18 05 06Un poema del volumen colectivo "Sentimientos, palabras…" (del Grupo de Mujeres del barrio de Nazaret)

ERASE UNA VEZ

Había una vez un príncipe...
Así empezó tu cuento
Y hoy coges un espejo
Para mirarte a la cara
¿Que no sabes que el espejo
no refleja nuestra alma?

Una ceja partida...
Un labio roto...

¿Y la dignidad perdida
por ser la luz de sus ojos?
¿Y los sueños e ilusiones
que te rompió en mil trozos?

Siempre viviendo en silencio
Y escondida entre las sombras,
Recorriendo caminos de espinas
De soledad y penumbras.
¡Rompe el cuento en mil pedazos!
Y sácalo de tu vida.

Hay muchos príncipes, hay otros,
Y ese cuento será el mismo.

El no es el príncipe,

es el ogro.


Este poema, escrito por Mª José, es uno de los muchos que recoge el volumen colectivo "Sentimientos, palabras…" (editorial Área, Valencia, 2006), libro recién publicado a cargo del Grupo de Mujeres (colectivo vinculado a la Asociación de Vecinos/as) del poblado marítimo de Nazaret, un sencillo barrio obrero de la ciudad de Valencia.

La experiencia de este libro (y del breve taller literario que tuve el lujazo de animar entre ellas) ha sido una de las más gozosas que he podido últimamente vivir, en el trabajo literario con todas estas mujeres que narran –a lo largo y ancho de las 100 páginas del libro– sus experiencias como trabajadoras, ciudadanas, madres, vecinas de barrio, abuelas y amantes.

En la presentación del libro escribo (para ellas: Ana, Asunción, Eva, Sacri, Mª José, Conchín, Pilar, Gabriela, Filo, Merche, Isabel, Cata… y para Amparo, que se nos murió hace pocos meses) cosas como las que siguen:

"Es dignidad a pleno pulmón lo que el lector podrá encontrar entre las páginas de este libro. Y de palabras vivas se componen estos Sentimientos, estas mil Palabras, que hoy la luz rescata. Queda no más abismarse en su lectura y salir tras ella con los pulmones repletos de rabia y consuelo.

"Sólo la autenticidad —la de estas mujeres que viven a pie de mundo— podría convertir, a ese terreno resbaladizo que llamamos literatura, en un ejercicio necesario, en tiempos como el nuestro donde desgraciadamente algo parece fallar con nuestra comunicación.

"Y de aparecer desde lo invisible cotidiano, y a plena dignidad, hablan este libro y las mujeres que lo habitan."

(del prólogo de Enrique Falcón; mayo de 2006;
"in memoriam" Amparo Esterlich, mujer y militante)

Editado por quique, el día 18 05 06 - 20:31, en Nueva publicacion, Poemas.

Ha dicho algo al respecto:

Querido Quique:

hace bastantes años, en un debate de esos en que con demasiada frecuencia nos perdemos, un poeta me confió que convenía no confundir “los talleres ocupacionales” con la poesía (por mucho, creo recordar que matizaba, que ambas actividades alcancen gran dignidad). No me cabe la menor duda de que aquel poeta disfrutaba (y seguirá disfrutando) del efecto emancipador e iluminador que no pocas veces acompaña a una actividad creativa, como es la de escribir poesía. Sin embargo, consideraba que sólo los profesionales de la escritura (aquellos que han superado un examen ambiental de suficiencia artística), como él mismo, eran merecedores de las consabidas recompensas del reconocimiento poetil.

“Taller ocupacional”, imagino, pretendía ser un término agraviante. Se me representa, hoy, mejor y más digna la compañía de estas mujeres del barrio de Nazaret. E infinitamente más esperanzadora para la emancipación de las mujeres, de los hombres y de la literatura que el fárrago vanidoso del poeta. Gracias, Enrique, por compartirlo.
dmg () - 19 05 06 - 16:39

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