12 Dic '06 -Supositorios de micebrina: uno al día.

En un grupo de anarquistas españoles dirimían, en 1936, sobre el destino de los burgueses reaccionarios cuando triunfase la revolución libertaria: "tendrán que crear su propia comuna autogestionada, aparte, con sus propias leyes".

Hace dos semanas, mi jefe de personal, voz de trueno, defendiendo su derecho a jugar en bolsa, se declaraba airadamente anarquista.

Anteayer, las amigas quinceañeras de mi sobrina afirmaban su soberana libertad: "elegimos cómo vestir, qué escuchar y dónde comprar". Cuanto más poseen, más libres se sienten.

En las actividades de investigación de la Guía de Lectura de la edición de Espasa Calpe de "Rebelión en la Granja", página 201, se le realizan las siguientes dos cuestiones a los jóvenes lectores: "¿En las sociedades con régimen socialista es posible una vida democrática y respetuosa con las libertades individuales?" y "¿Por qué han fracasado los sistemas comunistas allí donde se han implantado?".

Un buen amigo mío trabaja para una editorial realizando antologías literarias. Otro es gerente de una empresa de publicidad. Otra ocupa un cargo medio en una empresa de telecomunicaciones. Pagan hipotecas. Su jornada laboral dura doce horas. No sienten melancolía.

Un joven actor, proviniente de un barrio obrero de una ciudad irlandesa, firma un contrato multimillonario para publicitar una marca de perfume de lujo. Afirma que no lo hace por dinero, sino porque conecta bien con el espíritu de rebeldía que la colonía simboliza.

Anabel Segura, de veinte años, vivía en La Moraleja. La secuestraron y asesinaron dos hombres con la pretensión de cobrar un rescate con que comprarse un chalé adosado.

Bécquer, en sus rimas, idealizaba a la mujer hasta convertirla en una abstracción, al amor en un imposible, al dolor en un juego. En esa oscuridad sólo había un faro, también ideal: el genio individual flotando entre la niebla.

Un amigo polaco me cuenta un chiste típico de su tierra: "El comunismo nos engañó en todo, excepto en que el capitalismo es mucho peor".

A una compañera de trabajo, hace unos meses, un desconocido la llamó puta desde un coche. A otra, en el portal de su casa, un adolescente la estranguló hasta dejarla sin conocimiento sólo para robarla treinta euros y un móvil.

La limpiadora rumana de mi empresa me dice lo siguiente: "Entonces mis hijos iban a una buena escuela y salíamos a esquiar una vez al año. Echo de menos la montaña".

Leo otras antítesis: libertad condicional, lumpen consumista, mentira pausible, estrategia ganadora, administración de justicia, talento personal, desarrollo sostenible, capitalismo responsable, pertenencia a banda armada.

Un barco cruza un estrecho canal entre las tinieblas. Si alcanza el otro lado sin embarrancar ni hundirse, su capitán dirá que ha logrado culminar con éxito la travesía, pero nada sabrá sobre el paraje que ha cruzado. En su éxito la realidad no se manifiesta. Sólo si encalla o vuelca conocerá el peso de lo real.

Editado por ctp, el día 12 Diciembre '06 - 18:03, en Critica Comentario.