23
Los grandes nihilistas de antaño,
esos gigantes de la guerra y del amor,
esos apóstoles, esos heraldos
de cualquier ardiente Revolución,
no hubieran resistido este aroma,
este ácido fluido en el que vives,
este silencio y este vacío. Qué hay
de los Grandes Incendios
cuando se acaban las materias combustibles,
qué de los satélites sin un planeta central.
MUERTO EN ESPAÑA
Una vida al fin digna de tal nombre,
bien repleta de sol y de cervezas en terrazas
es todo lo que pide para sí: el cielo azul,
la brisa del mar, perpetuas camisetas
y tele por satélite: para ver al Arsenal
y el Channel 4, para no darse cuenta
de que está muerto en España, y ha ido al Purgatorio
y los camareros de aquí ya no entienden su idioma.
Jose Daniel Espejo, Música para ascensores.
(Remitidos por el autor. Clic aquí para enviarle un correo-e).