QUERIDA LARA CROFT


Itziar Elizondo
Periodista
Publicado en la revista Meridiana - IAM
 

Me dirijo a ti, apenas abriéndose el año 2000, ese fetiche numérico con tantas fantasías de futuro. No, no soy una juegoadicta, ni siquiera una laradicta pero no importa, te conocemos porque te has convertido en la reina del mambo virtual, icono escénico en el mundo de los juegos de ordenador, ídolo por igual para ellas y ellos. El foco mediático que has logrado ya quisieran para sí otras musas del show business de formas humanas: portada de numerosas revistas desde tu creación a finales de 1996, protagonista de numerosos programas de televisión, en uno de los cuales te llegaron incluso a entrevistar. Y para más inri el muy insigne, serio y masculino The Economist se preguntaba en febrero de 1997, ¿qué hombre puede resistir una criatura como Lara Croft?
 

Pero si me dirijo a ti no es para comentarte todas estos datos que ya conoces sino porque las construcciones masculinas de lo femenino nunca dejan de sorprenderme. Dicen algunos (y en este caso son unos, pues las fuentes son masculinas) que tu secreto radica en que no eres humana pero lo pareces. Tienes, incluso, una biografía: naces en Inglaterra en 1967, hija de una familia aristocrática. Un accidente aéreo al que sobrevives a los 21 años te cambia la vida. Abandonas el ambiente familiar y viajas por todo el mundo ampliando tus conocimientos sobre las antigüedades y la arqueología.

Pero hay algo más que la indudable perfección técnica de tus creadores, que te han presentado en sociedad como “una mezcla explosiva de agente OO7 e Indiana Jones (independiente, decidida, inteligente), en un cuerpo ágil y deportista (55 kg, 1,72 m., ojos marrones, pelo castaño, 95-55-85)”. En palabras de Hugh Falk, responsable de la revista norteamericana dedicada a los juegos C/NET, “caminas como una mujer pero disparas como un hombre”. Bueno, quizás el tal Hugh nos esté dando una pista.
Si me permites esta observación, creo que los chicos se ponen a cien cuando pueden manipular a un bellezón como tú con el leve roce de un mando. Si unimos en una misma escena estos dos componentes visuales que interaccionan (cuerpo femenino dominador que puede ser sometido), uauuh, tenemos como resultado una fantasía masculina tradicional. Visto lo cual, me pregunto si las neuronas más tradicionales de los chicos/hombres occidentales necesitarán estímulos de seres virtuales como tú ante su ¿desconcierto, falta de modelos? para interaccionar con las chicas/mujeres humanas, cuyo leit-motiv existencial es, afortunadamente cada vez más, la libertad y la realización personal con independencia de su relación afectivo-social-familiar con los hombres.

Por otro lado, cuando jugamos contigo, todas y todos nos convertimos en Lara Croft. Nadas, saltas, corres, suspiras, a merced de nuestra habilidad con el mando e imagino también cierto travestismo virtual en algunos chicos, es decir, no sólo someto a Lara, sino que Lara Croft c’ést moi, que diría el señor Flaubert. Dicen que eres diferente, que quienes te antecedieron en esos mundos de los juegos tenían componentes mucho más sexistas. Sin embargo tengo para mí que tus creadores de la empresa Tomb Raider han elaborado un sexismo más sofisticado. Sí, eres independiente, no te sitúas en tu realidad en función de ningún hombre, pero el juego al que nos someten tus inventores es el sexismo de toda la vida. ¿De lo contrario cómo se entiende que en Estados Unidos hayas sido la chica más buscada en Internet después de la vigilante de la playa Pamela Anderson? Pero hay algo más: la apuesta de tus creadores por la violencia refleja unos usos simbólicos y arquetípicos totalmente masculinos. La violencia como uso y abuso ha sido y sigue siendo utilizada en esta sociedad patriarcal que vivimos contra las mujeres y contra los débiles. Las mujeres, en cambio, somos hacedoras de pacto y de paz, creadoras de espacios para el cuidado y la concordia, depositarias de conflictos propios y ajenos, sobre todo, ajenos. Por tanto, la gran mayoría de las mujeres no podemos reconocernos en ti. Sin embargo, he podido visitar numerosas páginas webs en las que niñas de 9 a 18 años se visten como tú, quieren ser como tú, imagino que ansiando ese aura de libertad y aventura que les sugiere tu personaje. Y ahí se refleja otro valor cultural que quiere imponerse y galopa por cierta psique femenina moderna: para ser iguales en derechos y tener las mismas oportunidades que los hombres tenemos que asumir con fiereza (en aras del respeto social) valores tradicionalmente masculinos. Falso, absolutamente falso.

Créeme, Lara, no tengo nada contra ti, entre otras cosas, porque las mujeres que estamos en este otro lado de la pantalla hemos construido, a lo largo de siglos y siglos, muchas conductas en función de una sociedad patriarcal que nos sometía. Hemos tenido que aprender a deconstruir, a desaprender lo aprendido y a construir nuestra propia vida en función de nuestras fortalezas y debilidades. Por eso te animo a que te rebeles. ¡Sublévate Lara Croft, amotínate contra aquéllos que te han dicho cómo tienes que ser! En la realidad no virtual tuvimos unas pioneras que nos defendieron y cuya lucha nunca dejaremos de recordar. Lara, salta de juego en juego y rescata a todas tus compañeras virtuales. El camino de la libertad al principio es duro pero es la única manera de acceder a una vida digna. Por cierto, he oído por ahí que hay unos juegos de ordenador creados por empresas de mujeres de contenidos no sexistas. Seguro que te acogen a ti y a todas tus compañeras y podéis aportar a esa nueva comunidad todo lo que sabéis. El feminismo es amplio y no conoce patrias (eso es cosa de hombres).
Bueno, Lara, espero saber de ti.

Un beso.
itziar_elizondo@yahoo.es