02 Sep '10 -Poemas de Pedro Sevilla
VALOR DE LA POESÍA
Te preguntas, a veces, qué sentido
tiene escribir poemas, en renglones contados
ir fijando memoria y biografía
cuando el dolor es dueño de las calles
y plaza sin palomas.
¿No es empeño de humo esta acuciante
tarea de explicar una vida, la tuya,
mientras los otros mueren o malviven
en el ancho país de la injusticia?
Piensa que si estas cosas te planteas,
y el ajeno dolor no te resulta
indiferente, es algo debido a la poesía:
perseguir la belleza con palabras y ritmo
-que eso es un poema-
no arreglará una vida cruel e inexorable,
pero a ti te hace bueno, y triste, y misterioso,
tres cualidades que, si bien te fijas,
nacen de frecuentar a la hermosura.
Así que no lo dejes, persevera,
traza la cuchillada de luz de algunos versos
con los que a veces tiemblas y que hablan de ti.
Crearás un fantasma, el fantasma que eres.
Pero, eso sí, un fantasma cargado de moral.
****
ÉRAMOS VIOLENTOS
Éramos violentos y algo tristes.
El paraíso entonces
era besar tus labios,
ir contigo a los muros donde en tiempos de paz
se abrazan las parejas
como si cachearan al amor.
Era el setenta y siete.
Tenías veinte años y un temblor en el pecho
de palomas miedosas que acostumbraron pronto
a probar la ternura de mis manos.
Éramos violentos: agentes de uniforme
saqueaban las aulas en busca de octavillas,
de libros prohibidos;
no comprendieron nunca que en los parques de octubre,
besándonos los labios,
fuimos más inquietantes, mucho más peligrosos
que gritando en las calles mientras nos perseguían.
Tenías veinte años:
Recuerdo que en un muro,
bajo la sangre quieta de unas siglas,
hicimos el amor en pie de guerra.
Dos poemas de Pedro Sevilla
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