El Martinete - Número 17

Septiembre de 2004

 
Igualdad de derechos para los trabajadores inmigrantes
 

 

“Primero fueron a por los anarquistas,

pero como yo no era anarquista, no me preocupaba;

luego fueron a por los comunistas,

pero como yo no era comunista, no me preocupé;

más tarde fueron a por los socialistas,

pero, como tampoco era socialista, no me preocupé…

después vinieron a por mí, pero ya era demasiado tarde”

Bertolt Brech

 

Ahora van a por los inmigrantes, empezando con la recogida de firmas, después pintando una señal casa por casa y al final se termina liquidándolos. Esta táctica nazi-fascista-xenófoba recuerda los años de Hitler en el poder contra el pueblo judío.

Los fascismos han comenzado y comienzan siempre su labor de influencia sobre las masas con discursos demagógicos de tipo ultranacionalista y xenófobo.

La campaña de recogida de firmas es un acto de hostigamiento hacia el colectivo de inmigrantes que vienen a trabajar a la localidad y a aquellas personas que se solidarizan con ellos, que sirve para profundizar en las tendencias fascistizantes que vive nuestra sociedad.

Que la población suscriba con sus firmas haciendo responsable a la inmigración de la delincuencia, es dar alas a los sectores más reaccionarios y fascistas del Estado. De este modo desvía su atención de los problemas principales que le afectan realmente (explotación, paro, vivienda…).

Los movimientos migratorios se han sucedido en lo largo de la historia y donde se ha producido una mayor integración se ha dado un mayor desarrollo cultural y económico.

 

Los obreros no tienen patria

Llegan exhaustos, desfallecidos, agotados por la extenuante travesía en la destartalada patera, arriban a las costas gaditanas, pese a los peligros del Estrecho, al riesgo de verse apresados nada más pisar tierra, a la probabilidad de morir ahogados. Incluso niños y mujeres embarazadas. También vienen de la América explotada tras grandes esfuerzos por aunar valor y dinero. O de Asia, del Oriente. Escondidos donde sea (barcos, camiones…) sufren mil penurias atraídos por la posibilidad de una vida mejor, expulsados de sus tierras de origen por una miseria y una pobreza causada precisamente por aquellos países a los que acuden. El gran desarrollo de los países ricos, el gran capital, condena a la mayor parte de la humanidad al subdesarrollo.

Llegan esperanzados, con ilusión, y entonces se encuentran con el rechazo, la marginación, la sobreexplotación.

Ellos no vienen a hacer los trabajos sucios. Cualquier trabajo es digno si es realizado en condiciones dignas. No vienen a quitar el trabajo a nadie. Es la insaciable sed de beneficios de los patronos la que condena al paro a unos y al trabajo mísero a otros.

Porque los obreros no tienen patria, los problemas de los inmigrantes son los de los obreros de todo el mundo y la lucha ha de ser común. Los obreros deben pelear juntos, inmigrantes o no, activos y parados, hombres y mujeres, de una raza u otra y dirigir la lucha contra el imperialismo, el capitalismo agonizante y feroz que nos quiere divididos y dóciles.

 

Legalidad versus ilegalidad

Son las leyes hechas por gobiernos burgueses las que deciden quienes son legales y quienes ilegales, pero los trabajadores deberíamos tener claro que el ser humano esta por encima de estas dos palabras, nuestra misiva tiene que ser la fraternidad entre los pueblos, la unión entre nuestra clase. Las agresiones contra los inmigrantes son agresiones contra el proletariado y los trabajadores en general. La burguesía aplica la estrategia de dividir a los inmigrantes (legales e ilegales) y enfrentarlos a los obreros autóctonos. El objetivo es mantener dividida a la clase obrera en su conjunto. La división fundamental de esta sociedad no separa a la humanidad en razas, pueblos o sexos, sino en clases, y ahí está la raíz del problema. No se trata sólo de “legalidad” o “ilegalidad” de seres humanos. El problema llega al fondo de donde surgen las grandes desigualdades sociales, a la explotación capitalista, a la división de la sociedad en clases y a la necesidad de la unión de los explotados para alcanzar su propia liberación.

Los dolorosos hechos acaecidos en los últimos días en la localidad no justifican la campaña de recogida de firmas que se ha emprendido. Ésta, lejos de conseguir los objetivos que dice perseguir -combatir la delincuencia- solo sirve para profundizar en la discriminación y en la marginación, que son las verdaderas causas de la delincuencia. Por todos estos motivos hacemos un llamamiento a la población en general y a los poderes públicos en particular para que pongan fin a estos actos racistas y adopten medidas encaminadas a una mayor integración de la población inmigrante en nuestra sociedad.

 

Asociación Cultural “Ernesto Guevara”

Movimiento Anti-Imperialista