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      Carta Abierta a Benedicto XVI / Taller "Indio" de UNIPOMA 

                 

UNIPOMA / Mariátegui
 02/07/07

Carta Abierta

¿Reconquista en América?

A su Excelencia
Señor Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI
Jefe de Estado del Vaticano / Jefe de la Iglesia Católica
Ciudad del Vaticano

Hace 5 siglos, conociendo el sufrimiento de los pueblos de América por la forma inhumana en que se inició y se estableció la dominación europea y contestando los argumentos de los que negaban la condición humana de los pobladores de América, Bartolomé de Las Casas los defendió en el seno mismo de la Iglesia católica demostrando no sólo el alto grado de religiosidad que portaban.

Ahora, Usted, Jefe de la Iglesia Católica y declarado amante de la verdad, ha afirmado en el Santuario de Aparecida (Brasil) que en el transcurso de estos 5 siglos:
- se ha producido un "encuentro" de la fe en Dios con las "etnias" originarias de América;
- la "aceptación" de la misma fe por los pueblos de América Latina y del Caribe, realizada con el bautismo "los hizo hijos de Dios por adopción";
- "el Espíritu Santo … ha venido a fecundar sus culturas, purificándolas";
- "el anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña".

Permita disentir profundamente con vuestras aseveraciones:
- considerar como un "encuentro" lo que la memoria histórica de los pueblos de América considera mas bien como una hecatombe cultural y demográfica para la humanidad entera en sus propios cuerpos y almas, es intentar ocultar la amarga verdad con lindas palabras;
- afirmar que los pueblos de América Latina y del Caribe encontraron la fe en Dios sólo en el momento de la llegada y propagación del evangelio cristiano contraría la mínima evidencia puesto que dichos pueblos, como todos los pueblos de la tierra, desde tiempos inmemoriales profesaban y profesan fe en su propio Dios;
- considerar a los americanos bautizados como hijos "por adopción" de vuestro Dios es propender a establecer jerarquías de superioridad e inferioridad entre los pueblos de distintos continentes que profesan una fe común, es mirar las cosas de religión con los lentes etnocéntricos de un Narciso;
- Calificar de impuras a las creencias originarias de América y de purificadora la labor de vuestra Iglesia en las tierras americanas es considerar a vuestro credo único depositario de la verdad y, con mucha libertad de huesos, considerar su obra terrenal como inmaculada. Esto último significa olvidar las impurezas que Usted, sin mucho esfuerzo, habrá encontrado en la acción de sus predecesores y de vuestros contemporáneos en ese continente, en vuestro país de origen, en Europa y otros lugares, habrá constatado en particular que vuestra Iglesia generalmente estuvo y está comprometida terrenalmente con potencias extraregionales y con las clases dominantes criollas de América;
- Afirmar, finalmente que la obra evangelizadora de vuestra Iglesia en América "no … fue una imposición de una cultura extraña" sobre las culturas de América es ir contra una verdad que cualquier mortal puede constatar viendo los monumentos históricos de México, Cusco y miles de más sitios: sobre las ruinas de templos, cementerios y lugares de culto americanos se levantan iglesias de otros ritos.

El discurso de Aparecida, por el puesto que ocupa Usted en la Iglesia Católica, debe ser considerado con toda seriedad. Dignatarios de América se han dirigido ya a Usted pidiendo explicaciones. Dirigentes indígenas, como Sandro Tuxa (Brasil), han expresado su espanto y lo han considerado como ofensivo a la cultura viva de los pueblos originarios de América. Incluso numerosos miembros del episcopado latinoamericano y caribeño, a los cuales estaba dirigido vuestro discurso, han sentido que la labor que realizan en defensa de los pueblos de América, los más olvidados por los poderes públicos y económicos del continente, ha sido cuestionada. No es para menos.

Nosotros, Taller de investigación sobre el Problema del Indio de la Universidad Popular José Carlos Mariátegui -Francia (UNIPOMA), integrado por personas originarias de América y Europa inspiradas por concepciones filosófico-religiosas diversas pero unidos para conocer y valorar la historia y el aporte cultural de las civilizaciones de América a la humanidad toda,
Con todo respeto expresamos lo siguiente:
- la conciencia histórica de toda persona y pueblo no es contraria a una fe o creencia filosófico-religiosa: esta consciencia permite más bien establecer con cierto fundamento, en base al camino recorrido por los que nos antecedieron, los pasos que corresponde dar a la generación presente y a las venideras.
- los pueblos originarios de América, aunque no estén fundamentalmente animados por sentimientos revanchistas o de víctima, guardan conciencia fresca de la hecatombe sufrida y soportan cotidianamente sus consecuencias. Por lo tanto, los miembros de las religiones llegadas con la expansión europea les deben un mínimo de respeto si desean ser acogidos durablemente y en forma digna;
- los pueblos originarios de América y enraizados en ese continente no son ni más ni menos calificados que otros pueblos para llevar adelante sus creencias y convicciones;
- proclamar una "nueva evangelización" en América estableciendo privilegios entre fieles es empezar el siglo XXI con mentalidad colonizadora de hace 5 siglos.

Por todo esto el acento negacionista de vuestro discurso nos es inadmisible. Por ende nuestro Taller de investigación se junta a los ríos de desacuerdo que han empezado a discurrir en América Latina y el Caribe, incluso desde el mismo seno de vuestra Iglesia. Llama a los pueblos de América y del mundo a expresar y ejercer libremente la fe y la conciencia que animan su acción en la tierra.

Esperamos aquilate lo que se anuncia desde vuestro discurso de Aparecida.


París, 31 de mayo del 2007

Taller problema del indio
Universidad Popular Mariátegui- Francia (UNIPOMA)
taller_indio-owner@yahoogroups.com

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