MUJERES AFGANAS SUPLICAN AYUDA

Islamabad, Paquistán, 28 de abril de 1999 (Kathy Gannon/AP/Tertulia).
Portando pancartas que denunciaban a los dictadores talibanes en Afganistán, mujeres afganas marcharon hoy frente a la oficina de las Naciones Unidas (ONU) en Paquistán para exigir la atención del mundo a su causa.

"Solamente recibimos silencio de la comunidad internacional. Necesitamos ayuda", dijo Huma Saeed, portavoz de las manifestantes, lideradas por la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán. En una declaración de una página, el grupo criticó a la comunidad internacional y a los medios de comunicación, denunciando que su país ha recibido solamente atención esporádica, mientras la causa de las personas refugiadas de Kosovo obtiene una extensa cobertura.

"¿Será que la sangre europea es (más importante) que la sangre de la gente afgana?'' pregunta la carta, que fue entregada en la oficina de la ONU.

En el 90 por ciento del territorio afgano dominado por los talibanes, a las mujeres se les prohibe trabajar fuera del hogar y a las niñas no se les permite asistir a la escuela. Los cuidados de salud han sido segregados y los médicos, las camas y medicinas para mujeres son insuficientes. La Asociación afirma que tampoco es una esperanza la alianza contra los talibanes, conformada por grupos islámicos que gobernaron en Kabul desde 1992 hasta que los talibanes tomaron el poder en 1996.

Miembras de la asociación han recibido numerosas amenazas de afganos que se identifican como talibanes. En diciembre, en el noroeste de Paquistán, hombres que dijeron ser talibanes amenazaron con quebrarles las piernas a las mujeres que participaran en una marcha contra el régimen. La marcha fue cancelada.

Las mujeres también criticaron hoy los esfuerzos de paz de la ONU que ofrecen a los grupos islámicos radicales una tajada del poder. "Demandamos saber por qué las Naciones Unidas y otros organismos mundiales insisten en entregar el destino de nuestra gente en manos de asesinos fundamentalistas", dice la declaración. (Traducción de Laura E. Asturias)