14 09 09CPPC (VI): 19 septiembre: Mestre, Méndez Rubio y Crespo Massieu

PRÓXIMO RECITAL
DEL CENTRO PERMANENTE DE POESÍA CRÍTICA (CPPC)

(VI): Sábado 19 SEPTIEMBRE - 19 h.
Juan Carlos Mestre, Antonio Méndez Rubio y Antonio Crespo Massieu

Librería Asociativa Traficantes de Sueños
c/ Embajadores, 35
-Madrid-
www.traficantes.net


Juan Carlos Mestre (Villafranca del Bierzo, 1957) ha publicado cerca de una veintena de libros de poesía, como Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo (Rialp, 1986), Las páginas del fuego (Letra Nueva, 1987), La poesía ha caído en desgracia (Visor, 1992), La tumba de Keats (Hiperión, 1999) y La casa roja (Calambur, 2008).
También destaca la antología de su obra Las estrellas para quien las trabaja (Lucerna, 2001).
Igualmente, es artista visual, ámbito por el cual ha expuesto en Europa y América y ha editado varios libros, como Cuaderno de Roma (Ayuntamiento de Málaga, 2005).

Antonio Méndez Rubio (Fuente del Arco, 1967) es profesor de Comunicación Audiovisual y Periodismo en la Universidad de Valencia. Ha escrito los poemarios Llegada a Dublín (Universidad de Valencia, 1988), Fugitivo tesoro (Carabelas, 1993), El fin del mundo (Hiperión, 1995), Un lugar que no existe (Icaria, 1998), Trasluz (Calambur, 2002), Por más señas (DVD, 2005), Razón de más (Igitur, 2008). Parte de su producción ha sido recogida en el volumen Todo en el aire: Poesía 1995-2005 (Editora Regional de Extremadura, 2008).
Además, es autor de los libros de estudio crítico Encrucijadas: Elementos de crítica de la cultura (Cátedra, 1997), Poesía y utopía (Episteme, 1999), La apuesta invisible: Cultura, globalización y crítica social (Montesinos, 2003), Perspectivas sobre comunicación y sociedad (Universitat de València, 2004), Poesía sin mundo: Escritos sobre poética y sociedad 1993-2003 (Editora Regional de Extremadura, 2004) y La destrucción de la forma : y otros escritos sobre poesía y conflicto (Biblioteca Nueva, 2008).

Antonio Crespo Massieu (Madrid, 1951) es licenciado en Filosofía y Letras y Diplomado en Estudios Portugueses. Ejerce de profesor de literatura española en Enseñanza Secundaria.
Se han editado sus poemarios Acaso revelación, En este lugar (Fundación Kutxa, 2004), Orilla del tiempo (Germania, 2005) y Elegía en Portbou. Además, su libro de relatos El peluquero de Dios (Bartbely, 2009). Ha publicado la antología comentada Una mano tomó la otra. Poemas para construir sueños (Comunidad de Madrid, 2002), junto a Pedro Hilario, Roberto Bravo y Fernando Cañamares. Desde 1997 es responsable de las páginas literarias de la revista Viento Sur, de cuya redacción forma parte.


EN ESTE LUGAR

Como si pudiéramos leer el mundo
la inestable infinita correspondencia
de formas la semejanza y sus contornos
el enigma o asombro repetido de la luz
la fugaz eternidad de nube o pájaro
y aún los astillados hirientes fragmentos
de la historia sus catástrofes sucesivas
Como si algo perdido recóndito
un origen o promesa o término
tuviera sentido y lo distante
se aproximara como el pájaro
al silencio y así de improviso
la semejanza se hiciera visible
y sentir el hilo tenue que hilvana
hechos sucesivos analogías
trenza figuras teje y desteje
traza signos sorprende imprevistos
En este lugar que de nuevo exige
como hábito el coraje y la lucidez
mira las horas: la palabra nace
como urgencia necesaria aliento
y se teje con la acción y la pausa
ilumina explica convoca llama
es temblor se adelgaza se busca
en la espera se encuentra en la luz
Como si pudiéramos leer el tiempo
entender el mundo descifrar
el oculto alfabeto los signos heridos
olvidados piedra árbol o razón
como si la claridad nos perteneciera
en este lugar

(Antonio Crespo Massieu)


LAS CARTAS SOBRE LA MESA

Lo que hay en el silencio
del que se hace memoria
es más mortal que tú. Y ya es decir.
Guárdalo, cuídalo. Es la llave invisible
con que los amos creen aparecer.
No conocen ni aclaran
la obligación de comprender.
El empedrado suda. El aire busca el aire.
La nada no es certeza. ¿Qué, pues? Hay
también la destrucción de las preguntas. En confianza:
tú los oyes, los miras.

Pero ni eso les sirve, nos sirve, de consuelo...

(Antonio Méndez Rubio)




Llueve, llueve sobre las cúpulas bruñidas por el beneficio,
sobre los estandartes empapados por la usura del comercio llueve,
llueve sobre los muros del Pontificado y los altares de lo Absoluto,
todo el día llueve bronce sobre las campanas, sangre sobre las espuelas,
llueven monedas de oro sobre el árbol de los abstinentes,
llueve saliva de óxido sobre la teogonía de los metales,
sobre las estatuas fundidas con la brevedad de los hombres,
llueve sobre las llagas barrocas de la fe y sobre la corona de espinas,
sobre San Sebastián según un modelo de Bernini atravesado por el acero,
llueve la polilla del psicoanálisis sobre las negras sotanas,
llueve en las afueras del hombre y en las cercanías del otro hombre que va en él,
llueve sobre una mujer, la lluvia deja de ser lluvia, la mujer deja de ser mujer,
llueve sobre lugares húmedos y el agua de los estanques favorable a la peste,
llueve sobre los puentes y sobre el jardín en la casa de las prostitutas,
llueve sobre los muchachos amenazados por el resplandor de la velocidad
y el reclinatorio de los que van a morir a la edad de los príncipes.
Aquí hay otra escritura, aquí amor y pájaros góticos contra la solemnidad del eco,
aquí las viejas semillas, la madera de cruz plantada por la mano del romano,
el burgo erigido hace ahora dos mil bajo las estrellas que inventó Copérnico,
el mausoleo en cuya avaricia vive predestinada Roma, desvalida y esclava,
el déspota que huye hacia otra ciudad que no existe en un caballo de hierro.
Este es el lugar donde el escéptico le da la mano al inmoral
y llamo inmoral a aquél que carece de la virtud de reconocerse en el otro,
el insumergible en su mina de talco, el que ejerce la jerarquía como innato derecho
y construye su tormento sobre la escoria de otros,
el obsesivo en la negación de los actos ajenos,
el impostor que muta, el himno con el que se alaba lo que se desprecia,
la cautela ante el gozo.
Hablad voces de la decrepitud, hablad bajo los párrafos inciertos
del que padece memoria,
lo que bajo las costillas del puente dedicado a la memoria de Umberto Primero
es escritura de la gran cloaca romana,
allí donde la deformación de la belleza conduce el pensamiento
del hombre a la embriaguez,
donde la persistencia de la hermosura abre su ojo de cíclope y extravía a los adúlteros
por un paisaje con niebla.

(Juan Carlos Mestre)

Editado por alberto, el día 14 09 09 - 14:54, en Recitales.

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