REFLEXIONES SOBRE LA SESIÓN ESPECIAL DE NACIONES UNIDAS CAIRO + 5
(23 DE JUNIO - 2 DE JULIO 1999) Y LAS REUNIONES PREPARATORIAS. Mabel Bianco

Recibido a través del servicio MODEMMUJER.

Como much@s de Ustedes ya tienen información sobre este evento, no voy a reiterar cronológicamente los hechos. Prefiero comentarles lo que me parece más importante y que tiene trascendencia para la futura implementación del POA de la CIPD.

En primer lugar es muy importante señalar que, a pesar de las demoras y problemas se logró un documento final con el consenso de la gran mayoría de países, (en algunos momentos temimos esto no ocurriera). Si analizamos las diferencias con la discusión en Cairo, debemos reconocer que 5 años después la gran mayoría de los países reconoce la importancia de la implementación del POA de la CIPD y la necesidad de acelerar esta implementación. Las dudas se disiparon y hasta los que parecían los mayores opositores están hoy de acuerdo en su necesidad.

Se preguntarán entonces porque tanta discusión y demoras?. Quienes conocen el sistema de Naciones Unidas saben que es un sistema, por tanto lo que ocurre en cualquier otro tema por más alejado que parezca repercute y esto ocurrió en los últimos tiempos. Ocurrieron muchos problemas mundiales, en UN se adoptaron decisiones acordes con la mayoría, pero muchos países tienen diferencias muchas veces no verbalizadas por ser minoritarias. Otros países tienen intereses en cargos y/o temas y los usan políticamente en luchas de poder internas de NU. Entonces quienes nos interesamos por los temas de la salud y el bienestar sexual y reproductivo de hombres y especialmente de las mujeres, quedamos atrapad@s a veces en otros intereses. Todos válidos y muchos de ellos también de gran interés para nosotr@s, pero que por ser contrapuestos entre los países del norte y los del sur, a veces repercuten en otros temas.

En la Sesión Especial si bien hubo algunos intentos en contra, se ratificó el POA de la CIPD y la necesidad de su implementación. En este contexto la discusión en las reuniones preparatorias se centró en temas como los derechos de los adolescentes a la educación sexual y a los servicios de salud. La educación sexual y especialmente el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, requiere se respeten los Derechos Humanos de los niños y adolescentes y si bien no se quieren lesionar los derechos de los padres, es necesario evitar abusos respecto a los niños. Se consideró importante garantizar alguna forma de reaseguro que limite posibles abusos de los padres y que evite dejar indefensos a los niños frente a estos casos. Por eso se evitó no condicionar los derechos de los niños y adolescentes totalmente a los derechos de los padres.

La mayoría de los países no aceptaron la posición extrema de Irán, Sudan, Argentina, Nicaragua, Libia, Siria y la Santa Sede. Países que se negaron a otorgar al Estado la posibilidad de decidir el contenido de la educación sexual en las escuelas publicas, frente a la mayoría que consideraron prioritario "darle a los jóvenes del próximo siglo la oportunidad de estar bien informados".

Respecto a la importancia de los servicios de salud sexual y reproductiva para adolescentes, se planteó debían ser "accesibles y confidenciales". En este punto, los países más conservadores opinaron que "los padres deben conocer sobre que consultan sus hijas e hijos y los servicios sólo se pueden brindar con el consentimiento de los padres". A pocas horas del inicio de la UNGASS, estos párrafos continuaban sin acuerdo. Horas antes del cierre se aprobó por un amplio consenso que los gobiernos: "asegurarán la participación activa de padres, jóvenes, líderes comunitarios y organizaciones para lograr la sustentabilidad, aumentar la cobertura y la efectividad de estos programas" (par 34, inciso b).

En el capítulo IV, item E: Adolescentes, el inciso a) del par 73 señala: "para promover y proteger los derechos de los adolescentes al más alto nivel de salud, se deben proveer servicios apropiados, específicos, amigables y accesibles para atender las necesidades de salud sexual y reproductiva, incluyendo la educación, información, aconsejamiento y promoción de la salud. Estos servicios deben salvaguardar los derechos de los adolescentes a la privacidad, confidencialidad y consentimiento informado respetando sus valores culturales, creencias religiosas en conformidad con los acuerdos y convenciones internacionales". En el inciso c de ese punto dice: "respecto a derechos y responsabilidades de los padres de manera constante con la capacidad evolutiva de los adolescentes y sus derechos reproductivos a la educación, información y atención...".

Otro punto que fue motivo de debate fue el tema del aborto. En este punto en ningún momento se cambió el texto del punto 8.25 aprobado en el Cairo. Brasil propuso respecto a la implementación avanzar en dos aspectos centrales: 1) despenalizar a las mujeres y 2) entrenar al personal de salud para una atención más humanizada y efectiva para disminuir la morbi-mortalidad materna aún elevada. En este punto se incluyó en el par 63, inciso iii) el reconocimiento que "en los casos legalmente aceptados, los servicios de salud deben entrenar y equipar a los prestadores y tomar otras medidas para asegurar que sean seguros y accesibles". Como en el anterior punto solo pocos países como Argentina, Nicaragua, Libia, Sudan y la Santa Sede expresaron su oposición.

En el item b) del Capítulo IV  "Derechos y Salud Reproductiva" punto 57, inciso a) se propone: "la provisión y movilización de recursos suficientes para satisfacer la creciente demanda de información y servicios asegurando la más amplia gama de métodos anticonceptivos seguros, efectivos, accesibles y aceptables, incluyendo nuevas opciones y métodos subutilizados"

En los capítulos V: Colaboración y Trabajo conjunto y VI Movilización de Recursos, se ratificaron los lineamientos de Cairo en el respaldo al involucramiento y participación de las ONGs, la sociedad civil y el sector y la empresa privada. Respecto a recursos se incorporó el apoyo y la inclusión de la Cooperación Sur-Sur. Se urgió los países donantes "intensifiquen sus esfuerzos de cooperación externa para alcanzar las metas fijadas en el Cairo en 1994". Aclarado esto se use principalmente para: mejorar la condición y poder de las mujeres, la educación y cuidado básico de salud.

En síntesis, el proceso de Cairo+5 fue muy importante porque no solo reiteró el apoyo al acuerdo de 1994, sino que también consolidó las lineas de desarrollo e implementación, con mayor apoyo y respaldo de los países. Esto fue muy evidente en América Latina, donde excepto Argentina y Nicaragua, el resto de los países estableció acuerdos y lenguajes comunes sustentados en el respeto a las diferencias pero integrándose regionalmente. En esta linea el trabajo con las ONGs, especialmente las de mujeres es básico y clave para continuar el proceso.
 
 
 
 

Buenos Aires, julio de 1999.