07 Jul '08 -Un poema de Antonio Orihuela



En Auschwitz dicen que puedes ver el fracaso de un modelo de capitalismo,
así que sólo por ver al capitalismo fracasar en algo me fui a Auschwitz
y metí la cabeza dentro de uno de los hornos crematorios.

Yo, en Auschwitz, en el año dos mil cuatro de la guerra,
escrutando el futuro
vi un viaje en espiral sin tierra prometida.

Vi educadores para la paz y la convivencia
en un sistema autoritario, violento y opresivo,
que sólo reconoce la violencia como doméstica y callejera.

Vi europeos que empiezan a creerse europeos
sólo porque esto empieza a llenarse de chinos, moros y negros.

Vi inmigrantes que ya no hay que ir a buscar en barcos negreros,
inmigrantes que el mercado aprovecha para trabajar
y el Estado para meter miedo.

Vi cuarenta y cuatro millones de móviles
que nada tienen que decirse.

Vi jóvenes disfrazados de Latin Kings y Ñetas.
Vi la clase media, su hipocresía y su indiferencia,

y vi, más allá de las puertas cerradas, los palos y las verjas,
niños arrollados por la circulación de las mercancías,
hombres dudando entre la esclavitud y la bomba humana.


Miraba, miraba y miraba
la destrucción y la miseria
y todavía los fascistas decían que aquello era quimera,
fantasía y cuentos de viejas.

Quise sacar de allí la cabeza
pero hacía mucho que tenía
la cabeza fuera.

(del libro Todo el mundo está en el cine; Baile del Sol, Tenerife, 2008; en prensa)

Editado por quique, el día 07 Julio '08 - 15:53, en Poemas.

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