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ISSN 1886-2799

Revista  MLRS
número 17

(julio de 2008)

 

 

>>>>>>>>>>> el milenio

está a punto de acabarse

 

 

Con poemas de: Antonio Orihuela, Leonel Rugama, Mugidor, Pablo Lópiz, José Luis Gómez Toré, Umar Abass, Miguel Ángel Gara, Mª Ángeles Maeso, e. e. cummings, Ernesto García López, Melissa Patiño, Víctor Gómez, Luis Melgarejo, David González, John Berger, Arturo Borra, Jorge Riechmann, Alberto García-Teresa, Rómulo Bustos, Matías Escalera, Luis Amézaga, Pedro del Pozo, Laura Giordani, Yanko González, Carmen Camacho y Eduardo Chirinos.

 

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"En Auschwitz dicen..."

(Antonio Orihuela)

 

En Auschwitz dicen que puedes ver el fracaso de un modelo de capitalismo,
así que sólo por ver al capitalismo fracasar en algo me fui a Auschwitz
y metí la cabeza dentro de uno de los hornos crematorios.

Yo, en Auschwitz, en el año dos mil cuatro de la guerra,
escrutando el futuro
vi un viaje en espiral sin tierra prometida.

Vi educadores para la paz y la convivencia
en un sistema autoritario, violento y opresivo,
que sólo reconoce la violencia como doméstica y callejera.

Vi europeos que empiezan a creerse europeos
sólo porque esto empieza a llenarse de chinos, moros y negros.

Vi inmigrantes que ya no hay que ir a buscar en barcos negreros,
inmigrantes que el mercado aprovecha para trabajar
y el Estado para meter miedo.

Vi cuarenta y cuatro millones de móviles
que nada tienen que decirse.

Vi jóvenes disfrazados de Latin Kings y Ñetas.
Vi la clase media, su hipocresía y su indiferencia,

y vi, más allá de las puertas cerradas, los palos y las verjas,
niños arrollados por la circulación de las mercancías,
hombres dudando entre la esclavitud y la bomba humana.


Miraba, miraba y miraba
la destrucción y la miseria
y todavía los fascistas decían que aquello era quimera,
fantasía y cuentos de viejas.

Quise sacar de allí la cabeza
pero hacía mucho que tenía
la cabeza fuera.

 

 

 

 

LA TIERRA ES UN SATÉLITE DE LA LUNA

(Leonel Rugama)

 

El Apolo 2 costó más que el Apolo 1
el Apolo 1 costó bastante.

El Apolo 3 costó más que el Apolo 2
el Apolo 2 costó más que el Apolo 1
el Apolo 1 costó bastante.

El Apolo 4 costó más que el Apolo 3
el Apolo 3 costó más que el Apolo 2
el Apolo 2 costó más que el Apolo 1
el Apolo 1 costó bastante.

El Apolo costó un montón, pero no se sintió
porque los astronautas eran protestantes
y desde la luna leyeron la Biblia,
maravillando y alegrando a todos los cristianos
y a la venida el papa Paulo VI les dio la bendición.

El Apolo 9 costó más que todos juntos
junto con el Apolo 1 que costó bastante.
Los bisabuelos de la gente de Acahualinca tenían menos hambre que los abuelos.
Los bisabuelos se murieron de hambre.
Los abuelos de la gente de Acahualinca tenían menos hambre que los padres.
Los abuelos murieron de hambre.
Los padres de la gente de Acahualinca tenían menos hambre que los hijos de la gente de allí.
Los padres se murieron de hambre.
La gente de Acahualinca tiene menos hambre que los hijos de la gente de allí.
Los hijos de la gente de Acahualinca no nacen por hambre,
y tienen hambre de nacer, para morirse de hambre.
Bienaventurados los pobres porque de ellos será la luna.

 

 

 

 

más allá, allende

(Mugidor)

 

                          in memoriam Salvador Allende
                          26 de junio de 1908 – 11 de setiembre de 1973

 

de la parte de allá
de la cordillera, ¿qué?

de los cien años pasados, ¿quedarán
las alamedas cerradas,
y el cóndor,
y las moneditas pagadas
por La Moneda?

¿hay algo afuera de la unidad?

¿hay algo además, o más allá del uno,
o sólo esos dos ceros (a la derecha)
pesando como círculos derrotados,
o circulares
de clausura insalubre?

¿y allí, en esa parte invariable
que complementa el significado
(y la ausencia de significado)
se adverbiará tu muerte para siempre?

o sea, más allá,
allende,
¿qué?

¿las granjerías, los privilegios,
o esa lealtad porfiada:
el metal tranquilo de tu voz
junto a nosotros?

 

 

 

 

Sobre la literatura política

(Pablo Lópiz)

 

Traza su historia el relato de apagadas discordias,
el ajarse de la luz en la tarde, que nacimos viejos en un mundo viejo
y fue la derrota sinónimo nuestro. Por ello los retratos ahora
de pasiones y luchas, los vientres oscuros, el alado sueño de
otra escritura, del corsario la memoria.

 

 

 

 

las manos

(José Luis Gómez Toré)

 

Estas manos que excavan la basura
nombran también el catálogo del mundo.

Estas manos que estrechan
otras manos de sombra
son fragmentos del mundo,
son las manos del mundo
que encuentran huesos, latas oxidadas,
pedazos de cartón, restos de música,
nombres de una leyenda que humedece
un terco amanecer que no ha llegado
y que unos ojos muertos todavía
recuerdan en su insomnio.

Las manos que disputan a los cuervos
un espejo trizado de tanto amanecer.

 

 

 

 

UNA LUNA NEGRA

(Mugidor)

 

Una luna negra polvorea la noche,
deja sombras debajo de las sombras,
oscurece la poca luz de estrellas que agonizan
en el tiempo sideral.

Una luna negra ahuesa al soñador:
le deja huesos inútiles,
cenizas sin destino,
la muerte sin morir,
y no deja brotes sobre brotes
en campo de dolor.

Una luna negra
que no es melancolía sino saña;
saña y hazaña –triste hazaña–
de las fuerzas armadas
del terror.

¿Qué podría decirnos
si la luna recuperara su blancura?

 

 

 

 

MI CASA

(Umar Abass)

 

En mi casa espero la vuelta del sol, el viento
que hinche las sábanas,
las bruscas nubes de la primavera.
Me entrega la casa su seco mendrugo y la inquietud
de quien en ella ha visto anochecer
en una cadencia que no es nueva.
Ajena a la memoria, me tiende sus paredes (¿porque en ella
está lo que yo busco, lo que en vano busqué
en remotas aduanas? No lo sé.).
Yo la oigo, como se oye al niño que llora en la memoria,
como se oye un río bajo la densa arena.
Y digo "mi casa", pero debiera decir que soy suyo,
la parte de mi casa que baja a por tabaco, a por naranjas
la parte que mañana, mañana mismo,
se sube a un avión y ya no vuelve.
Yo hice esta casa. Ella me ha hecho. No estamos en paz.

 

 

 

Las nubes fluorescentes de Zhu Chung

(Miguel Ángel Gara)

 

En el cielo las nubes fluorescentes,
suben rascacielos como acantilados
interminables son las carreteras
que atraviesan la tierra.
Te ruego que no mueras.
Ojalá trates de volver.

 

 

 

EL AMOR EN TIEMPOS DEL DESPIDO LIBRE

(Mª Ángeles Maeso)

 

No se miran ni son animales.
Vienen del río de la vida
y son señor y señora de agua.

Berrean saturados de antiguo testamento.
Se huelen y en la punta del alma
reconocen un sabor
que la naturaleza fabrica en serie.

Se aprietan entre sí como las flores
del efímero mes de mayo,
con la fragilidad de los sábados en guardia.

Se husmean sabiéndose marchitables.
Se horadan con el grito de los gallos
que atraviesa tumbas,
el que llega de memoria
hasta aquí mismo
y me hace cerrar los ojos.

Se lamen. No pueden pronunciar
sus nombres. Ni sonreír.
Ni pensar en mañana.
Que es el tuyo o el mío,
pero no el de ambos.

De ellos no salen palabras,
sino agua.

Y esos sonidos
que la naturaleza fabrica en serie.

 

 

 

 

68 – 40 = 2(00)8

(Mugidor)

 

Un hilo de sangre
en las puertas de la fábrica Renault,
un hilo de sangre en Tlatelolco,
un hilo de sangre en la selva
de Bolivia, del Congo, de Camboya
un hilo de sangre, Sarte, la Sorbona
un hilo de sangre, Londres, California
un hilo de sangre, la ofensiva del Tet, la Praga
de los tanques soviéticos, las flores
un hilo de sangre, Janis Joplin
un hilo de sangre en Frankfurt
otro en Roma...

La hilandera global de ese tejido,
tapiz de la derrota,
donde polillas del miedo
hacen vacío
del futuro que estorba
anclado en cicatrices y aneurismas,
derrames cerebrales y algo
que succiona:
máquina de sujetos a una noria,
redil de lo imposible,
y la imaginación que estorba.

Un hilo de sangre, y sangra todavía
la historia de esta historia.

 

 

 

 

1x1: X

(e. e. cummings)


un político es un culo
en el que se ha sentado todo el mundo salvo un hombre

 

 

 

La resistencia

(Ernesto García López)

 

                                a pesar y aun ahora
                                que estamos en derrota, nunca en doma,
                                                     Claudio Rodríguez


Hubo una cárcel que instaló pabellones de tiniebla sobre el mundo.
Sus vigilantes fijaron la medida de las cosas
por debajo de la medida de las cosas.

Hubo protestas.
Fugas.

Pero hubo quién desencarceló esas medidas y las convirtió
en un bosque irreprimible, en un sonoro balanceo hacia el aliento.
Quizá haya otras cárceles.
También otros bosques.


                               A la memoria de Manolita del Arco:
                               Mujer, republicana y antifascista.

 

 

 

DÍA 6

(Melissa Patiño)

 

Hoy he despertado con el rostro iluminado de polvo. Es un día que promete aire inédito. Mi nueva vida quitó las sábanas de un tirón, me sacudió la cara y me tocó el cuerpo para ejercitarlo. Fue corriendo a traer el desayuno que ordenó en la recepción de la prisión; café, jugo de papaya y huevos revueltos.

 

Iremos a visitar a tu padre, me ha dicho, y mis ojos se han roto; hace mucho que no sé como ubicarlo. Hace mucho que mi padre se olvidó de mis ojos –ahora rotos y sucios-, ¿cómo es que lo encontraremos? El está esperándonos. Hoy es día de visita.

 

 

 

 

II

(Víctor Gómez)

 

                        "¿Cuáles son las condiciones para que haya conciencia?"

                                  Paul Valery

 

                       "A mí de las historias sólo me interesa

                       ver sus espaldas cargadas

                       cuando se dan la vuelta"

                                 Ana Pérez Cañamares

 

                                                                     a Ana Pérez Cañamares

 

 

No verás la calle, sino
otra calle.
No verás la luz, sino
a través.
 
Un niño
cae de rodillas.
Una fuente insólita
salta
sobre la musculosa tarde.
 
No verás el asesinato, sino
otra calle.
No verás el vacío latiendo,
solo la calle, en fuga la luz,
el agua caótica
por todas partes.

 

 

 

 

UN FINAL APÓCRIFO

(Luis Melgarejo)

 

Señoras y señores,
señoritas,
es para mí un placer inesperado
y acaso merecido no por pocos
de los aquí esta tarde del 2000
amigos y colegas, consanguíneos,
ausentes por indómitos del censo y gentes todas
de tránsito y esperas en la sala
sin nadie de la muerte, por las colas
terribles del invierno en fin contarles
digo: comunicarles
—en nombre del autor y de los tantos
que andamos hoy mezclados por las páginas—
que al fin esto se acaba, se acercan los aplausos,
finaliza. .

(Aparte.)
La diña o ya fenece —si queremos
decirlo así, probar a ver si acaso
podemos como algunos, sólo algunos
calígrafos o sucios
no respectivamente sí lo logran,
decirlo así con arte: con palabras
certeras, meridianas.

Pero esto es otra cosa. No me dejen
que a son de qué y por nada les demore
la justa gratitud que su respeto,
paciencia y disciplina de lectores,
de oyentes implacables por afines
merece a todas luces
—oh las luces
que restan a los ojos para vernos
llegar de ayer al alba temida por los holdings,
los bancos, los que medran
tras trampa, zancadilla y pisotón,
los unos y las otras,
las ETT’s y el bloque sindical
que nos brindara el toro del trabajo,
tan sólo hace unos años,
temporal
y etcétera disculpen; ya me callo.
Yo soy a fin de cuentas
tan sólo un otro más entre los mismos
cadáveres me temo —quiero en armas
de amor mujeres, hombres, calles, casas
tomadas por la vida, lenguas, paces.

Termino: Muchas gracias

1) a todos los que han hecho posible que este barco
zarpase hacia las costas extrañas pero nuestras
de la historia;

2) a todos los que han hecho posible que la ruta
—trazada en amistad— llegase al puerto
feliz de los abrazos, la estiba y los mordiscos;

3) y a todos los que hicieron con saña lo posible
por vernos del color de los ahogados
—qué grata pesadumbre sentir vuestra ponzoña
volcada en nuestra oreja por la espalda.

...........................................................................

 

Lo dicho y buenas tardes. Muchas gracias. (Telón)

 

 

 

 

EL QUINTO ELEMENTO

(David González)

 

somos

agua
pero todavía morimos
de sed

aire
pero aún no sabemos
cómo elevarnos

fuego
pero incapaces de dar
calor

tierra
pero nos asusta
volver a ella

somos dioses
con complejo
de hombres

 

 

 

 

SON LAS ÚLTIMAS

(John Berger)

 

                                             Para Beverly

 

Detrás de su lengua
con su idioma de hierba
y su pasión por la sal,
detrás de su pesada lengua
hábil, no obstante,
como la mano de un ciego,
una vaca sana mastica
unas cincuenta veces
antes de volver a tragar el alimento.

Parece, Beverly,
que los animales están emigrando:
su América
las constelaciones estelares
el Lagarto, el León, la Osa Mayor,
Aries, Tauro, el Cuervo
la Liebre...
Puede que las más prudentes
como los agutís
hayan escogido la Vía Láctea.

Pega la oreja a su lomo
y oirás
el oleaje de sus cuatro estómagos.
El segundo, en forma de red,
tiene el nombre de una constelación:
Retículo. El tercero
parece un libro abierto.

Cuando enferma
y pierde las ganas de masticar
sus cuatro estómagos enmudecen
como las colmenas en invierno.

Cada año son más los animales que parten.

Sólo quedan los pequeños
animales falderos y los
cadáveres,
y los cadáveres vivos o muertos
desde que nacen transformados
irremediablemente,
invisiblemente en carne.
"Creo que es perfectamente
viable",
decía Bob Rust
de la Universidad de Iowa,
"diseñar un animal
específico para hamburguesas".

En otras partes
los animales de los pobres
mueren con los pobres
por falta de proteínas.

Cuando las entras de los pastos
traen el calor del huerto
al frescor del establo
y el aliento cálido del ajo silvestre.
Para limpiar el establo
esparce un poco
del estiércol de la yegua
absorbe sus excrementos
verdes de hierba
y líquidos como la primavera.

Y átalas bien esta noche
hazles un lecho de hojas de haya
Beverly
éstas son las últimas.

* * *

Ahora que se han ido
echamos de menos su resistencia.
Diferentes del árbol
del río o de la nube
los animales tenían ojos
y en su mirada
veíamos permanencia.

Era el mismo zorro por siempre
jamás.
Matarlo
significaba sacarlo a rastras
momentáneamente
de la tierra
de su eternidad.

Las moscas y los cuervos de
antaño
cuando devoraban los corderos
muertos
empezaban por los ojos.
Pero la oveja
ya había parido
su permanencia.

El buitre sobrevolaba
esperando el eterno momento
oportuno
con la insistencia
de la montaña.

Una sola noche engendraba
la apariencia del día,
la cautelosa mirada animal
por todos lados.

Antes los animales manaban
como su leche.

Ahora que se han ido
echamos de menos su resistencia.

* * *

Dicen que "se debe comparar a
la puerca
con una valiosa máquina
de bombear cochinillos
y como tal tratarla".

* * *

A veces todavía
cuando viertes
la leche
de la jarra blanca
pienso en las ocas
que como perros
guardaban la casa.

 

 

 

 

TEMPLOS PROFANADOS

(Arturo Borra)

 

Cuando tu respiración se aplaque –recuerda:

no te salvarás de mi silencio ahogado de rabia

hasta el final:

seguiré siendo la puta que no te deseaba.

 

Y aunque no pueda hablar peor sería

callar esta herida que desgarra mis amores

desde antes de nacer.

Rebusca las respuestas

que tenías antes de profanarme: nada

me obliga ahora

a defender mis labios.

 

No sé ya de juramentos pero juro:

no te rescatará ni el sueño –recuerda: no habrá

descanso para tu desmesura. Ni esta furia

que estalla sobre mí calmará tu sed.

 

También tendrás tu instante de espanto

y la estampida de Dios te cubrirá

de polvo.

 

¿Cómo callar este incendio que asesina los últimos vestigios

de mi añoranza?

 

¿Qué bálsamo lava el sudor que congela mis senos?

 

Recuerda –una vez más-: no hay amnesia

para disipar estas ganas de morir y llevarte

conmigo.

 

 

 

 

VASTOS HORIZONTES

(Jorge Riechmann)

 

El capitalismo
se autodestruye

Eso sí, compañero:
no te apresures
a descorchar la botella:

hoy sabemos
ya sin asomo de duda
que se lleva el mundo por delante

 

 

 

 

Las increíbles y suburbanas aventuras

de la Brigada Poética: Fragm.

(Alberto García-Teresa)

 

PARA ACALLAR la banalidad del discurso cultural actual, la Brigada Poética se persona en cada entrega de un premio literario y, megáfono en mano, da rienda suelta a un torrente incontenible de versos humanos.

 

LA BRIGADA POÉTICA ha comenzado el reparto gratuito de gafas de aumento en forma de pareado para posibilitar una nueva mirada crítica y poética de la realidad a los viandantes.

 

EL PRÓXIMO FIN DE SEMANA, la Brigada Poética organizará una excursión a la sierra con el fin de plantar un centenar de poemarios. De este modo, ayudarán a nutrirlos, alargarán su vida y favorecerán su reproducción por esporas. El lema será "Oxigena el mundo".

 

 

 

 

Para un manual del inquisidor

(Rómulo Bustos)

 

No mirarás la mirada de la bruja
prescribe el Malleus Maleficarum

Podrás paladear la sal de su carne mientras le aplicas el torno
Podrás disfrutar la flor áspera de su grito
Podrás olfatear su miedo mientras descoyuntas sus miembros

Pero no mirarás su mirada

Pues allí habita su más poderoso hechizo
Si lo hicieras estarías en sus manos, en sus ojos
Serías víctima entonces, de la temible compasión

Y habrás perdido todo tu esfuerzo para salvar su alma

 

 

 

Nos exhuman ladrillo a ladrillo

(Matías Escalera)

 

                       … construyen nichos sobre las fosas comunes

                       de los cementerios de Valencia …

 

Nos exhuman -des/entierran- ladrillo a ladrillo
Pero los muertos se rebelan y los sudarios se alzan
De entre los escombros de los vertederos de Sagunto
Y los delatan (¡van ya tantos asedios!)

Evidencian la calculad(or)a
Y la fría maldad intrínseca de sus actos
De sus (des)almas aún más consumidas y descompuestas
(mucho más) Contra los esqueletos
Inocentes (al menos por el tiempo) víctimas vejadas
De las balas
Y del olvido (asediadas) otra vez

Seis décadas no han bastado
De deshonra y de ofensa
Nietos de la devoradora estirpe (otra vez han sido ellos)

Ladrillo a ladrillo tapan (se abalanzan contra) el horizonte
Humillan (seis décadas no han sido suficiente) a los muertos de Valencia
Pero los huesos y las sábanas (más santas aún) se alzan
Contra su infamia y su desvergüenza

Y las manos ¿Qué hacen las manos hoy?
Y los puños ¿Qué hacen? Mientras ladrillo a la ladrillo
Exhuman -des/entierran- y escombran nuestra memoria

 

 

 

 

CACERÍA

(Luis Amézaga)

 

Hay guerras que podan los árboles
y paces que los dejan marchitar.

Un grupo de adultos se arracima,
homenajean al dolor,
arañan mejillas
provocan la sangre
en el ritual de la indignación
Se derrumban
ante las tumbas de juguete.

Los niños acudieron a las sirenas
Un hombre sin plumas, desde lo alto,
les lanzó un visado a lo paranormal
Ellos abrieron los brazos
para acoger el proyectil ciego.

La muerte está muy mal vista
Quizá sea porque hay que cerrar los ojos
definitivamente
para poder verla.

 

 

 

 

OCUPADOS EN ATARNOS LOS ZAPATOS

(Pedro del Pozo)

 

Ocupados en atarnos los zapatos
permanecemos quietos en el incendio-
las paredes caen
las puertas hinchadas bloquean la salida
las ventanas ennegrecen sus cristales-
oímos gritos
observamos escenas de pánico y salvamento-
(estos complicados nudos de cordón de zapato)-

 

 

 

 

LA ESCUELITA *

(Laura Giordani)

 

                                                      -a mi padre-

 

                Va a haber que trabajar
                limpiar huesitos/ que no hagan
                negocio con la sombra desapareciendo/
                dejándose ir a la tierra puesta
                sobre los huesitos del corazón/
                compañeros denme valor.

                                        (Juan Gelman, 1979)

 

 

¿Qué lecciones aprendes

en esas aulas:

física elemental,

electricidad,

conductividad del agua,

aceleración de las partículas

más oscuras del alma?

 

¿Qué aprende el hombre

sobre el hombre?

Aprendes con otros a desaparecer

con otros tan rotos, empapados,

aprenden de ese extraño poder

que los desintegra en el aire,

quizás aprenden a desligarse de su sombra.

 

A los que te buscamos

no nos alcanzará una vida

para aprender a perdonar.

 

* El campo de exterminio “La Ribera” en la ciudad de Córdoba, Argentina, era conocido en la jerga de los represores como “La Escuelita”; La Perla, el centro más grande y nefasto de la provincia, era “La Universidad”.

 

 

 

 

mossi, entiende

(Yanko González)

 

El lenguaje es un virus que viene del espacio
El lenguaje es un virus que viene de tu hambre
El lenguaje es un virus que viene del cobarde.

El lenguaje es un virus que viene de tu pena
El lenguaje es un virus que viene del calostro
El lenguaje es un virus que viene de la cendra

El lenguaje es un virus que viene del que ama
El lenguaje es un virus que viene de la flema
El lenguaje es un virus que viene de tu serna.

El lenguaje es un virus que viene de la traquea
El lenguaje es un virus que viene de la fiebre
El lenguaje es un virus que viene de la tea

El lenguaje es un virus que viene de la lágrima
El lenguaje es un virus que viene de tu bilis
El lenguaje es un virus que viene de la urea.

El lenguaje es un virus que viene de los nervios
El lenguajes es un virus que viene de la ataxia
El lenguaje es un virus que viene de la muerte.

El lenguaje es un virus que viene de tu muerte
El lenguaje es un virus que viene de tu cáncer
El lenguaje es un virus que viene de tu frío.

El lenguaje viene que es un virus del que calla.

 

 

 

 

TÚ QUE TIENES MANO

(Carmen Camacho)

                     Tú dile a Sabaria que digo yo que la nombre y

                     que la comisione aquí o en donde quiera, que después le explico.
                      (Augusto Monterroso)

 

Hasta las ratas
si hay tesón
si hay suerte
y las recomienda
en el laboratorio
algún pariente
pueden tener una brillante
hoja de servicios.

 

 

 

 

EL MILENIO ESTÁ A PUNTO DE ACABARSE

(Eduardo Chirinos)

Pero las estaciones todavía se cumplen, la tierra continúa girando y los peces abren y cierran sus bocas como hace siglos. En algún lugar de la India los tigres machos luchan entre sí por el amor de las tigres hembras y en un bosque cercano los conejos devoran las mismas plantas y raíces que alimentan la tierra. Debería hablar de la contaminación y del petróleo, debería hablar de plagas innombrables, del hambre que devasta poblaciones, de niños mutilados por nubes radiactivas. Pero estoy aquí, escribiendo este poema, midiendo sus palabras, eligiéndolas con amor y con cuidado, con cólera y con resentimiento. Entonces me miro en el espejo y sólo veo tinieblas, un vacío culpable en la página en blanco.

 

Escribo esto porque me siento solo. Porque las palabras me han abandonado. Porque ella no estará más.

 

 

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MANUAL  DE LECTURAS RÁPIDAS
PARA LA SUPERVIVENCIA

(Prácticas comunistas y libertarias

de la poesía y la literatura)

www.nodo50.org/mlrs

 

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