09 12 09Madrid. 12 diciembre CPPC: Recital de Isabel Pérez Montalbán, Juan Antonio Mora y Ángel Calle

(IX): Sábado 12 DICIEMBRE - 19 h.
Isabel Pérez Montalbán, Juan Antonio Mora y Ángel Calle


CPPC - CENTRO PERMANENTE DE POESÍA CRÍTICA
Poesía que no cede a la hipnosis

Librería Asociativa Traficantes de Sueños
C/ Embajadores, 35
Madrid
www.traficantes.net


Isabel Pérez Montalbán (Córdoba, 1964) ha publicado los poemarios No es precisa la muerte, Pueblo nómada, Puente levadizo (Ayto. de Albacete, 1996), Fuegos japoneses en la bahía (Miguel Gómez, 1996), Cartas de amor de un comunista (Germanía, 1999), Los muertos nómadas (Diputación Provincial de Soria, 2001), De la nieve embrionaria, El frío proletario (2002), La autonomía térmica de los pingüinos (2005), Siberia propia (Bartbely, 2007) y Animal ma non tropo (Crecida, 2008). Está seleccionada en varias antologías y libros colectivos, como Once poetas críticos en la poesía española reciente o 23 Pandoras. Poesía alternativa española.

Juan Antonio Mora (Andujar, Jaén, 1950) ha publicado, entre otros, los libros de poesía El poeta no duerme (1985), Poemas rotos (1987), Fantasías de mendigo (1990), La ciudad es un desierto (1992), Te perderás en el aire (1993), Pabellón de incurables (1993), Desnudo como el agua (1994), Mi corazón es un verde olivo (1995) o Abril en el espejo (1998). Dirige la veterana revista de poesía La hamaca de lona.

Ángel Calle (Madrid, 1969) es profesor en la Universidad de Córdoba y tiene publicados los poemarios Los Vínculos (Isla Varia, 2006) y Utopistas y desutópatas (Baile del Sol, 2008). Es integrante de la cooperativa agroecológica la Acequia (Córdoba) y de la plataforma ¿Quién debe a Quién?, colaborador en la productora de documentales sociales Producciones Necesarias, y actualmente.




¿HAY ALGUIEN AHÍ?

Voy buscando alegrías extraviadas
hace apenas una infancia.
Aun caliente y entusiasmada
corretea por mi memoria la algarabía
insobornable
que nos lanzaba a reinventar
los últimos juegos, los primeros vínculos.
Desearía no regresar sino continuar
fundiéndome en renglones alargados
sin prisas ni prensa mediando
con personas no ya-escritas-del-todo
ávidas de redactarse de pies a corazón.
Ando interesado en plazas abiertas
mundanales y mundiales
que sirvan de interludio al menos
a tanto esquinazo rabioso
que la gente nos vamos dando por ahí.
Ofrezco pequeñas razones para levantarse de la cama
almuerzos lentos de felicidad a contrapelo
y una casa tibia, enlazada y levitable
para el resto de las tardes.
Imprescindible constancia
buen humor y bajos humos.
No envíen foto
sino presencias.

(Ángel Calle)





VIVIENDAS FUNDACIÓN BENÉFICO-SOCIAL
(SECTOR SUR, CÓRDOBA, 1961-1965).
ARQUITECTO: RAFAEL DE LA HOZ

Teníamos un tiesto con claveles,
las coplas dedicadas por la radio
y un corazón de periferia
con vistas a la diáspora y al tizne.

Yo contaba dos años, tan blanca la memoria
que no recuerdo nada, pero he visto
en una exposición de arquitectura
mi barrio, las vanguardias y el enjambre moderno.

La vivienda social era una huida
de los asentamientos marginales.
Así, pensando en los más pobres
y en nuestra natural inclinación
al revoltijo y a la bronca,
nos construyó el Estado ese polígono
de casas protegidas, de refugios al margen,
como nidos aislados de hipoteca.

En medio de un solar sin jardineras,
ni césped verde inglés ni toboganes,
se edificó una urdimbre de bloques tan idénticos,
con sus cubiertas de teja a dos aguas,
como idénticas jaulas de tristeza
para pájaros torpes o vidas que no logran
alzarse, y a ras de asfalto se mueven
con sus muros de carga paralelos.

Viviendas solidarias, dijeron los ministros.
No dijeron más dignas que nosotros,
criaturas sin modales ni costumbre,
casi bestias del campo a la intemperie.
Porque un techo no basta. Porque no hay dignidad
ni en la pobreza ni en el hambre.

Teníamos un cielo lapislázuli,
igual que en las películas.
Y un corazón a dos aguas de cauce turbulento,
y un corazón a dos lavas de volcán siciliano,
y un corazón a dos sangres fluyendo por los días.
Teníamos un arte de realismo puro:
fachadas de ladrillo visto,
polvaredas del natural,
secuencias al estilo de Vittorio de Sica.
Y un corazón al revés, a dos aguas.
Pero con una sola muerte.

(Isabel Pérez Montalbán)



Poetas andan por los jardines
escribiendo versos a la luna,
a la rosa melancólica de las flores,
a los jazmines ripios del viento,
al corazón enjuto de los ruiseñores.
Poetas andan por los jardines
deslumbrantes de las urbes,
quebrantando la memoria,
extraviados en trenes oscuros y rotos
de la infancia.
Y algunos olvidan -sin mala intención-
en sus versos al hombre
con su carga de dolor en el rostro
y sus lágrimas al hombro
y sus sueños y despojos al cielo,
alejados de la realidad social,
del compromiso y la acción.
Poetas andan por los jardines
-siempre con un libro de sonetos perfectos
entre las manos-
y con su mala memoria
al pueblo con cuidado olvidan.

(Juan Antonio Mora)

Editado por alberto, el día 09 12 09 - 20:14, en Poemas, Propuestas y proyectos, Recitales.

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