COMUNICADO (10-10-01)

Plataforma DD.HH. Mujeres y de Ayuda a Afganistán
 

Tras el inicio de las operaciones militares sobre Afganistán, expresamos nuestra rotunda condena  a esta operación bélica, que desencadena una nueva coyuntura mundial, de consecuencias imprevisibles.

Como es sabido, Afganistán es un país varias veces devastado por las guerras y sometido a una brutal opresión por parte de fanáticos religiosos. Por lo tanto, EE.UU. y los aliados deben apoyar a los centenares de miles de refugiados afganos que ha provocado y provocará la intervención militar. Asimismo, y a diferencia de lo que ocurrió en Irak,  dicha intervención ha de lograr como objetivo último la liberación de Afganistán, el establecimiento de un sistema democrático que garantice los derechos humanos, de las mujeres muy especialmente, así como la reconstrucción material y moral del país.

Nos alegra escuchar reiteradamente que esta intervención militar no lo es contra el pueblo afgano ni contra el mundo árabe e islámico en general. Por ello, la mejor manera de sustanciar estas declaraciones es que los EE.UU. y los aliados impongan a Israel las resoluciones de la ONU que establecen desde hace más de 50 años el derecho del pueblo palestino a una tierra y a un Estado propio.

Asimismo, es necesario que las llamadas potencias occidentales promuevan el desarrollo económico y el bienestar material de los pueblos árabes y la democratización de sus Estados, ocupados en muchos casos por sátrapas corruptos.

Es de la opresión insoportable sobre Palestina, del subdesarrollo, de las tiranías, que se nutren el fanatismo y el terrorismo árabes. Acabar con esas lacras resulta imprescindible para acabar con el odio, la muerte y los muertos que corren siempre a cargo de los mismos: las poblaciones inocentes.
 

Cualquier solución política en Afganistán tiene que contar con las mujeres. En estos momentos en que se habla de alternativas al régimen talibán reivindicamos la presencia de las mujeres en las mesas de negociación política, sin ellas no es posible encontrar una solución democrática para Afganistán. Sus Organizaciones de mujeres son de las pocas que han logrado mantener una sociedad civil organizada que ha luchado por la defensa de los derechos humanos, la paz y el restablecimiento de las libertades en su país. Ellas han sido las víctimas directas del radicalismo integrista durante años y así se ha estado denunciando desde las organizaciones feministas y desde las organizaciones de defensa de los derechos humanos de las mujeres.
 

La O.N.U. debe liderar las medidas a adoptar por EE.UU. y el conjunto de la Comunidad Internacional para alcanzar estos objetivos, prestando especial atención a la ayuda humanitaria de la población civil, y al desarrollo económico y democrático de Afganistán.  Es ese sentido condenamos la suspensión realizada por la O.N.U. de la Ayuda de Alimentos que se venía prestando a la población afgana.

Mientras tanto son las Organizaciones de Mujeres mencionadas (HAWCA y RAWA) las que están atendiendo la avalancha de refugiados que huyen de la guerra y el hambre.
 

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