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ISSN 1886-2799

Todos los textos del número 7 han sido extraídos de los libros Poesía y Realidad y Poesía y Utopía, de los encuentros Voces del extremo de la Fundación Juan Ramón Jiménez.

R.I.P.

Cómprese una aspiradora, un maravilloso
     televisor, una acción en tres
     trasatlánticos, ropa marcada
     y brillante; un ataúd para que
     no le pille desprevenido, una esposa
     diligente y sencilla, un auto
     todoterreno, unas zapatillas nike
     para la cinta transportadora, un
     gran arbolito de plástico, una casa
     prestadora de todos los conforts
     conformistas, una hipotéca facilitadora,
     el power ranger de moda y la barbie
     trituradora. Un chalet en la playa si aún
     le quedan fondos.

Ya puede vivir usted tranquilo. Duerma y descanse
que mañana le toca producir hasta el día
que liquidemos su cuenta por su lamentable pérdida.
Descanse en paz.

Emilio Corzo

 

Escayola

L llevaba diez años
de novia con M.
Ya tenían el piso.
En cuanto estuviera
amueblado,
vivirían juntos.
Primero dos.
Luego tres.
Y luego cuatro.

A L le preguntaron
si quería poner escayola
en el piso.
L no sabía para que servía
la escayola.
M tampoco.

Pusieron la escayola.

Todo el mundo tiene
escayola.

Eva Vaz

 

Hay un colchón para los tres y ellos
lo hacen a mi lado.
Sus cuerpos hermosos
sus pieles suaves.
Su golpear en el colchón
me bate
y desbarata.

Un día amé a un hombre en vano
-no fui capaz de hacer que me amara por encima de sus ambiciones.

Ahora él reposa,
satisfecho o no,
a mi lado.
Mañana, probablemente,
él se acueste sobre mí
(yo no querré acostarme sobre él)
y su cuerpo me golpeará meciéndome
como las olas mecen a los ahogados.

Miriam Reyes

 

Balada triste por otra guerra perdida (extracto)

I.

                        lamento

     A nosotros nada nos pertenece,
ni siquiera nuestras guerras;

en cambio ellos han venido al mundo
para ayudar y hacer turismo.

     Amarga luna
entre las ramas negras
de la encina.

 

Máximas de la herida (extracto)

Increíble cómo se seca el corazón,
Y la razón también se seca.

*

Hubo una luz
Que por serlo
Fue apagada

Deliberadamente.

*

He llegado tan lejos
Que la única conclusión
Posible es que me he perdido.

*

Esperanza,
Tú no sabes bailar chá, chá, chá.

Cristóbal Puebla

 

Mercado de pulgas.

¿Acaso creías que podías vivir sin pujar,
y que no se aceptan apuestas?
Ni siquiera los puros
se sustraen a la subasta.
Inocente de ti: ¿Qué pensabas,
que podrías vivir sin colmillos,
que era rara la pugna?
¿Qué el tráfico era cosa de películas,
qué ibas a sobrevivir en la retaguardia
y los inmortales no figuraban en tu agenda?
Este es el mercado, y hasta el amor
tiene el sello de Luis XIV en el escote.
La marca de los condenados en el hombro.
Todo se vende al precio de la sangre.

Verónica Pedemonte.

 

El día del trabajo.

Hoy es primero de mayo

me sorprendo
(sin estar tan desesperado
como para alegrarme)
de que El Corte Inglés
Carrefour
o Telefónica
no hagan con él
otro Día del Padre,
de la Madre
o de los Enamorados...

pero es cuestión de tiempo,
flexibilidad laboral, libertad de mercado
y nuestro silencio

en el sudeste asiático
siguen trabajando madres, padres
y también los hijos
para que podamos regalar un móvil
al que más amamos
en el próximo día del trabajo.

Álvaro Moreno

 

VII

hay simples que del tormento alaban el placer,
ciegos de la razón,
de la evidencia sordos,
estrechos que la más de las miserias
reconducen al deleite,
fenómenos de la maña
que a todo lo dibuja del revés:
es la secta destructiva
de los que padecen incontinencia
en el flujo de las babas,
adictos al salario
y siempre con el mono en el vilo del trabajo
cual ratas de retrete laboral;

Jose Luis Mata

 

Francisco Gómez, difunto veintiuno.

Frente a la tumba, de este desconocido
pienso
si merece la pena haber vivido,
haber vivido como él,
de la misma forma que yo,
o haberse muerto,
haberse muerto de muerte natural o de asco,
creyendo más o menos cosas
o empeñando el sueldo humilde
en un coche de tecnología punta alemana.
Porque todas estas letras ya no dicen nada
ni acerca de Francisco,
ni acerca de los Gómez,
ni acerca del Wolkswagen familiar;
ni hablan del sueño que empeñó al morirse,
ni de todos esos cabos sueltos que nunca
se amarran,
ni del momento en que se sorprendió,
quizá con gesto estúpido,
muriéndose de repente.
Porque no debe quedar buena cara
en ese instante,
en el justo instante que realmente mata,
que mata para siempre,
no como este de ahora, de ahora de escribir, que solo amortiza.
Digo el que mata definitivamente,
que debe de ser como sentarse en un pupitre
el primer día,
rodeado de compañeros sin rostro,
de compañeros sin cuerpo,
de compañeros cuyos nombres no dicen
nada acerca de ellos.
Ese instante justo antes de romper a llorar
dolorosamente,
antes de clamar a la madre que ya está
de compras,
antes de lanzarse contra el maestro
para arañarle las muñecas.
Ese inocente tiempo,
minúsculo,
que nos fotografía con cara de imbéciles,
con cara de novatos
mortalmente aterrados,
y que tal vez nos llame con un número:
como a los escolares.

*

He visto a los hombres realizar
Actos incomprensibles
Ahorrar
Querer a una o dos mujeres
Votar a la derecha
Llorar por que su equipo
Perdía en casa
Sentenciar a muerte
Besar a los anillos de quien roba manos
Firmar la paz cuando era necesaria
La guerra
Declarar la guerra cuando propiciaba
El sexo
Hacer el amor
Sin inventar otros nombres de mujer
Conducir
Comprar en grandes centros comerciales
Atiborrarse
Enamorarse
Construir parlamentos para no entenderse nunca
(eso sí democráticamente)
jugar al pin-pon
cocinar hamburguesas cincuenta años después
de haber cocinado exquisitos gatos
votar a la izquierda
retomar las relaciones
beber agua
cuidar sus bíceps
dejar que los masturben
incinerar a sus muertos
e incluso enterrarlos
Definitivamente
Hay algo perverso
Muy perverso
En cada uno de nosotros.

Manuel Fernando Macías

 

Ciudadano Danié, ciudadano Nadie.

Por Moguer,
por Caracas, por Bangkok,
por Triana o por Dublín
se cruzan los desconocidos distraídamente,
y nadie sabe que este cuerpo no es mío
ni va a ningún sitio.
Es muy fácil, aunque seas extraterrestre,
pasar por ciudadano,
sólo hay que vestir como todos,
caminar con cierta urgencia
sin sonreír, sin mirar fijamente a nadie.

Es muy fácil ser ciudadano,
si no tienes hambre,
si no te caes al suelo.

 

El deshielo.

Ya no hace frío.
Querría desnudarme y ser detenido por ser puro.
Querría ver la tierra que está debajo de las calles
y coronarme con una escupidera.
Por favor, no me cortéis el cordón de colores,
estoy naciendo.

Daniel Macías

 

A los héroes del 68

¿Quién duda? Escribir
poemas de puta coña a la vieja usanza,
avalancha falsa de selvas y aventuras. Duraznos
castos que llevar
se a la boca. No tengo sien embargo
recuerdo heroico ni hambre subrepticia
para acabar la trecha y dios me salve.
De aquí pues en adelante pongo bombas.
No me importa la pirotecnia.

Jose Antonio Fortes

 

el objetivo más alto de la poesía
no puede ser otro que
"de cómo las personas comen, beben,
aman, caminan y llevan las chaquetas"

*

no es lo mismo
sobrevivir a toda costa
que
a cualquier precio

*

nunca aprenderé a despedirme
ver gente desdichada
condescender con el fatuo
imperativo categórico
hacer planes para el futuro
ejercitar el ¡domínate y disimula!
acostumbrarme
a la noche que me quisiste.

Carlos Enríquez del Árbol