22 May '09 -Jorge Riechmann: Fragmentos de "Bailar sobre una baldosa"

Algunas calas en este fenomenal cuaderno de trabajo:

“No hay atajos. Puede haber saltos y discontinuidades, sin duda se dan a veces cambios cualitativos pero no hay atajos”

“Entre, ahí, no: tres palabritas mágicas. Casi todo lo que intento formular está contenido en estas cinco sílabas”

“Poesía: no un arte de bien decir, sino una búsqueda (...) hacia la verdad”

“El poeta está atento. Está capacidad es básica: poder recuperar la latitud del océano en el puñado de sal, la agilidad de la amante en la nota de perfume”

“Hay una Gran Vía hacia la felicidad, y es tan sencilla y tan tópica que casi da vergüenza enunciarla: disfrutar de lo que uno tiene en vez de anhelar lo que no tiene”

“Se viaja más lejos con un libro que con ninguna lanzadera espacial”

“La piedra de toque para valorar a alguien es su temple moral”

“A quien elige el camino más fácil se le escapa, en la vida, todo lo que merece la pena”

“La práctica de la democracia crea condiciones para practicar más y mejor democracia (...). La participación genera más participación”

“El antiencanto no es ningún encantamiento, sino la confianza en esos pliegues, azares e interferencias que muchas veces acaban desbaratando el reglamento de la muerte”

“Uno lee para nutrirse, sencillamente: lee como come”

“Ante cada curso de acción, dos preguntas básicas: ¿qué doy a los otros? ¿Qué doy a la parte mejor de sí mismo?”

“Hay que vengarse de la maldad y de la envidia, pensaba Albert Camus, siendo feliz”

“El espacio de las opiniones crece en la misma medida en que mengua el espacio de los hechos. Patinamos sobre las superficies, nos cuesta cada vez más bajar a lo hondo”




Jorge Riechmann, "Bailar sobre una baldosa" (Eclipsados, 2009)

Editado por alberto, el día 22 Mayo '09 - 18:04, en Critica Comentario.

Han dicho algo al respecto:

Comentario de Para Jorgito - 24 Mayo '09 - 19:58



Riechman se está especializando últimamente en la máxima moral biensonante, proge y socialdemócrata. ¿Qué significan estos supuesto aforismos? ¿A qué derroteros políticos nos llevan sus epigramas, por ejemplo ese de que democracia a democracia llama? ¡Y qué más da, con lo bien que habla este hombre! Esa ha sido siempre la trampa (y el peligro) del aforismo: bajo la apariencia del chispazo deslumbrante, el más vulgar de los tópicos (casi siempre falsos). Será que Riechmann, como su amigo Beltrán (el que pasó de la poesía a sueldo para inventar marcas comerciales), ha caído bajo el poder maléfico del eslogan publicitario, esos aforismos modernos que nos venden capitalismo y crecepelos. Y este Riechmann ultraligero aún es capaz de caer en la contradicción de advertirnos, brevemente, sobre los peligros de los atajos. Pues muy bien, hombre. A ver si se aplica su propio cuento.



Comentario de Jorge Riechmann () - 27 Mayo '09 - 11:15



Una regla de higiene en estos ciberlugares es no responder a anónimos, pero en este caso me permitiré infringirla sólo para puntualizar tres cosas: 1. Nada de “riechmann ultraligero”. Las frases que cita Alberto Gª Teresa -gracias por la atención- están extraídas de reflexiones más amplias en un libro gordote que ha editado Nacho Escuín en Eclipsados. No son aforismos, y de hecho comparto en buena medida la prevención frente al aforismo del venenoso comentarista anónimo. 2. La insidia vertida contra el poeta Fernando Beltrán se descalifica a sí misma: de nuevo, sólo la cobardía del anonimato facilita que afloren este tipo de vilezas. 3. Como cada hijo de vecino, caigo con frecuencia en contradicciones. Pero no cejo en el empeño de aplicarme a mí mismo mis propios cuentos. Con un saludo cordial



Comentario de Anónimo - 07 Junio '09 - 14:50



Soy el autor anónimo del comentario anterior. Mi nombre es David y he leído algunas obras poéticas tuyas. Salgo del anonimato sólo por darte la satisfacción, al parecer importante para ti, de que puedas descalificarme por mi nombre. Por mi parte, te puedo asegurar que me resulta indiferente que te llamaras Jorge o Jennifer y te apellidaras Riechmann o Peláez. Me importa mucho más qué dices, por qué lo dices y qué efectos pueda tener que lo digas.

Sospecho, además, que sabes perfectamente que el anonimato no es sinónimo de veneno y cobardía. Los ejemplos de anonimato empleado como arma eficaz son muchos; a veces es incluso un recurso absolutamente imprescindible. Si lo desearas, estoy convencido que podías demostrar y atestiguar, con igual ímpetu retórico, que es el personalismo el que se transforma, la mayor parte de la ocasiones, en un veneno. Especialmente cuando quien incurre en él habla desde la posición de privilegio de ocupar un lugar en el espacio del discurso público sobre la masa anónima. ¿He incurrido yo, que carecía de nombre hasta ahora, en el veneno de la falacia ad hominem? Creo que no. ¿Y tú, que tienes nombre y renombre? Creo que sí, pues todo lo que puedes decir de una crítica que no te ha gustado es que es venenosa, insidiosa, vil y cobarde, no por lo que dice, sino por quien lo dice; pues ¿cambia en algo lo dicho que antes me llamara Anónimo, ahora David y mañana tal vez Melinda? Supongo que con unos cuantos pases de manos y juegos poéticos de palabras podrías empeñarte en demostrarme que sí.

¿Caes y recaes en contradicciones y tratas de aprender de ellas? Enhorabuena, hombre. Estoy dispuesto hasta a opinar que es una conducta de lo más honrada (aunque estas opiniones no sirvan de nada, parece que es en el terreno moral donde te has dado por ofendido) ¿Qué otra cosa quieres que te diga? A mí me da igual que un individuo llamado Jorge Riechmann o Perico Eldelospalotes incurra en contradicciones. ¿Que son muy humanas y hay que entenderlas y disculparlas? Entendidas y disculpadas quedan todas. Todo eso, creo, no nos lleva a nada. Sólo me importa la función política que cumple tu discurso. Me interesan las contradicciones de tu discurso y sus errores, por qué se producen, qué significan y qué efectos públicos puedan tener. Y sólo me interesa porque tu discurso ocupa un lugar, aunque marginal, en la esfera pública, desde donde puede difundir determinadas ideas y producir determinados efectos ¿Es el tuyo un discurso revolucionario y emancipador, o progre, socialdemócrata, idealista, ultraligero, bienpensante? ¿Es el discurso de la renovación del pensamiento de izquierda, culto y profundo, como se autoproclama, o es la enésima repetición de una clásica maniobra de distracción banal e izquierdista? ¿Es un discurso con posibilidades liberadoras o uno que entra en la poesía -¿y en la política?- como se entra en una religión? ¿Es o no es, en definitiva, una variante entre otras muchas de la confusión proudhoniana y pequeñoburguesa que quiere salvar el capitalismo haciéndonos creer, desde una perspectiva idealista sino teológica, que es posible un capitalismo descafeinado, sin las contradicciones y efectos perversos del capitalismo?

Precisamente en la misma ideología se mueve el comportamiento de Fernando Beltrán. No es que su labor comercial merezca descalificación en sí misma, sino que sirve bien para entender lo que realmente dice su discurso poético. Es cierto que quien trabaja, trabaja por necesidad para el enemigo. Pero incluso en esto hay grados que hay que considerar, incluso en esto se ofrecen pistas útiles para desentrañar el sentido de los discursos. Quizá te sea ahora fácil amputar la mano que apunta el hecho, sustituyendo la proclama contra el cobarde y venenoso comentarista anónimo por otra contra el cobarde y venenoso comentarista nominal. Por ello, quien quiera puede leer lo que sigue y juzgar por sí mismo.

http://www.elpais.com/articulo/reportaje..

Y perdóname la comparación (hiperbólica, pero no malintencionada), pero también los Pilares de la Tierra es un libro gordísimo, y su contenido no deja de ser ultraligero. Diez millones de banales aforismos no constituyen más que diez millones de banales aforismos. Ocupen lo que ocupen. No sé si es el caso de tu último libro, pero sí de bastantes de los anteriores. Pero si lo que pretendías hacer anunciado el grosor de tu última obra era alertar de que estaba hablando de un libro que desconozco, sólo puedo darte la razón: es cierto que no he leído este libro, del que, por cierto, sólo nos das los datos más importantes: el grosor, la editorial, el editor (te olvidas del dato crucial: el precio). Pero te he leído algunos otros, he reflexionado y he sacado algunas conclusiones. La mayor parte, que no todas, son negativas. ¿Sería mejor que me las callara? Y en cualquier caso, ¿qué ofensa hay en criticar, aunque sea duramente, el contenido de una entrada de un blog público? Cuando no se puede leer y atacar, sólo queda leer y acatar (ya te he servido un juego de palabras en bandeja: preveo el resultado, algo así como una apología de la crítica constructiva y el justo medio, y una refutación del revanchismo y el ánimo justiciero).



Comentario de Jorge Riechmann () - 07 Junio '09 - 20:32



Qué razón tienes en todo, David/ Melinda. Qué penetración crítica, desde el inatacable rincón del LINKS VON MIR IST NUR DIE WAND, como decían los ultraizquierdistas alemanes de los setenta. En fin: hace mucho que pienso que con la gente a quien sólo importa “la función política que cumple el discurso” quizá se pueda recorrer un trecho en política -aunque tampoco suele resultar fácil-, pero de poesía no se puede hablar. Así que para ti la perra gorda: una vez desenmascarados Fernando Beltrán y yo como banales progres ultraligeros, nos retiramos contritos con nuestras orejas de burro, y todo el amplio campo de la política revolucionaria patanegra queda a tu disposición. Seguro que lo aprovecharás. Con un saludo cordial



Comentario de David/Melinda - 10 Junio '09 - 17:20



Uhm. A lo mejor llevas razón y desde determinadas posiciones no podemos hablar de poesía. Supongo que lo afirmas para descalificar esas posiciones, pero la otra posibilidad sería que se descalificara determinado tipo de poesía o de lo que se viene llamando poesía desde las posiciones dominantes. Habría que pensar sobre ello.

Llevas razón: determinadas posiciones de izquierdas, como la que afirmas que mantengo, son de vía estrecha. Es curioso que desprecies en este caso la estrechez del camino, mientras que propugnas en otras partes que lo que hay que hacer transita, precisamente, no por atajos ni autopistas, sino por sendas muy estrechas. Quizá lo que ocurra es que tu vía sea la ancha y cómoda. En cualquier caso, como afirmar una sospecha no equivale a demostrarla, me parece que aún no has dicho nada.

No me convence nada tu actitud de irónica pataleta, portazo y final del debate. Te he visto adoptarla tres o cuatro veces. Incluso en una ocasión intervine a tu favor, cuando en una presentación de una colección de Constantino Bértolo, un grupo supuestamente radical intentó impugnar la naturaleza del acto. Vale, me parece bien. En lugar de debatir y demostrar que esas supuestas posiciones ultraizquierdistas desde que se ataca tu discurso son falsas, pegas el portazo. Pero no olvides que hacer eso es exclusivamente tu responsabilidad y no significa que no haya nada que debatir. Creo que esa actitud es justo lo contrario de lo que no te cansas en publicitar: que si la unidad, que si no ser estrecho en los círculos, que si el encuentro… (toda la parafernalia de los frentes únicos, etc). Pues va a ser que no funciona, ni siquiera a ti, ¿no?

¿Desenmascararte? Llevas a un extremo inapropiado la cuestión. Supongo que lo haces “a propio intento”. ¿No estar de acuerdo contigo supone, de hecho, desenmascar a tu persona? En fin.

¿Mi penetración crítica, dices? Ya te lo digo yo: carezco de ella. Tanto mejor hubiera sido para ti. Más fácil demostrar que me equivoco. ¿Que no quieres hacerlo? Pues, insisto, responsabilidad tuya.

Nada dice, nada puede decir, expresiones personalistas como que me dejas sólo para mí el amplio camino de la política revolucionaria patanegra, y que me aproveche. Bueno, sí, quiere decir, dicho a lo bestia, que te acuerdas de toda mi familia y que te ciscas en mis muelas. Pero además de que posees una fina capacidad irónica para el improperio, nada demuestras.

Finalmente, me retracto parcialmente. Es verdad que no me es lícito decir que Fernando Beltrán y tú sois banales progres ultraligeros. Resulta un análisis demasiado sencillo. De hecho, no era mi intención afirmar algo tan absoluto, aunque creo que en los últimos tiempos, discurres por un error progre, pequeñoburgués y ultraligero. Sin embargo, hay algunas cuestiones en tu poesía que me resultan interesantes, algunas incluso a contrapelo de lo que tan mal he expuesto.

P.D. Más ignorancia por mi parte: ní sé alemán, ni conozco al movimiento de los setenta que mencionas. ¿”Links von mir ist nuer die wand” significa algo así como “a ver quién la tiene más larga y mea más a la izquierda”? En algún poema (“la izquierda de la izquierda de la izquierda…”) y en algún poemario no cejas de criticar (sin mayores rigor ni razón que que te parece mal y sectario) esa actitud, donde metes cualquier posición política, sospecho, que no sea la que tú ocupas. Sin embargo, te pones realmente radical e intransigente cuando se critica, con razones o sin ellas, como progre y ultraligera la tuya. De este modo sólo puedes ganarte la adhesión de los ya convencidos de la virtud de las equidistancias, las bondades políticas de las unidades a ultranza y las tácticas de amplitud de miras. Los demás nos quedamos como estamos. Y por cierto, eso no significa, insisto, que nuestras posturas sean “inatacables”, sólo significa que con tal de cargarte de indignación y razón (“y para ti la perra gorda”), renuncias a atacarlas.

En tus propias palabras:

El espacio de las opiniones crece en la misma medida en que mengua el espacio de los hechos. Patinamos sobre las superficies, nos cuesta cada vez más bajar a lo hondo.

Escritores que buscan deslumbrar al lector, en lugar de alumbrarlo

La autopista cifra nuestra sinrazón, nuestro largo extravío. Lo humano es avanzar (o tratar de hacerlo) por la senda estrecha.

(Aunque claro: No explicar en exceso, sino dejar resonar. No explicar en exceso, sino dejar resonar. No explicar en exceso, sino dejar resonar. No explicar en exceso, sino dejar resonar. No explicar en exceso, sino dejar resonar. No explicar en exceso, sino dejar resonar. No explicar en exceso, sino dejar resonar.) Ya me gustaría que me explicaras, precisamente, cuando se llega al exceso explicatorio y cuando se queda uno en la superficie brillante del deslumbre.



Comentario de Jorge Daniel Ivars - 10 Junio '09 - 17:37



Estimado Jorge Riechmann, ante todo mil disculpas por comunicarme con usted por este medio (ya que aunque asiduamente he buscado otro no lo he encontrado). La razón por la que me comunico con usted es que buscando información para mi tesina de grado para la Licenciatura en Sociología, me he encontrado con sus textos y conferencias. En particular he quedado anonadado al leer el Resumen de la conferencia que dio en la UNIA: Elementos para una teoría de la racionalidad ecológica. Es por ello que sería me mi mayor agrado ponerme en contacto con usted, a fin de citarlo en mi tesina de grado, y mi futura tesis doctoral.

Desde ya agradezco su atención.

Un saludo grande desde Mendoza Argentina.



Comentario de Jorge Riechmann () - 10 Junio '09 - 18:54



(Para David/ Melinda) Sigue sin haber un interlocutor: lo lamento, pero por mi parte esto queda aquí. Libertad para la crítica, toda. Irresponsabilidad del que no quiere hacerse cargo de sus propias palabras, ninguna. En efecto, no he dicho nada y quisiera haber dicho aún menos.

(Para Jorge Daniel Ivars) Escríbame por favor a jriechmann@cps.ucm.es, en este ciberrinconcillo el ambiente es más bien irrespirable.



Comentario de Melinda - 11 Junio '09 - 02:18



Ya lo habías dejado mucho antes, según creo. Nunca hubo el más mínimo diálogo, así que tampoco hay nada de que podamos lamentarnos o alegrarnos. ¿Quisieras haber dicho aún menos que nada? Lo tienes complicado. Supongo que simplemente querías decir que, como a todos, te gustaría dirigirte sólo a aquellos con quienes compartes un acuerdo previo (como eres poeta, hablas raro). Pero como ves, no es posible. Aunque quizá pudieras verle el lado bueno: no sólo de oportunos admiradores mendocinos vive el hombre.



Comentario de deefeeme enfadao - 14 Octubre '09 - 19:25



bueno, y pa qué coño vale todo esto.
¿Pa llevarse un disgusto al buscarlo?
vaya vaya.
Qué cosa más infertil. CARAJO.



Comentario de puesyonomeenfado - 15 Diciembre '09 - 17:36



no se si fertil, pero a mí las discusiones me parecen interesantes, no me meto xk veo que hay puntos de vista distinos y me convecencen todos

y la verdad sipreguntaramos
por hay, pues fertil, fertil,
lo que se dice fertil, la poesia no se lo parece a casi nadie…

pero bueno hombre no te enfades y menso te disgustes porque leas cosas con las k no estas dacuerdo



Comentario de eleuterio - 17 Diciembre '09 - 22:16



bendito foro que nos deja hablar de cosas de las que no podemos hablar en ningún otro lugar¡



Comentario de deefeeme - 18 Diciembre '09 - 17:53



No es que me enfade, pero considero que la conversación está trampeada ya que el que acusa no tiene ni un sólo gramo de diálogo. Así que sí, que bendito diálogo, pero con trampa, bendito foro, pero para rajar, benditas las preguntas pero para hablar. Acaba una metiéndose en el ambiente irrespirable, que decía Jorge.
Así que pa qué. Pa qué? pa qué lo infertil?

afú.



Comentario de marga () - 31 Enero '10 - 18:39



¿El que acusa no tiene un gramo de diálogo? Joder, pues no es el que acusa el que se marcha con humos de ofendido y negándose a hablar, si no el señorito Jorge Riechmann. ¿Y cómo el que acusa? Es un compañero que está dando su opinión, que parece bastante fundada, además. Es DON Jorge Riechmann el que no dialoga y se da el piro como una doncella ofendida. Opino lo mismo que el tal David: ni un ápice de concienca de lucha tiene este Riechmann. No es más que un oportunista. Vaya anarquistas sois aquí, dándole la razón a un liberado de CCOO, que ya podrá escribir ya con su sueldo de liberado, y que todo lo que saber hacer es indignarse cuando se le dicen cuantro verades.



Comentario de eleuterio - 13 Febrero '10 - 20:45



hablar no sirve para hacer la revolución? las palabras no sirven para nada? y qué diablos hacemos cuando leemos a Bakunin? son palabras queridos, nada más y nada menos que palabras.



Comentario de jon - 22 Febrero '10 - 21:54



tú no tienes ninguna praxis libertaria, Eleuterio. Tu comentario me suena a juntaletras que pierde la fuerza por la boca y por la pluma exquisita de intelectualoide. Lo que importa es la acción.



Comentario de marga - 07 Marzo '10 - 11:09



Jon, que a ti tampoco te pierdan las palabras…

¿Actuar por actuar? Eso ya lo hago todos los días en el curro. Pensar, dialogar, tomar acuerdos, saber qué hacer también es actuar, no? Siempre que no nos traten de debilitar desde dentro de la cabeza los prejuicios y… los trepas como el tal Jorge.



Comentario de eleuterio - 21 Marzo '10 - 19:21



y tú qué carajo harás, jonito? hABRÍA QUE VERTE



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