Aniversario de la Comuna de París

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Desde que aparecieron las clases, el motor de la Historia ha sido la lucha entre estas clases por convertirse en dominantes. Sin embargo, la aparición del proletariado como clase sienta las bases objetivas para acabar con cualquier tipo de explotación de una clase sobre otra con la única condición de que la clase obrera lleve consecuentemente su lucha hasta el final.

El primer gran hito histórico de esta lucha tuvo lugar aquí, hace 140 años, cuando heroicamente la clase obrera se atrevió a tomar el cielo por asalto ejerciendo su dictadura por primera vez en la historia. Hoy recordamos a todos aquellos que no temieron dar su vida por la Revolución.

La experiencia de la Comuna fue breve y llena de dificultades, su valor reside en que  permitió descubrir al proletariado como ejercer su dictadura contra la clase opresora. Sin esta experiencia no hubiera sido posible la Revolución de Octubre ni todas las victorias de la clase trabajadora durante el siglo pasado. Por ello, podemos decir que de la derrota de la Comuna surgió el Glorioso Primer Ciclo de la Revolución Proletaria, el que se abrió con la toma del poder por los Bolcheviques en Rusia y la lucha por todo el mundo de los partidos comunistas dirigidos por la Komintern.

¿Cómo fue esto posible? El marxismo no es una ideología ni empirista ni mecánica. Toda la experiencia de la Comuna de París no se convirtió en patrimonio de la clase obrera inmediatamente; el balance, la síntesis de sus errores y aciertos fue imprescindible para superar la derrota y colocar la Revolución en una posición de partida más elevada. Esta síntesis fue llevada a cabo, en lo fundamental, por Marx y Engels en La guerra civil en Francia y por Lenin en El estado y la Revolución. En estas obras, textos clásicos de nuestra tradición, se condensan los elementos que pasarían a formar parte del programa de la Revolución: Como la Comuna demostró, la superación de la dictadura de la burguesía pasa por la destrucción del estado burgués y sus herramientas de represión,  el ejército y el parlamento burgués. El ejército fue abolido eliminando el reclutamiento forzoso y con la admisión en la Guardia Nacional de todos los ciudadanos aptos para el servicio militar, creando el primer Ejército Popular proletario de la historia. La representación parlamentaria burguesa fue igualmente dinamitada mediante la revocabilidad en cualquier momento de los representantes, transformando el mandato representativo por uno imperativo que garantizaba  la soberanía en manos del pueblo y su clase de vanguardia, el proletariado. Estos elementos son parte esencial de cualquier estado bajo la Dictadura del Proletariado.

Por otra parte, las limitaciones de la Comuna resultan igualmente valiosas. Lenin nos enseñó la importancia que tiene la transformación consciente de la sociedad y la necesidad de la organización de la clase en el Partido Comunista.  Pero todo eso lo sabemos ahora gracias al análisis de la experiencia de la Comuna, el esfuerzo por extraer sus enseñanzas e incorporarlas a la praxis. Precisamente, ésta es la unidad dialéctica de la teoría y la práctica, la práctica es sintetizada y se incorpora a la teoría que transformando a ésta permite el desarrollo nuevamente de la práctica con más garantías de éxito.

Como hemos dicho antes, la derrota de la Comuna no fue en vano, la lucha de los comuneros por acabar con la explotación del hombre por el hombre sentó las bases para una experiencia revolucionaria más extensa e intensa, el Ciclo de Octubre. En este sentido, aunque las tareas que se derivan de nuestra situación  actual son similares a las inmediatamente posteriores al fin de la Comuna, la situación no es equiparable: de la Comuna salió fortalecido el marxismo como ideología revolucionaria frente a las otras corrientes que convivían en el París revolucionario. Por el contrario, en el Ciclo de Octubre ha sido la teoría revolucionaria la derrotada, como pone de manifiesto la desaparición del campo socialista o la fragmentación actual del Movimiento Comunista Internacional. Ésta es una realidad que debemos asumir y transformar y que impone unas tareas inmediatas concretas a los revolucionarios. Vivimos en una etapa de transición entre dos ciclos revolucionarios, el que acaba de terminar y el próximo que estamos en la obligación de iniciar. La diferencia principal es que el punto de partida es mucho más elevado que el que enfrentó el proletariado revolucionario en 1917, porque tenemos a nuestra espalda todo un siglo de experiencias revolucionarias protagonizadas por la clase obrera, hoy los revolucionarios conocemos la importancia del Partido, de la lucha contra el revisionismo, de la Guerra Popular,... Como los marxistas no somos ni empiristas ni mecanicistas, el requisito ineludible hoy para la Revolución es realizar el balance de toda esa experiencia desde los principios revolucionarios del Comunismo. Un balance que nos permita conocer profundamente los errores y aciertos, poner al día nuestra teoría a la luz de toda la rica experiencia revolucionaria de nuestra clase, solo de esta forma estaremos en condiciones de superar las limitaciones y los errores a los que no fue capaz de sobreponerse el proletariado revolucionario en el pasado.

Esta tarea, la reconstitución ideológica del Comunismo, es inseparable de la reconstitución política. La tarea política de los comunistas es la reconstitución de partidos comunistas en cada estado y esta tarea está estrechamente relacionada con el balance que actualice nuestra ideología. Aquí es donde toma sentido la frase de Lenin "La théorie sans pratique est stérile ; la pratique sans théorie est aveugle" [La teoría sin práctica es estéril ; la práctica sin teoría es ciega]. La reconstitución tiene, por tanto, una doble faceta, política e ideológica, práctica y teórica y ambas solo pueden llevarse a cabo mediante la lucha intransigente contra el revisionismo.

Para que la lucha de los comuneros y de todos los revolucionarios no sea en vano, elevemos la teoría revolucionaria con toda la experiencia del Ciclo de Octubre, luchemos por la reconstitución ideología y política de Comunismo.


¡Viva la Comuna de París!
¡Por la reconstitución ideológica y política del comunismo!
¡Por la Revolución Socialista y la Dictadura del Proletariado!

 

Movimiento Anti-Imperialista
Estado francés, 19 de marzo 2011