REMEDIOS VARO

              Datos obtenidos de El País. Febrero 2000
 
              Octavio Paz dijo de Varo que "pinta lentamente rápidas apariciones". The New
              York Times publica que está "inspirada por sueños, ciencia y la experiencia de las
              mujeres". Desde una roulotte que transporta a un pianista a través de un bosque
              sombrío hasta una mujer que fabrica una papilla de estrellas para alimentar a la
              Luna, la pintora española Remedios Varo (1908-1963) recoge las tendencias en
              lo que para los críticos es un surrealismo mexicano tardío. Y es que la artista, la
              pintora y la mujer que se encuentra tras todos estos dibujos, bocetos y cuadros
              recogió gran parte de su experiencia en México durante los últimos años de su
              vida.

              Pintora de recuerdos. Aunque poco y tardíamente reconocida, la obra de
              Remedios Varo se esconde tras una serie de dibujos intimistas que retratan su
              corta vida. El Washington Post describe a la artista como alguien cuyos cuadros
              siempre hacen pensar al espectador que los ha visto antes en alguna parte. El
              diario recuerda a los estadounidenses que la nacionalidad de la artista es
              española, aunque sea cierto que la mayor parte de su obra se desarrolló en las
              décadas de los cuarenta y cincuenta, cuando Varo era ya una exiliada en México.
              "Sus cuadros son como enigmáticas preguntas que no encuentran una respuesta
              precisa", afirma Luis Martín Lozano, uno de los coordinadores de la exposición:
              "Varo tiene un pie en la tradición, y el otro, en la experimentación".

              Aunque Varo sea probablemente una de las pintoras surrealistas menos
              conocidas, fue compañera de clase de Salvador Dalí. De ahí su presentación de
              los sueños, la imaginación y el simbolismo que en ciertos momentos puede
              recordar al genio surrealista de Figueres, y que en Remedios Varo se transforma
              en una presentación personal y única, fantasiosa y llena de misterio y enigmas.

              "Es una exposición exquisita. Me gusta la línea fina que maneja la artista y las
              expresiones en los rostros", afirma Juan Diego, un visitante colombiano. "La mejor
              artista surrealista después del Bosco", asevera N. Hawje, profesora ayudante de
              la Academia de Arte de Tirana (Albania).

              María de los Remedios Varo Uranga (1908-1963) nació en Anglés (Girona) y
              creció en Madrid. Durante su adolescencia fue alentada por su padre, un
              ingeniero hidráulico y librepensador, a que desarrollara su talento artístico. Varo
              se convirtió así en una de las primeras mujeres estudiantes en la Academia de San
              Fernando en 1924. Cuando terminó su aprendizaje, Remedios se casó con un
              condiscípulo de la Academia, Gregorio Lizarragay, y ambos se establecieron en
              París durante un año.

              En 1937 rompió esa relación y se fue a vivir con el poeta surrealista Benjamin
              Péret, que la introdujo en el círculo íntimo de André Breton. En 1940, la artista
              fue hecha prisionera por los alemanes y al año siguiente se fue con su marido a
              México, donde pasó a formar parte de un grupo de artistas exiliados, entre los
              que se encontraban Leonora Carrington, Gunther Gerzso y Esteban Francés. En
              1952 se casó con un político refugiado austriaco, Walter Gruen, auténtico devoto
              de su obra, que la convenció para que se dedicase únicamente a la pintura. La
              artista española murió en México en 1963 de un ataque al corazón, cuando tenía
              55 años.