18 Jul '09 -Un poema de Kjell Espmark
Minutos antes de que vinieran a detenerme
estaba en la ventana con la frente pegada al cristal.
El estrépito del carro de presos sobre el empedrado,
la burla y los escupitajos de la multitud,
los tambores en torno a la guillotina-
todavía no había nada de esto.
Sereno me despedí de las voces de la calle
más allá del reflejo de las cicatrices de mi cara.
Saludé con la cabeza a los que pasaban, mis protegidos,
que me devolvían la sonrisa sin imaginarse
que a mí mismo ese día me llamarían traidor.
Tuve que apoyarme en el marco de la ventana
cuando me despedí también de la revolución
que pronto iba a ser vendida al mejor postor.
Miré largo rato buscando la nube:
ella se llevó mis sueño poniéndolo fuera del alcance
de las botas que subían ruidosas por la escalera.
Nadie ha comentado esta entrada aún.
Introduce un comentario