París en llamas
Explosión
marginal. Los
suburbios vuelven a sacudir el orden neoliberal. (Foto:
AFP)
Mariátegui
03/12/07
Cómo sucedió hace dos años en el suburbio de Clichy-sur-Bois, los excluidos en Francia volvieron a expresar su descontento con violencia. Esta se inició el domingo 25 de noviembre en Villiers-le-Bel un suburbio de París, cuando dos adolescentes que manejaban una moto murieron en una colisión con un auto de la policía.
Autos y ómnibus quemados, edificios incendiados, comercios saqueados y casi un centenar de policías heridos, fue el saldo del estallido y esta vez los jóvenes tuvieron que lanzar perdigones para defenderse de la represión policial. El martes por la noche los disturbios se
propagaron a media docena de poblaciones colindantes y a Toulouse, donde una biblioteca fue atacada y unos 20 coches fueron incendiados.
Si en noviembre del 2005 cuando ocurrieron hechos similares en Clichy-sur-Bois, el, en ese entonces, Ministro del Interior, Nicolás Sarkozy, prometió acabar con la
"escoria", refiriéndose a los jóvenes que protestaban. En estos días, el Primer Ministro, Francois Fillon, no dudó en calificar como criminales a los que dispararon contra la policía y advirtió que el Estado "peleará" para evitar el contagio de la violencia.
¿Quiénes protestan? Pues los hijos de la República, los hijos del Neoliberalismo. Su violencia se alimenta de la exclusión social, ellos son los sin trabajo, los perdedores, los que quedan fuera de la movilidad social, los hijos de inmigrantes asiáticos, africanos, los hijos de trabajadores franceses sin empleo. Los hijos de la
globalización, los hijos del Estado de Derecho, los hijos de la Democracia
Representativa, los hijos del libre mercado.
Mariátegui.
La revista de las ideas.
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