XIII ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES – ARGENTINA

Se acaba de realizar en la ciudad de Resistencia, Chaco, una provincia del nordeste argentino, el XIII Encuentro Nacional de Mujeres, los días 10, 11 y 12 de octubre 1998

Es una gran alegría poder contarles a las mujeres que en el mundo luchan por sus derechos, sobre este exitoso encuentro de mujeres argentinas.

¿Qué son los Encuentros Nacionales de Mujeres?
El primero se realizó en Buenos Aires en 1986. Fue organizado por un grupo de mujeres participantes del Foro No Gubernamental que se realizó en Nairobi en 1985. Participaron 1000 mujeres. A partir de ahí, y en forma ininterrumpida ha recorrido el país y aumentado enormemente el número de mujeres participantes. El segundo fue en Córdoba, luego en Mendoza, después Rosario, Termas de Rio Hondo, Mar del Plata, Neuquén, Tucumán, Corrientes, Jujuy, otra vez Buenos Aires que reunió a 15.000 mujeres, San Juan y éste último en Resistencia.
Este año fuimos más de 10.000, y funcionaron alrededor de 100 talleres. Es un espacio donde mujeres de todo el país, de todas las condiciones sociales y culturales, nos reunimos para intercambiar y debatir nuestras ideas, nuestras experiencias y los hechos que están en el centro de la vida social, política, cultural y económica, analizando conjuntamente esta realidad desde la problemática específica de la mujer. Se realizan una vez por año, durante tres días, siempre en distintas ciudades del país. Las mujeres que participamos nos organizamos en talleres de trabajo que abarcan diferentes temas, entre ellos; mujer y familia, trabajo, educación, salud, sexualidad, poder, feminismo, violencia, mujeres indígenas, etc. La organización y funcionamiento de estos talleres permite la democrática participación de todas las mujeres. Durante tres días de trabajo somos protagonistas esenciales de la discusión y elaboración de las conclusiones que son posteriormente editadas y dadas a conocer a toda la sociedad.

¿Quiénes lo organizan?
En cada ciudad que es elegida sede se forma una Comisión Organizadora que la integran todas las mujeres que, a título individual, quieran participar de la organización del Encuentro. Esta Comisión tiene como objetivo garantizar el funcionamiento del Encuentro, que todas las mujeres que lo deseen puedan participar, para lo cual se habilitan escuelas y clubes como alojamientos, ya que las ciudades chicas no cuentan con estructura suficiente, además de que muchas participantes no cuentan con los medios para pagar hoteles. Esta Comisión se caracteriza por ser autoconvocada, pluralista, tener un funcionamiento horizontal, no hay jerarquías, todas las decisiones se toman en plenarios y por consenso (funcionan comisiones de trabajo). El consenso es un método que ha dado muy buenos resultados en este caso. En el Encuentro no se vota, ni en la Comisión Organizadora, tampoco en los talleres. En relación al financiamiento, no se acepta ningún tipo de aporte económico que condicione de alguna manera este evento. No hay sponsors, ni logos impresos de ninguna institución ni instancia gubernamental. Se cobra una inscripción muy baja, que es el principal ingreso. Si alguna institución o instancia gubernamental decide apoyar su realización, es con las condiciones antedichas. Estos encuentros “no tienen dueños”, las únicas dueñas son las miles de mujeres que participamos año tras año.

¿Quiénes participan? A pesar de la crisis económica profunda que existe hoy en nuestra sociedad, y los altos índices de desocupación, el aumento del hambre y la pobreza, cada vez son más las mujeres que se organizan en todo el país para poder participar en estos encuentros. Justamente porque es un ámbito de intercambio de experiencias, donde cada una denuncia la situación que vive, aprende de las que en situaciones similares ya han avanzado más en encontrar soluciones. Y, ante todo, todas nos sentimos en igualdad de condiciones para el debate. No hay “especialistas” que dictan conferencias y mujeres sencillas que escuchan y “si pueden” preguntan algo. Todas participamos por igual. Mujeres que hacen enormes sacrificios para concurrir, desde juntar moneda por moneda, hasta dar batalla para dejar su casa, los maridos, los hijos, los prejuicios, el barrio. Mujeres de la ciudad, del campo, docentes, desocupadas, obreras, profesionales, mujeres políticas, jóvenes, de la tercera edad, con distintos intereses y expectativas, que después de este intenso intercambio volvemos enriquecidas a nuestros lugares de trabajo y vivienda, en mejores condiciones para enfrentar y transformar la realidad que vivimos. Realidad que hemos ido descubriendo en este debate de miles y tomando conciencia de la doble opresión que sufrimos, la que tenemos como trabajadoras que compartimos con el conjunto del pueblo trabajador y la opresión de género que sufrimos por el solo hecho de ser mujeres, la doble jornada que casi todas desempeñamos.

Algunos debates.

Este año fue particularmente intenso el debate sobre la situación de crisis, la desocupación, el hambre y las consecuencias que repercuten particularmente en las mujeres, muchas cabeza de familia. Todas consecuencias de las políticas de ajuste del Gobierno de Menem.  Participaron las principales protagonistas de las luchas que durante todo el año recorrieron la Argentina. Dieron con su entusiasmo una gran esperanza a las que todavía piensan, escépticas, que esta situación no se puede cambiar. Hubieron así variadas propuestas de lucha.

Un tema que volvió a estar, como años anteriores, en el centro de la discusión es el tema de la anticoncepción y el  aborto. En nuestro país se realizan 400,000 abortos al año (mueren, según las estadísticas, 100 mujeres de cada 100,000 abortos realizados). Pero quiénes mueren? Las qu