31 Oct '06 -Perejilaida. La gesta del perejil

Pedid y se os concederá: Efectivamente esta vicesatrapía de papeles traspapelados halla en su poder copia mecanografiada de la gloriosa Peregilaida que antaño cantara la Hesperpéntica Hépica Hispánica bajo el despótico reinado de Aznarez I, y que nadie difundió aunque sus señorías parlamentarias y gentes de los medios pudieran leerla, y aún recitarla algún que otro despistado como el que esto escribe, tras hacerse con el texto por ‘patafísicas casualidades. Por cierto que la viva voz da a esta composición satírico épica toda su fuerza, y no puede esta insignificancia si no recordar con nostalgia y alegría aquellas veladas en que algunas congregadas desplegaron todo su buen hacer declamatorio y dramático para hacer vivir tan sonada gesta. El texto viene firmado "Jose", y en torno a su composición y autoría hay diversas especulaciones, basadas en las diferentes copias mecanografiadas de Gormaz, Arbeteta y Villaalbilla. Oscilan entre la hipótesis del único rápsoda poseido por ingente ingesta de noticiosos y la creación colectiva por acumulación de Juglares zurdos y gamberros. El anonimato, pues, que todo cantar de gesta requiere como presentación está servido. Como “la gesta del Perejil” cuenta con sus buenos ochocientos versos, inauguramos la serie de su difusión por entregas semanales, respetando las escenas que ofrece el propio texto, para recreo de las generaciones presentes y ejemplo de las venideras.

Primera Entrega. A este lado del Estrecho.

Folgando está Don Rodrigo Rato en la horilla de tajo
con el cava en la encimera, los pies en el cartapacio,
escuchando los rumores armoniosos del estadio,
los ojos en las pelotas que de bando van cambiando
según juegan y retozan sus deditos con el mando.
La pantalla saca pechos henchidos de noticiario
y de esta manera le habla tan propia de prensa y radio:
" Don Rodrigo, Don Rodrigo, espabila, mentecato,
mira lo que yo te digo, oye lo que te retrato,
que ya están pasando el mar los bajeles africanos,
ya han pasado de la raya, ya pisan en vuestro campo,
ya está el eterno rival por vuestra puerta campando.
Mostrar habéis hoy los godos para qué tenéis el mando,
no rebusques, que no hay pause, y el canal lo están cruzando,
es la hora de dejarse la camiseta en el campo.
Espabila Don Rodrigo, no te quedes con el pasmo,
no te arredres ni te encojas, del cuello saca los labios
o muy pronto no tendrás de dónde chupar del frasco,
¡acude, corre, vuela, pasa de guardias urbanos,
no respetes las aceras, ni semáforos, ni ancianos,
menea al instante el culo, no pares hasta palacio!
No descuides el momento, no estés mano sobre mano,
¡qué nadie diga que España se ha perdido por un rato!”

Don Rodrigo a la jineta salta sobre su Bultaco,
en batín y con lo puesto, sin calzar bota ni casco.
Ya al buen Alvarez encuentra prisionero en un atasco,
de un decreto le rescata, como alma que lleva el diablo
ya le lleva de paquete a sus lomos agarrado,
cabe un arco de triunfo que coronan roña y guano
cual palomos mensajeros ya a Moncloa van llegando.
El sol ya se está escondiendo, la media luna asomando,
entre los parques vacíos, tras el anuncio de un banco,
el rumor de cien partidos en el fondo de los patios,
a parejas que se abrazan y a los perros solitarios.
En la verja les reciben tres civiles bostezando,
retumban tras de los muros fieros golpes y los pasos
que acompañan de costumbre a un sin fin de pelotazos,
los que el buen Aznárez suele repartir con diestra mano.
Cubre el humo las estrellas y las calles los atascos,
ocho torres en Madrid las Ocho en punto están dando.
En la esquina de la pista, los ministros cabizbajos,
en la punta de los montes, la media luna asomando.

Editado por satrapaPh, el día 31 Octubre '06 - 12:34, en series.

Han dicho algo al respecto:

Comentario de inwit - 01 Noviembre '06 - 09:13



Oh, oh, qué regocijo invade a sus insignificancias por el rescate de tan bonito texto! Qué de bailes, cómo catala y cómo tregua, cuánta alegría!



Comentario de castigatrix - 01 Noviembre '06 - 13:29



Inwit querida: si tanta alegría te produce este primer embate, no sabes con cuánta has de encontrate en lo que sigue. Verás reales reyes moros celosos de bigotes populares, traiciones genovesas, bajeles armados que no cortan el mar sino que lo trinchan, debates parlamentarios, opas hostiles y complotes periodísticos… todo ello pintado de los más vivos colores y rematado por hermosas doncellas que, emulando a las cabras de perejil, muestras sus ubres en el islote para solaz del papanatismo patrio y machista. En fin, poesía de verdad.

Ph, como habremos de encontrarnos en breve, no deje Vd. de hacernos llegar una copia de la Perejilaid (aquí también perdimos la nuestra) para que le ayudemos en su labor de copista. Me atrevo a aventurar también esto que sigue: que la Perejilaida es obra popular y anónima como absolutamente todas, pero que hubo un sólo copista, tal vez de San Esteban de Gormaz o tal vez de Sotodosos.



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