08 Oct '08 -Un poema de Víktor Gómez
Un violín roto, decía León Felipe.
Un caballo azul, George Trakl.
Un extraño animal, invocaba Blanca Varela.
Yo no sé,
en estas aguas transparentes,
en esta ausencia de barro,
cómo no beber
el veneno de su claridad sin
morir al bien
que enjugazado se quedó,
que se queda embarrando
- como mi infancia en su quicio -
desde una orilla de asnos insomnes.
Porque hay aguas limpias
que son mortales
pero ningún niño se murió
jugando en la orilla barrosa.
Yo no sé como explicarlo.
Dedicado a Ana Espinoza y Julio Obeso
(Del inédito "Perfeccione lo inútil a lo inútil")
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