
de madre a hijo a través
de la placenta. La administración profiláctica del coctel
antirretroviral (Protocolo ACTG 076) a mujeres que viven con VIH, a partir
de la 14va semana de gestación, hasta el día del parto, y
siguiendo el tratamiento con el o la recién nacida durante las primeras
seis semanas de vida, demostró reducir el riesgo de la infección
del bebé hasta en un 67.5 por ciento sin presentar problemas posteriores
en la madre, ni en la o el niño.
Este protocolo se ofrece a las mujeres seropositivas embarazadas en Norteamérica y Europa; pero en los países en vías de desarrollo no ha sido implementado por los gobiernos, debido al alto costo de los estudios prenatales que debieran realizarse en todas las clínicas y a todas las mujeres. En algunos estados de la República Mexicana, Conasida y Fonsida ofrece gratuitamente este tratamiento para mujeres embarazadas; aunque no pudimos comprobar que todas las clínicas públicas de salud llevan a cabo las pruebas de ELISA a las mujeres embarazadas.
En Asia, la India y Tailandia están experimentando con esquemas de AZT más simples (y más económicos) para las mujeres embarazadas. Por otra parte, es indispensable, según la recomendación de CONASIDA que la madre no amamante a su criatura, ya que las probabilidades de infección a través de la leche materna aumentan entre el 15 y el 20 por ciento. Existe una polémica en los países en que las mujeres que viven en la miseria económica, tienen como única forma de nutrimento para los recién nacidos, hasta los 12 meses, su leche materna.
Las implicaciones morales
La construcción social
del género femenino ha confinado a la mujer al interior del hogar.
La falta de acceso a la educación sexual y el desconocimiento de
la asertividad femenina como forma de vida, imposibilita a millones
de mujeres para atreverse a confrontar a su pareja sexual y pedirle que
practique sexo seguro. No es solamente el miedo a ser despreciada sexualmente
por su pareja en el momento en que exige la utilización del preservativo;
las implicaciones morales tiene raíces más profundas. Una
mujer que sugiere
a su esposo, en una relación
de compromiso monógamo, que siempre utilice preservativo al
tener relaciones sexuales con ella, tiene una carga de implicaciones ético-morales
cuestionables tanto por la esposa como por el marido, pues significa, según
la apreciación común,
que la infidelidad sexual se da por un echo en la familia.
En un estudio de mujeres
en Zimbawe que sufrían de enfermedades de transmisión sexual
(clamidia, condiloma, papiloma, herpes, tricominiasis) ellas tenían
una sola pareja sexual: su esposo. “Pedirle al esposo que use preservativo,
puede hacerle creer
que lo desprecias y desconfías
de él, yo no lo haría, no puedo hablar de eso con él”
confiesa Ndeye Seydina de 22 años. Por otra parte, casi todos los
países han enfocado su trabajo de concientización hacia las
trabajadoras sexuales, con resultados positivos. Otros sectores son los
hombres homosexuales y los bisexuales –la bisexualidad y homosexualidad
ha incrementado, según
datos de la Comisión
de Derechos Humanos Lesbico-gays de nueva York, en un 180 por ciento entre
1996 y 99-. El 50 ciento de los alumnos hombres de la Universidad de Sri
Lanka admitieron haber tenido su primera relación sexual con otro
varón, y
algunas poblaciones rurales
mexicanas como los juchitecos, consideran natural y practican abiertamente
el coito bisexual.
En la gran mayoría
de los casos el trabajo con trabajadores sexuales masculinos no ha comenzado
aún, y debe necesariamente tener un enfoque distinto; que inicie,
a partir de la aceptación de los gobiernos, de su existencia. En
segundo término están
los antes mencionados niños
y niñas de la calle, que en países asiáticos y latinoamericanos
están siendo explotados sexualmente a cambio de vivienda y unos
centavos.
País tras nación en sus estudios sobre SIDA, han podido corroborar que en los pueblos donde el VIH ha sobrevivido, xpandiéndose de manera alarmante, es en aquéllos donde las mujeres viven en la miseria y han pasado de ser creadoras a sobrevivientes. Países donde muchas veces el trabajo sexual adolescente resulta la única opción viable para obtener un mínimo de dinero para sobrevivir. Las políticas públicas, por tanto deberán enfocarse a la salud, al acercamiento de bienestar social a todos los sectores de la población, la equidad entre hombres y mujeres, y a la educación; pero ante todo deben enfocarse a eliminar la pobreza. .