24 02 08"A pesar de todo", de Luis Amézaga
Libro recién publicado en Ediciones Baile del Sol (Tenerife, 2008).
CACERÍA
Hay guerras que podan los árboles
y paces que los dejan marchitar.
Un grupo de adultos se arracima,
homenajean al dolor,
arañan mejillas
provocan la sangre
en el ritual de la indignación
Se derrumban
ante las tumbas de juguete.
Los niños acudieron a las sirenas
Un hombre sin plumas, desde lo alto,
les lanzó un visado a lo paranormal
Ellos abrieron los brazos
para acoger el proyectil ciego.
La muerte está muy mal vista
Quizá sea porque hay que cerrar los ojos
definitivamente
para poder verla.
Para saber más del libro, sigue aquí
.
AUTOR: Luis Amézaga, Vitoria (España)
TÍTULO: A pesar de todo
GÉNERO: Poesía
EDITORIAL: Baile del Sol
ISBN 978-84-96687-04-2
Nos encontramos ante un poemario cargado de simbolismo y figuras existenciales; la originalidad de las imágenes que transmite resulta a veces cómica a veces de una lírica conmovedora, pero en ningún caso deja indiferente, por la irreverencia de sus símiles y la profundidad de sus temas, abordados con gran decisión y claridad.
El universo íntimo del autor se nos perfila con gran expresividad y una plasticidad en el lenguaje que llama la atención por su precisión sensitiva; a través de las líneas de sus versos podemos ir observando el devenir de la filosofía del hombre y su existencia: vemos a Pirandello, a Camus y a su hombre absurdo…
El autor va reflejando en sus poemas su concepción del hombre y del mundo: “Nuestras caras / son monigotes de cera / que se dibujan con lapiceros de cable”, y son estas figuras, cargadas de crudeza y de impacto estético, las que atraen y conquistan en un poemario plagado de reflexiones internas.
Luis Amézaga en
A pesar de Todo recicla los detalles desechados por la memoria de corto alcance, los hace pasar por un crisol susceptible a las dimensiones de la arquitectura conductual humana, procesando su esencia a través de un análisis perspicaz y agudo. Sin embargo, el mérito no recae precisamente en este intrincado proceso, sino en la forma de replantearnos la cotidianidad. Hablo pues, del producto literario derivado de esos segundos olvidados, de esos instantes a los cuales se les niega una breve pero certera reflexión, de esos espacios que merecen ser vistos bajo otras perspectivas, pues ellos hablan mejor sobre nuestra existencia que cualquier otra cosa que hayamos ideado.
Ha dicho algo al respecto:
Déjeme decirle que existe una conexión entre fondo y forma en su libro. Ésa es una de mis obsesiones de siempre, que, aunque actualmente se centra en lo político, me viene de mis lecturas literarias. Creo que el viaje que le propone al lector es hermoso; es el viaje que con coraje debe proponer todo aquel que decida cargarse un par o tres de árboles para publicar sus textos en un libro. Los dos primeros poemas son de lo mejor del poemario y dibujan el punto de partida: el dolor y la muerte. Desde ahí, se le propone al lector remontar el río, hacia arriba, a pesar de todo, adelante. Pero no estamos ante ningún auriga platónico (uno de los versos que me quedo para mí es el de esos dioses que “llenan de grafitis las paredes de estuco”), sino más bien ante la cruda realidad, desencajada y arbitraria. El viaje propuesto es el de una fantástica semana en la vida de cualquier español medio infeliz que aspira a encontrar compensaciones. En mi opinión, esa irregularidad de la vida se encuentra también en el libro. Además, como poeta, usted no se esconde. En el mismo poema que ha escrito “granos de arena miden el tiempo de la boca”, suelta un verso como “El mar es un niño de incontinencia sollozante”, que no es un buen verso. Pero usted se da
cuenta, y en lugar de reescribirlo, añade: “¡Uff!”. No sólo es un acierto por lo honesto, sino porque expresa los bandazos que ha dado el viaje a lo largo del libro, introduce en esa vorágine al propio libro como objeto, y deja testimonio de la relación del autor con el mismo.
Israel () (link) - 03 03 08 - 18:36
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