ENTREVISTA A BETTY FRIEDAN

por Isabel Martínez Lozano
Revista: MeridIAM/ nº17 - 2000
Instituto Andaluz de la Mujer
 

Cuenta ya entre sus haberes con casi ochenta años, pero nos recibe en su apartamento de Washington con un aspecto físico que derrocha jovialidad: melena blanca bien cuidada, vestido largo y modernos zapatos, que nos hacen recordar a la Betty Friedan de siempre, una mujer moderna, adelantada a su tiempo y con una personalidad propia que se deja ver en cada uno de los elementos que la rodean. Betty Friedan vive sola en un lujoso apartamento de la zona alta de la ciudad de Washington, 2022 de Columbia Road. Sin embargo, a pesar de su edad se mueve aún entre la capital estadounidense, su casa de New York y el estado de California, en función de los  estudios que aún dirige y las conferencias que no ha dejado de pronunciar.

Hoy Friedan sigue ofreciéndonos reflexiones importantes para no bajar  la guardia en dos de los problemas que más le preocupan, la economía y el poder económico de las mujeres, y la reestructuración de los cuidados y responsabilidades familiares. Valora con nostalgia los esfuerzos y logros de los movimientos feministas de los 60 a los que ella contribuyó de manera  muy notable desde su obra La mística de la feminidad, que mereció el premio Pulitzer en 1964.

La fuerza de la escritura de Betty Friedan sólo es comparable a la de la pensadora francesa Simone de Beauvoir. La Mística de la Feminidad de la primera y El Segundo Sexo de la segunda, fueron los dos referentes del movimiento feminista de finales de siglo, ya que no sólo se limitaron a conceptualizar y considerar la problemática femenina desde un punto de vista sexual, sino también la analizaron como una cuestión de identidad.

En La Mística de la Feminidad, Betty Friedan arremete contra la concepción paternalista de la vida femenina, que define como “confortable campo de concentración” y contra la mística de su estatus de sometimiento y dominio. Insiste especialmente en que esa mística de la feminidad es el producto de un sistema económico muy concreto, y no propiamente del resultado del instintivo afán de dominio de un sexo sobre otro.

Actualmente Friedan vuelve a hacer hincapié sobre la economía y la política social como la base del trabajo continuo de las mujeres hacia la igualdad. No en vano ha dedicado los últimos años a entender y reflexionar sobre cómo influye la vida económica en la vida de la gente.

- ¿Dónde cree que está la prioridad de las mujeres en estos momentos para alcanzar la igualdad real?

- Lograr una paridad de género con respecto a los ingresos es la principal prioridad para lograr la igualdad en su totalidad. La igualdad económica es una gran necesidad para las mujeres. Tener un empleo que brinda ingresos significa que la mujer puede tener además una fuerza más igual en el proceso político. Pero los ingresos no constituyen el único beneficio que las mujeres encuentran en el trabajo. Más allá de lo monetario es imprescindible formar parte del trabajo continuo de una sociedad. No obstante, los ingresos son algo tan importante en la sociedad actual que de ellos depende la igualdad o la exclusión.

Cuando Friedan habla de economía, las ideas le fluyen a borbotones, se nota que es la pasión a la que ha dedicado sus últimos estudios. Betty Friedan ha dedicado los últimos años a ofrecer clases sobre feminismo en facultades de administración de negocios. Allí dicta conferencias a mujeres que tienen interés en los negocios abordando un nuevo pensamiento económico y un nuevo enfoque de las mujeres y la economía. Porque a pesar de la formación, las mujeres siguen estando en puestos más bajos. Por eso sus ideas enlazan perfectamente con las teorías de las feministas europeas, empeñadas también en que una nueva reordenación de los horarios y estructuras laborales permitirá que muchas más mujeres puedan acceder y permanecer en el mercado de trabajo.

“De lo que hablamos –señala- no es sólo de una simple paridad económica sino de opciones económicas para la mujer y el hombre. Veo que hay que ir hacia un cambio en la base empresarial redefiniendo el trabajo de una forma más flexible, sin limites, para así también ampliar la participación de las mujeres en el trabajo. Las políticas públicas y económicas además tienen que tener más en cuenta los asuntos sociales. El estilo masculino de gestión de empresa no es precisamente el que mejor funciona, hay nuevos estilos más flexibles. Las mujeres debemos usar nuestras propias definiciones. Los hombres también tienen que ganar con una nueva reordenación.

- ¿Está usted entonces convencida de que con una igualdad plena en el mercado laboral habremos alcanzado pues la igualdad real entre los géneros?
- No me cabe duda. En el 50% de las familias estadounidenses, las mujeres ganan el 50% o más de los ingresos familiares, y ahora las mujeres están accediendo a tantas carreras profesionales como los hombres. Por eso yo creo que en dos generaciones más, se habrá igualado el banco de talentos,  y ese es el futuro de la igualdad. Lo que les está fallando ahora a las mujeres es la falta de poder económico que tienen los hombres. El camino al progreso, el avance al poder en todos los campos se encuentra en las estructuras de los trabajos. Ahora todo se basa en la medida de los hombres y en esa medida las mujeres se ocupaban de lo doméstico. Por eso hay también que reordenar lo doméstico y los cuidados familiares. En los EE UU, por ejemplo, ahora tenemos una ley de excedencias para padres y esa será una medida importante. No obstante, no ha habido ningún movimiento en EE UU para acortar el tiempo laboral y hace 60 años que se consiguieron las 40 horas semanales. Necesitamos más conciencia de la importancia del  tiempo y de lo que ello conlleva para las mujeres.

- En cuanto al poder político, ¿qué opina de las cifras de participación política de apenas un 12% en el Parlamento?
- Hemos sido el país que primero empezó la lucha por la igualdad entre los sexos pero no el que más ha avanzando. Con respecto al poder político, en Europa las mujeres están más avanzadas que en ningún otro lugar. También es verdad que en EE.UU. nunca se ha propuesto ninguna fórmula radical para evitar esta situación de discriminación. No ha habido ninguna revolución al respecto. Se habla ahora de la reforma de la financiación de los partidos políticos y las campañas electorales, porque posiblemente esa haya sido la causa de que no haya tantas mujeres. Postular para un puesto y financiar tu propia campaña es muy costoso, y las mujeres no son las que más dinero tienen. En cualquier caso, es terrible el bajo número de mujeres políticas en EE.UU.

- ¿Es cierto que el Partido Republicano está pregonando de nuevo la vuelta al hogar de las mujeres?.
- Yo siempre he sido y soy una mujer demócrata. Hay elementos aún en el Partido Republicano muy reaccionarios, su posición tan radical. por ejemplo, de oposición al derecho a la libre opción y los servicios sociales y escuelas infantiles. Sin embargo, hay que valorar positivamente a las mujeres líderes que hay en el Partido Republicano. Elisabeth Dole, por ejemplo, que compitió en la carrera de las Primarias por la Presidencia de los EE UU, es una mujer muy preparada que ha tenido muchas posibilidades, o la Gobernadora actual del estado de Arizona. Hay que reconocer que el Partido Republicano cuenta con algunas mujeres muy bien situadas.

- Dicen las personas expertas que el Presidente Clinton ganó por el voto de las mujeres. ¿Cómo ha sido posteriormente el apoyo de las mujeres a Clinton?
- Recientemente estudié las cifras y había una brecha enorme de género. Fueron sin duda las mujeres las que dieron la victoria al Partido Demócrata. Yo entonces les dije a las líderes feministas, si  hemos elegido a Clinton, ahora podemos exigirle, y fuimos a verle. Le pedimos un Plan de sanidad infantil y más guarderías para los niños. Lo que necesitamos es eso. Sin guarderías todo es hablar por hablar, porque sin el cuidado infantil resuelto no se permitirá que las mujeres elijan.

- ¿Qué piensa del poder de la maternidad y la redefinición que algunas teóricas como la francesa Sylviane Agacinski hacen del papel de la maternidad?
- En América tenemos un enfoque más conservador sobre la idea de la familia. En este sentido nuestro país es más conservador si cabe, con la idea de ser madre. Yo estoy de acuerdo con redefinir la maternidad como poder y hay que tener en cuenta que el hombre no ha cambiado aún el modelo. Las mujeres se han encargado hasta ahora de los detalles domésticos para que el hombre pudiera triunfar. Por eso estoy de acuerdo con la idea de que ha habido un gran fracaso en el ámbito doméstico y cotidiano. Nuestra próxima revolución está en los cuidados familiares. De la etapa reproductiva la mujer nunca se recupera laboralmente hablando, y las mujeres de EE UU tienen los mismos títulos que los hombres. Por eso hay que tener en cuenta que la opción de la maternidad y la familia tiene sus riesgos.

- Hablando con un líder del Partido Republicano de IOWA, me aseguraba que EE. UU. no está preparado aún para tener una mujer Presidenta, pero que cuando llegue el momento la primera mujer Presidenta de los EE.UU. sería una mujer republicana ¿Usted que opina?
- Lo primero es una estupidez, pero probablemente sea una conservadora la primera mujer que pueda llegar a la Presidencia de los EE.UU. porque hay muchas mujeres con poder en el Partido Republicano. Tienen más mujeres líderes, a pesar de que es el Partido Demócrata el que se ha preocupado más de las mujeres hasta ahora.

- Cómo ve el futuro del movimiento feminista. Se oyen voces crítica de que es un movimiento poco renovado.
El movimiento surgió en un momento e hizo su trabajo histórico. A lo mejor el siguiente paso es que si la mujer tiene las mismas carreras y ganancias, y la diferencia está en los años fértiles, tendremos que ir a una reestructuración del pensamiento en lo que tiene que ver con los cuidados familiares, compartir las responsabilidades familiares. Las jóvenes dicen: no soy feminista pero... y repiten toda la agenda feminista,  sin embargo dicen no soy feminista. Las jóvenes en los EE.UU. gozan de más oportunidades de las que gozábamos nosotras. Las niñas tienen las mismas oportunidades. Las mujeres han logrado cierta equidad salarial. Si hubiera algún intento de retroceder las mujeres se echarían de nuevo a la calle.
 

SOBRE EL PAPEL DE BETTY FRIEDAN EN LA HISTORIA DEL FEMINISMO
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"Neofeminismo: los años sesenta y setenta”.