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Salka Embarek

Mohamed Salem Abdelfatah (Ebnu)

Bahia M.H. Awah

Mohamidi Fakala

Poemario por un Sáhara Libre

Ali Salem Iselmu

Limam Boicha

Saleh Abdalahi

Rosa Montero

Antònia P.

Salvador Pallarès-Garí

Javier Perote

Hamdi Sidahmed

Conchi Moya

ESCRITORES POR EL SÁHARA

 

 

 

 

Las identidades

Cuando las húmedas ideas nacen desnudas y la patria es una caravana en el sueño de Amin Maalouf nuestro territorio se vuelve diminuto y grande, de allí nace la capacidad de imaginar y sentir desde la lejanía lo que pertenece a uno sin renunciar a otro contexto totalmente diferente que nos aporta otra perspectiva.

Recuerdo a este escritor libanés, exiliado en Francia, en su libro "Identidades Asesinas" como hacia una exposición del mosaico étnico y religioso del que se compone el Líbano y me pregunto si en el Sahara la identidad marroquí sigue intentando borrar cualquier vestigio de la cultura saharaui, imponiendo a los jóvenes hablar dariya frente al hasania, el francés frente al castellano, tratando de esta manera transformar la realidad cultural saharaui en los últimos treinta años.

La triste ocupación territorial y política que sufre el Sahara es también una ocupación cultural hecha desde la imposición de los colonos y todos los nuevos hábitos que han introducido en el territorio apoyados por el propio estado marroquí empecinado en trasladar la juventud saharaui al interior de Marruecos para desligarla de sus raíces y así transformar en un tiempo breve el contexto cultural de esta región.

Yo nunca he estado en El Aaiun pero si he visto fotografías e imágenes de la televisión y según me cuentan quienes crecieron en esta ciudad la comunidad de colonos marroquíes es hoy mayoritaria en número frente a los saharauis que los han desplazado al barrio Maatala y otras zonas de la ciudad; la Melhfa y la Darra que son la ropa tradicional del Sahara cada vez se ven menos y las políticas educativas en todos los centros escolares adoptan métodos de enseñanza que garantizan los intereses colonialistas del ocupante a través de una manipulación de la historia y los hechos.

El Sahara no sólo ha padecido el saqueo de la pesca y el fosfato, también ha visto la usurpación de su identidad, historia y cultura se le ha impedido existir por quienes han callado su voz, borrado su imagen y transformado su mapa en el atlas mundial. Pero a pesar de ello la personalidad Bidan traducida a la realidad saharaui es un ente dinámico y con mucha fuerza que sigue resistiendo frente a este agravio impuesto desde afuera; el nómada seguirá persiguiendo por el desierto el lenguaje de los dromedarios, trazando tableros de arena y bebiendo leche en cuencos de madera en una jaima sin puertas.

La realidad de la otra parte de los saharauis en los campamentos es más esperanzadora porque las estrategias de educación han dado muchos frutos, el hasania se sigue hablando junto al castellano y la comunidad de refugiados está progresando sin renunciar a su pasado histórico, el estado ha dedicado mucho esfuerzo a la educación y la salud; hoy cuenta con mucho personal preparado capaz de tener una visión que permita a este pueblo reconciliarse con su identidad cultural frente a las constantes amenazas que intentan tergiversar su realidad.

El pecado de Marruecos en el Sahara es haber subestimado la fortaleza de la población calificándola de incapaz de asumir una resistencia que mantenga viva la esperanza en construir un proyecto común capaz de entablar el diálogo con el otro desde el respeto a la diferencia como vehículo que garantice la convivencia y la tolerancia, no desde la negación del otro para conseguir unos objetivos que mantengan su presencia colonial en esta tierra.

La lucha por conservar la identidad es una larga batalla en este conflicto en la que una parte siempre lucha por dominar a la otra sometiéndola y obligándola para absorberla de forma definitiva, haciendo que se diluya con el tiempo. Los marroquíes necesitan que su proyecto de conquista cuaje en el corazón de los saharauis, pero me temo que eso nunca ocurrirá porque sus métodos de lucha contra este pequeño pero gran pueblo son su peor agonía en el Sahara.

Ali Salem Iselmu. Generación de la Amistad.

 

Silencios en el desierto

Dicen que los copos de nieve absorben el sonido. Que los paisajes nevados son silenciosos porque la nieve captura las ondas acústicas. Parece ser, pues, que los granos de arena producen un fenómeno parecido.

El Rali del Dakar, y la cohorte que le sigue, y que acaba de atravesar el territorio del Sáhara Occidental, no ha podido oír los clamores de libertad de la población bárbaramente reprimida.

Quizás es que el rumor ensordecedor de los motores de los coches, se confunde con el de la maquinaria represora del ejército y la policía de ocupación marroquí.

Quizás la solución no es, ni tan poética como la de los copos nieve, ni tan cruel como la segunda. Es probable que la natural curiosidad de los que ejercen, profesionalmente, de periodistas haya sido silenciada por la presión silenciadora del ruido de las monedas. Presión efectuada, no en las arenas del desierto, directamente sobre el mensajero, sino en los despachos con aire acondicionado.

Si no, cómo es posible que no haya aparecido, en la prensa, ninguna referencia a la tragedia que vive el pueblo saharaui en su propio país... Ni, obviamente, en la página web de la organización del Dakar. No ha habido ninguna referencia a la carencia de respeto a los Derechos Humanos que demuestra el Rey de Marruecos, y las suyas fuerzas de ocupación.

Hemos sabido, esto sí, que una de las etapas ha tenido que ser modificada por el peligro que suponía adentrarse en un territorio “no controlado” por la organización. Pero no se ha dicho nada del paso a través de los campos minados por Marruecos.

Creo que la respuesta al silencio clama en medio del corazón de las finanzas, de los intereses económicos,... que pesan más que los Derechos Humanos, más que todas las resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas. Los mismos intereses materiales que impiden que las soluciones, planteadas en la ONU, sean llevadas a la práctica: no es conveniente incomodar el monarca marroquí. Peligraría la próxima edición del Dakar. Y esto no puede ser.

Mientras, continuaremos leyendo que el Dakar supone una aportación beneficiosa para los territorios que atraviesa. ¡Hipócritas!

Salvador Pallarès-Garí
Presidente de ACAPS
Associació Comarcal D’Ajuda al Poble Saharaui-La Safor

 

 

Reencuentro con la historia

Curioso es el transcurso del tiempo por el que las campanas repicaron un día en nuestra vida, sin que supiéramos que seríamos parte de esa historia común que compartimos con otros y de la que nos encontramos formando parte, como la estructura de un átomo con sus partículas.

La vida sigue su ciclo y nosotros formamos parte de ese complejo espiral. Se suele decir "la historia se repite". Pero como tal nunca podría ser sino a través de una regresión fiel al pasado, y en el presente volviendo la vista hacia atrás, buscando en la memoria momentos entrañables de nuestra vida.

Don Emilio me decía "Me destinaron a Auserd en 1966 como maestro de lengua española, me encontré con un colegio con dos aulas dentro del cuartel militar, una de ellas era muy pequeña para los niños de 6 años que acababan de ingresar y la otra un poco más grande, allí cursaban los niños a partir de los diez años". Yo formaba parte de los que acababan de empezar a aprender las primeras letras del abecedario español, tenía seis años y lo que es la vida, a la persona que me lo enseñó durante dos años, curso 1965, 1966 y 1966, 1967 un día dejé de verlo, nunca más supe de él hasta hace unos días de este nuevo año 2007.

"¿Puedo tutearle don Emilio?", se lo pregunté por mantener el respeto y el cariño a mi primer maestro. Y él me respondió "Por Dios, claro que sí". Yo quería hacerle llegar todo mi afecto. Desde hace unos siete años llevo intentando a través de Internet poder localizar a alguno de mis primeros maestros, pero hasta ahora me había resultado imposible. Sabía el nombre solamente de los dos con los que tenía más afinidad. Yo buscaba en ellos un eslabón perdido de mi historia y sobre todo de una infancia que intento resucitar en el presente y revivir porque me ha sido usurpada y no la he podido disfrutar como debería ser. Es la deuda de la infancia que tenemos con la historia y la metrópoli.

Mis maestros fueron parte de nuestra historia, la mía, la de mi mamá que me llevó ese día a matricularme y que tenía muy buena relación con ellos, las de mis amigos, por ello se proyecta ante mis ojos una enciclopedia viva de la infancia de muchos de nosotros, hoy ya hombres, que no hemos podido olvidarles, como aquel arcángel que ordenó al profeta "¡lee!" y el niño no sabía leer, y al cabo de un instante el niño comenzó a recitar unos versos que pronunciaban el nombre del Sahara.

Volví a hacerle a Don Emilio unas cuantas preguntas tratando de cerciorarme de que él era aquel joven maestro de Auserd. "Se acuerda del nuevo colegio, de aquel médico que se llamaba Antonio, de las fiestas de los Reyes Magos y los regalos, del cocinero que nos servía la comida y de mi otro maestro Don Francisco con el que más estuve en clase…y del gobernador que había, creo que se llamaba Justo". Él me confirmó que sí y que también le llamaban el Chulo, carcajadas de ambos. Ya me acordé de ese gobernador porque era muy elegante y limpio. Llevaba un bastón de plata y vestía unos bombachos típicos saharauis, de procedencia mauritana, confeccionados con tela tubit, que se llamaban stambel, creo que es una palabra de origen francés y mal pronunciada, ensemble (conjunto) ya que se llevaba como una pieza con la darra.

Seguí con mis recuerdos, "El gobernador solía salir a pasear por las tardes con su perra, que por cierto un día me atacó y me mordió en las nalgas. Este incidente se lo oculté a mi madre mucho tiempo y no sé por qué, creo que fue porque me rompió los pantalones y temía que me regañara mi papá". Mi maestro y ahora amigo me comentó que tenía fotos de la época, de los guayetes del colegio, del pueblo y me prometió que me mandará un DVD que su hijo le ha hecho como regalo de estas navidades.

Emilio salió del Sahara en 1970 y nunca volvió, porque empezó otra vida de profesor en Cantabria, de donde es originario. Allí tampoco se desligó de la historia del pueblo saharaui, con su apoyo y simpatía, a través de la asociación Cantabria por el Sahara. En una ocasión me dijo un amigo español "quién haya conocido vuestro Sahara y sus habitantes nunca dejará de llevarlos en el corazón". El reencuentro de la historia con mi primer maestro sucede a raíz de un artículo que dediqué a mi pueblo natal, donde mencionaba el nombre de mis dos maestros, Don Emilio y Don Francisco.

Gabriel Herrería, de Cantabria por el Sahara, fue el ángel de mi reencuentro con uno de mis primeros maestros en Auserd. Gracias amigos por hacerme pasar un inolvidable momento imaginando la tierra, mi primer pupitre, las primeras cartillas de El parvulito, una de las lecturas que recuerdo, porque me llamaba mucho la atención, era una que leíamos sobre "la provincia":

"Muchos pueblos reunidos forman una provincia. El jefe de la provincia es el gobernador civil. Mi pueblo pertenece a la provincia de… (Y aquí se rellenaba un espacio en blanco como tareas o deberes en casa)…Villa Cisneros…. La capital de mi provincia es… (También rellenábamos)…El Aaiun, provincia española... y los productos principales que se dan en ella son….carnes de dromedario, corderos… Por mi provincia pasa el río… Acequia roja... y su monte más importante es…. Buserz…." Este texto pertenece a la lección 26 de El parvulito.

Son muchas historias las que aprendimos con estos maestros a través de inolvidables lecturas como Platero y yo; El pastorcillo mentiroso; El cuervo, el queso y el zorro o El gusanillo de la conciencia, de G. Fernández. También los nombres de los grandes pintores como Velázquez y escritores como Cervantes o médicos como Ramón y Cajal.

Me comentaba Emilio que también tenían la tarea de repartirnos la comida y la merienda que daban por las tardes en las clases de árabe, casi siempre bocadillos de membrillo o de chocolate. Hubo otros maestros que se trasladaban en las caravanas de los nómadas y acampaban con ellos para dar clases a los niños del frig, como ocurrió con el frig de los Seila uld Abeida en Gleibat Elfula y Um Draiga. Esto ocurría en los últimos años de dominio de la metrópoli, antes de cerrarnos los colegios. Muchos de estos maestros aun sienten lo injusto que fue aquel abandono sin previo aviso, que sorprendió a todos. Y vuelvo a la frase que me dijo aquel amigo, nuestra naturaleza de saharauis es no olvidarnos del amigo o de aquel que haya formado parte de un momento de nuestra vida. No he podido olvidar a estos maestros durante todo este tiempo.

Bahía Mahmud Awah. Generación de la Amistad

 

 

La amarga noticia

Conmigo compartió momentos de alegría, los dos juntos cogíamos todos los zapatos que habían frente a la jaima y nos poníamos a ordenarlos de uno en uno, luego hacíamos un enorme circulo de arena mientras nuestros abuelos bebían té tranquilamente y charlaban con los huéspedes, cuando era la hora del mediodía corríamos y nos subíamos los dos sobre la espalda del abuelo mientras los visitantes perplejos le preguntaban por nosotros y él decía "son mis nietos y pueden jugar sobre mi espalda". Mi hermano siempre me disputó la pelota, los cuadernos, los lápices y hasta la merienda del colegio; y cuando yo lloraba por algún juguete o alguna ropa que quería que mi padre me comprara él también se ponía a llorar, intentó imitarme prácticamente en todo pero a pesar de nuestras diferencias pasábamos horas y horas jugando a recolectar piedras preciosas del desierto, al escondite o a tirar piedras con un tirachinas.

Una mañana mi padre me dijo tu hermano se ha marchado a la badia con sus abuelos y tú te quedarás conmigo y cuidarás de nosotros y estudiarás; cuando supe la noticia me invadió una enorme tristeza y empecé a pensar en los chicos de mi colegio y con quién podía compartir los juegos y secretos, pero sabía que la ausencia de mis abuelos iba a dejar en mi una profunda huella porque yo crecí pensando que eran mis padres y a su alrededor hacía y deshacía sin que nadie absolutamente me llamara la atención, por lo tanto pensé que todo aquello estaba hecho para separarme de ellos y no quise aceptar la nueva situación y me revelé contra todo el mundo diciéndoles que era inaceptable la separación.

De Dajla nos marchamos a Nuadibu norte de Mauritania cuando se firmó la paz por este país con el Frente Polisario, huíamos del ejército marroquí que venía avanzando desde el norte para ocupar la ciudad. Cuando llegamos había unas enormes dunas al norte donde pastaban muchas cabras, nuestro objetivo era ir a los campamentos de refugiados en Argelia, pero yo pensaba que íbamos a la badia, en esta ciudad estuvimos cerca de dos meses esperando contactar con los guerrilleros; una mañana mi padre me cogió del brazo y me dijo "hijo prepárate que la travesía será larga por el desierto y tienes que aguantar bien el viaje si quieres reunirte con tus abuelos y tu hermano".

Cuando escuché aquellas palabras no imaginé que el viaje escondía muchos riesgos y teníamos que enfrentarnos a muchos peligros atravesando todo el Sahara Occidental hasta la Hamada argelina. A media mañana nos subimos en un camión particular varias familias saharauis, todas de la parte sur del Sahara recién abandonada por Mauritania, en medio del polvo y el calor, el desierto parecía un lugar extraño y las miradas de la gente reflejaban cierta tensión y tristeza pero yo estaba totalmente perdido y no entendía nada de lo que sucedía la única esperanza que me quedaba era la mirada de una niña que recuerdo de mi colegio. Con ella intentaba jugar y preguntarle por todos las calles en que alguna vez corrimos cada uno con su respectiva pandilla. A lo lejos empezamos a ver los Land Rover de los guerrilleros aproximarse a nosotros, lo que cambió el estado de ánimo de la gente, quienes comenzaron a decir "ya vienen quienes nos van a salvar la vida y llevarnos al lugar donde han ido nuestras familias".

El encuentro con los guerrilleros fue emocionante, recuerdo que a mi madre se le saltaron las lágrimas mientras mi padre les daba noticias sobre la situación de los demás saharauis que se quedaron atrapados en el cerco que hizo el ejercito marroquí sobre la ciudad de Dajla. Subimos todos en los coches y dejamos aquel camión a la sombra de un montón de acacias y nosotros, a toda velocidad, nos dirigimos hacia el norte acompañados de dos coches patrulla del ejército saharaui que iban informando a la caravana sobre el posible movimiento de tropas terrestres y aviones. Cuando llegábamos a zonas con mucha vegetación y montañas decidían acampar para que todos pudiéramos comer algo y reponer fuerzas después de esa cantidad de kilómetros que hacíamos cada día. En Ain Bintili la aviación de Marruecos hizo un vuelo de reconocimiento para poder ubicar el lugar en el que estábamos, lo que obligó a los guerrilleros evacuar rápidamente y emprender el viaje hacia Rabuni ante el temor a un bombardeo.

Por la mañana me levanté extrañado del silencio de la gente observando una interminable cordillera de colinas en la que no se veía ni un solo arbusto, todo era estéril y pedregoso, aquella tierra no nos conocía ni nos sentía, nosotros éramos unos desconocidos en territorio ajeno y el único ruido era el sonido del motor o el vaivén de la gente y el equipaje encima de los vehículos. A partir de allí nos convertimos en refugiados peregrinos confundidos por la historia y los acontecimientos, la única alegría que me quedó en el corazón fue cuando vi a mi abuelo frente a la jaima en el campamento de Dajla y con él a mi hermano, agarrado como siempre a su espalda susurrándole sus travesuras.

Ali Salem Iselmu. Generación de la Amistad

 

 

Desde mi ausencia, carta para ti Auserd

Mi querida Auserd, cuánto tiempo ha pasado desde que me separé de ti, hace unos treinta y un años. Sabes que no he podido olvidarte, a pesar de esas tres décadas que inicié con el éxodo el año 1975 y continué con el exilio y la diáspora en el extranjero.

Cuando salí huyendo aquella noche dejándote atrás en las tinieblas de la guerra, pensé que esta ausencia no podría ser más que varias semanas o un mes, pero mis cálculos eran de un niño de 15 años. Fíjate que cuando preparé mi evasión, con el consentimiento de mi mamá y mi hermana, iba a llevar mi bicicleta pero al final mi opción estaba a la altura de mi infancia que dejé entre los valles de tus magnos montes, Bumarca, Buserz y Buguetalla. Decidí entonces no llevar nada salvo tus recuerdos, sembrados por siempre en mi corazón.

Te seré sincero en esta carta contándote lo que me ocurrió los primeros meses de mi huida entre la multitud de familias, que también iban dejando atrás sus casas, sus ciudades y sus pertenencias. Al principio pensaba que iba solo, pero después me fui encontrando en el camino del éxodo con amigos y otras gentes venidas desde diferentes ciudades, El Aaiun, Villa Cisneros, Argub, Smara, Bir Nzaran y hasta de ti, también había amigos huidos que te abandonaban, como yo. Sentía consuelo al encontrarme a conciudadanos y vecinos de nuestro barrio.

Mi madre fue quien me dijo "vete de aquí y rápate la melena porque si te cogen los soldados invasores te la van arrancar pelito a pelito"; la melena era símbolo de los jóvenes polisarios y yo no le hice caso en ese momento, pero pensando que podía ser cierto me la corté al cero la misma noche de mi evasión.

Pasé por los bombardeos de Um Draiga, me sorprendió el primero justo en el pozo donde nos estábamos abasteciendo de agua con los hermanos Jlil y Labat Slama, huidos también de mi pueblo, con quienes me encontré en el camino. Labat era mi condiscípulo en el colegio y amigo, su familia y la mía vecinos y amigos. La familia Slama me cuidó mucho hasta que llegué a los campamentos de refugiados en el sur de Argelia.

Estuve tres años estudiando en el norte de Argelia terminando el bachillerato en español con profesores SAHARAUIS, que hablaban el idioma igual o mejor que mis primeros maestros de primaria que eran españoles, y a quienes recuerdo con todo el cariño de mi corazón, como Don Francisco y Don Emilio.

Querida Auserd,
me tuve que ir a Cuba a terminar mis estudios superiores. Allá conocí otro mundo diferente en paisaje a tus desnudos montes y dunas, cubiertos por aquellos finos vientos que a veces soplan para refrescarte del calor sahariano.

Allí me forjé como valedor de mí mismo. En ocasiones me sentía como huérfano cuando mis amigos recibían correspondencia de sus familias, fotos, ropa… yo sabía que tú y los míos estabais muy lejos, incomunicados y retenidos como escudos humanos en la ciudad. Pero siempre te tenía presente, junto con mis recuerdos de la familia, a veces soñaba que me llegaban cartas tuyas y que me contabas de mi familia y mi colegio.

Tantos años después cuál sería mi sorpresa, navegando por Internet me encontré con fotos tuyas de los años setenta hechas por un piloto y otras actuales de un observador de los cascos azules de Naciones Unidas. Qué hermosa estás, qué linda estás, como aprendí a decir en el Caribe. Te ves radiante con tus típicas faldas blancas, las bellas dunas que visten tus montes.

En la foto, volví a ver los valles de Ayhfun, nuestros lugares de acampadas y excursiones con los maestros. Y vi Bumarca, con su marca pintada en blanco, con la media luna y las letras ATN (Agrupación Tropas Nómadas). Y vi Buserz, con sus miles de historias, muchas de ellas protagonizadas por nosotros en nuestras escaladas.

Querida Auserd,
me emocioné tanto al ver la entrada al patio de mi colegio, en esa foto que está tomada desde un avión. Se aprecia la torre del agua y el estanque donde salvábamos aves atrapadas durante el verano.

¿Recuerdas aquella centenaria talha, acacia, donde jugábamos al columpio colgados de sus fuertes ramas?, aún resiste, como resistimos nosotros lejos de ti. Te conté una vez que me escondí debajo de ella con mi hermanita Lehbeila, cuando se iba a marchar con mi hermana mayor a vivir en Villa Cisneros. Yo no quería y, aunque mi mamá me explicó que mi hermana mayor iba estar sola y necesitaría de ella hasta acomodarse y conocer amistades, yo la escondí para que no se la llevaran.

Al ver el bloque de casas colominas donde tuvimos nuestro primer hogar, y la otra nueva que construyó mi padre a finales del 74, me sentí como si allí estuviera en realidad junto a ti, nunca dudé de tu hermosura, única hija de Tiris, anfitriona de mis recuerdos de infancia. Me fijé detenidamente en el majestuoso cuartel donde tuve mi primer colegio, y recordé mi primer regalo de Reyes, un parchis, tenía cinco años, y mis maestros trajeron una acacia y la montaron en el patio del colegio, la llenaron de colores y luces. Yo no entendía el motivo pero lo sentía muy bonito y me gustó mucho el regalo y la fiesta.

Sobre el cuartel se veía la bandera de España. Eran otros tiempos, al menos vivíamos en nuestras casas y contigo, Auserd, aunque me hubiera gustado que aquella bandera fuera la saharaui, para que nunca se hubiera izado la roja manchada de nuestra sangre, la bandera del invasor marroquí, significaría que España habría cumplido con sus obligaciones ante el mundo y nosotros los SAHARAUIS.

Querida Auserd,
he conocido muchas ciudades y podría haberte olvidado, pero tu amor anida en mis entrañas. Amé a la preciosa Habana, conocí la inmensa y acogedora Madrid, la solidaria Argel, la amiga Bilbao, la fresca y tolerante Barcelona, pasé por la helada Terranova y paseé por la bohemia ciudad de Praga, pero no he encontrado ninguna como tú, que haya robado de esta forma mi corazón.

Querida Auserd,
me despido de ti con la ilusión de verte pronto abrazarte y besarte hasta la saciedad, y me gustaría que en cada primavera llevaras unos ramos de lehbalia y los depositaras sobre la rauda de mi abuelo, que descansa en el cementerio en la falda de Buguetalla, y rezaras por todos los que allí dejé de niño.

Te quiero,

Bahía

 

 

El curandero

Haddara llevaba varias noches sin poder dormir. Una pesadilla en forma de convoy le había sumido en un constante desvelo. Cada vez que lograba conciliar el sueño, aunque sea por unos breves instantes, aparecía la caravana de camiones. Primero asomaban unos potentes focos que le cegaban inconsciente vista, después parecían alejarse, pero de repente y de manera brusca corregían su rumbo y enfilaban hacia él para arrollarlo, sin contemplaciones, y justo en el momento de aplastarlo unos ensordecedores ruidos de cláxones llenaban la cabeza de Haddara, y le hacían despertarse de un sobresalto.

El mismo sueño se le repetía cada noche, una y otra vez. Al final de cada pesadilla el hombre se quedaba con los ojos abiertos, y la mirada perdida en el infinito.

Cuando Haddara ya no pudo soportar aquella situación, se fue al médico, éste le recetó un medicamento caro y le prodigó algunos consejos que Haddara no tomó en cuenta. Durante otras noches la caravana seguía travesía, y Haddara visitó otras consultas engordando los cheques de las recetas sin ningún resultado positivo.

Estaba rendido cuando le recomendaron ir a ver a un curandero. Aceptó simplemente por curiosidad. El curandero le escuchó con mucha atención, cuando Haddara terminó su relato, el curandero tomó un papel arrugado, escribió algo, sopló sobre la tinta, y dobló la hoja varias veces. Antes de entregarlo a Haddara le dijo: "Ponlo debajo de tu almohada, y no se te ocurra abrirlo, y mucho menos leer su contenido".

La siguiente noche después de la visita Haddara durmió a placer, como si nunca lo hubiera hecho antes en su vida. Durante toda la siguiente semana tuvo un sueño reparador, pero cada mañana al levantarse miraba el papelito que descansaba debajo de la almohada, y le invadía una curiosidad por saber, lo que ese hechizo decía, pero después de un rato, recordaba la advertencia, y dejaba el papel en su sitio.

Un día la curiosidad pudo más que él, abrió el papel, y leyó su contenido. Una sonrisa cruzó por sus labios.

Por la noche cuando se acostó, la caravana retornó con sus ruidos y sus molestías. Por la mañana Haddara fue a ver al curandero y este nada más verle llegar le exclamó: "Ya no puedo hacer nada por tí. Has derrumbado la señal".

Haddara volvió a su hogar, y en el camino de vuelta no dejaba de pensar en cómo el curandero pudo detener la pesadilla, escribiendo simplemente la palabra: Stop. Y cómo la pesadilla del convoy, se había detenido respetando las señales de tráfico de este tenebroso sueño.

Limam Boicha. Generación de la Amistad Saharaui

 

 

FELIZ ID EL KEBIR (FIESTA DEL SACRICIO)
MUCHA SALUD Y PAZ A TODOS PARA EL AÑO QUE EMPIEZA

El SOS de los montes de Auserd

Tenía diez años y corrían los años 70 en mi pueblo natal Auserd; íbamos ese día un grupo de niños a escalar una de las montañas que forman la cadena de montes donde se encuentra entre sus valles mi pueblo. En esa ocasión íbamos a alcanzar la cima de uno de los más altos picos de todo el territorio, Buserz, con una altitud de 700 metros.

Comenzamos a escalar sobre las diez y a las dos aproximadamente ya estábamos coronando la cima. El monte termina su cima en grandes cuevas donde hay infinidad de madrigueras del chacal y la hiena, también reptiles en abundancia, la culebra, la serpiente y otras especies de lagartijas.

Llevábamos agua y comida que cada uno había traído de su familia, éramos unos diez aproximadamente. Conocíamos que hay muchos reptiles que son venenosos y teníamos ese cuidado de lfaa y lehnesh, la serpiente y la culebra. Cuando llegamos a la cima encontramos unas cuevas, y nada más verlas decidimos pasar el día allí, había mucho espacio donde acomodarse y preparar el fuego para nuestra comida y el té.

Se respiraba un aire más fresco y menos pesado, era como si tuviera un olor "más fuerte" para respirar. El paisaje desde la cima se veía con claridad, el pueblo se veía pequeño y distante a la vez.

Entrábamos varias veces explorando las cuevas con cuidado por si se escondían allí alimañas, de las que suelen camuflarse en el fondo de los agujeros. Mientras, algunos íbamos buscando leña y otros preparaban el lugar. De repente uno de los chicos gritó que había encontrado letras grandes realizadas con enormes piedras.

Corrimos todos a ver de qué se trataba, miramos las letras y cada uno leía a su manera "s", "o", "s" otros leían "SOS". Las letras estaban escritas en un área de unos 600 metros cuadrados aproximadamente, como si estuviera preparada para un aterrizaje de helicópteros.

Las letras median cada una más de cinco metros y con un separación de cuatro metros entre cada una aproximadamente. El terreno era arcilloso y de color marrón con dilataciones de haberse secado el agua que se estancaba allí cuando llovía.

Pasamos ese día entre las cuevas, subiendo rocas, buscando animales en madrigueras y contemplando las otras montañas colindantes. Al encontrarnos tan alto, comentábamos que así desde esta altura debían ver los pilotos el pueblo. Sobre el cielo de Auserd solían hacer acrobacia aviones militares del ejército del aire y en los recreos nos soltaban los maestros para verlos ejecutando volteretas y cayendo en picado. Así nos divertíamos.

Tras la excursión preguntamos a los maestros qué querían decir aquellas letras encima de Buserz, ahora no recuerdo la explicación que nos dieron, pero sólo sé que aquellas señales de peligro, de socorro que pedía los montes de Auserd tenían un significado intuitivo de que algún peligro se cernía sobre Auserd y sus gentes.

Cinco años más tarde un día, de repente, se cerraban nuestros colegios sin ninguna explicación, a nuestros padres les arrebataban sus armas reglamentarias y uniformes militares, las oficinas del gobierno se clausuraban, el único generador de suministro eléctrico se paraba y todas las panaderías que suministraban pan a la ciudad desaparecían.

Muchos vehículos militares cargaban armarios, bultos, maletas y equipos electrodomésticos y el hospital se quedó abandonado sin equipamientos. Aquello solo el preludio que anunciaba el SOS del monte que aquel día descubrimos en la cima.

Los montes adivinaban la tragedia del abandono y la invasión marroquí y mauritana del territorio. Lo anunciaban aquellas tres letras, aunque tardé varios años hasta conocer el verdadero significado que encerraban.

Bahia Mahmud Awah

 

 

Nada más leer el artículo de Bernabé López García en las páginas de El País, acusando a todos de discriminar a los saharauis, de apoyar sólo a los saharauis de los campamentos de refugiados y olvidar a los de los territorios ocupados, pensamos en escribir un artículo de respuesta y en enviarlo a El País para su publicación. Lo hicimos con urgencia. Pero no fue publicado. Es sin duda revelador que El País difunda un artículo con una acusación tan grave e injusta, y que después no tenga el coraje de acoger en sus páginas ni siquiera una carta al director de las muchas que, nos consta, se han enviado. No publicaron el artículo de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara, ni tampoco éste, lo cual viene a confirmar la intención del diario: preparar el terreno a Marruecos, que se dispone a presentar ante la ONU su enésimo proyecto de autonomía, eludiendo todas las resoluciones de la ONU. Y apoyar la posición del gobierno español que se abstuvo en la última votación de la ONU sobre el innegable derecho saharaui a la autodeterminación. Así, las cosas están claras. Una vez más, asumimos el papel de David contra Goliath, y tampoco olvidamos el final de la leyenda bíblica. Que no lo olviden tampoco ellos.

ESCRITORES POR EL SAHARA

 

SÁHARA: LAGUNAS DE INFORMACIÓN, O RÍO DE DESINFORMACIÓN

Igual que el mar no cabe en una botella, la autonomía no cabe en un estado ausente de derecho. En su reciente artículo, sospechosamente escrito -y no menos sospechosamente publicado por El País (Domingo 17 de diciembre)- en favor de una autonomía para el Sáhara Occidental en el seno de Marruecos, justo cuando el reino alauí va a presentar su plan ad hoc ante la ONU, el profesor López García incurre en contradicciones tan grandes que cualquiera puede sospechar que ha incurrido en ellas a sabiendas de que incurría en ellas. La mayor es la ya citada, y que fue refutada en su día en las mismas páginas de El País por el intelectual marroquí Abdelatif Laabi, en el artículo titulado Marruecos enfermo de Sáhara, en el que defendía la teoría del círculo vicioso: no es posible la autonomía sin democracia, y no es posible la democracia sin (derecho a la) autodeterminación.

Sabe el profesor López García que desde Escritores por el Sáhara ofrecimos una posible mesa de encuentro entre intelectuales saharauis, marroquíes y españoles, a celebrar en Marruecos, Tinduf y España, sin restricción de puntos de vista. Y sabe que fueron los intelectuales marroquíes quienes no aceptaron sentarse en la misma mesa que sus colegas saharauis; su punto de vista era tan unánime que resultaba excluyente.

Pretender que el apoyo a la autodeterminación de los saharauis es una actitud sectaria de la izquierda española es, sencillamente, ignorar la realidad: la autodeterminación del Sáhara es un asunto sobre el que no hay diferencias en ningún partido del arco parlamentario ni en la sociedad española, sin distinción entre derechas e izquierdas. El único agujero (negro) de esa infrecuente unanimidad es la posición de los sucesivos gobiernos: ni el centrista, ni los del PSOE, ni los del PP, han escuchado la demanda unánime de sus propios Parlamentos e incluso de su propia militancia, y a saber por qué oscuras razones porque nunca han sabido explicarlo. La fuente está más a mano del profesor López García que de la nuestra: la encuesta del Instituto Elcano sobre la opinión de los españoles acerca el origen del conflicto saharaui.

No hay que buscar explicaciones abstrusas acerca del presunto cambio de "nuestras izquierdas". Los hechos son incontrovertibles y se resumen en dos. Uno: la ocupación del Sáhara Occidental fue un acto ilegítimo. Dos: el Frente Polisario es quien representa los derechos del pueblo ocupado, y así lo aceptan tanto la Unión Europea como la ONU cuando admiten que sus representantes hablen en sus tribunas. (¿Por qué será que los exegetas de las soluciones pro-marroquíes siempre olvidan citar las resoluciones del Tribunal de La Haya, de Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales...?)

El artículo pone el dedo en muchas llagas abiertas desde hace décadas, pero la retira apenas el diagnóstico y la solución orientan hacia la única solución posible. Habla de que el CORCAS sufre "condiciones poco democráticas en su creación y una naturaleza arcaizante" pero no se sabe en virtud de qué afirma que ese organismo debería dar lugar a un proyecto de autogobierno. Habla de la necesidad de que "los saharauis de allí y de allá se encuentren", ignorando (¿ignorando?) que el régimen marroquí desecha cualquier posibilidad de encuentro entre saharauis que no estén sometidos a su estrecho marco político. Habla de que Marruecos "debería reconocer el error y el horror de sus métodos de entrada en el territorio", pero ni exige del país invasor una retirada de los territorios ocupados ni cuestiona el derecho a que las tropas de ese país permanezcan un día más administrando ese territorio. Imaginemos por un instante que alguien abogara, hace sesenta años, por un acuerdo dialogado entre el régimen colaboracionista de Vichy y la resistencia francesa a la ocupación nazi, legitimando el primero y acusando a la segunda de dogmatismo... No es muy diferente la tesis del profesor López García, cuando insta a "la saharauización de la solución".

Pero donde el artículo del profesor López García roza el disparate es en el tema de la ayuda: pretender que la ayuda española pueda llegar hasta los saharauis de las zonas ocupadas pasando por la administración marroquí, sabiendo lo que está haciendo la policía marroquí con la población autóctona, con torturas, muertes, detenciones arbitrarias, palizas, saqueos y juicios radicalmente desautorizados por el Consejo General de la Abogacía español, es algo imposible de aceptar. Sabe Bernabé López García que el Instituto Cervantes se ha negado sistemáticamente a requerimientos varios para que abra delegaciones en los campamentos de Tinduf, así como en los territorios ocupados. Razón (textual): "hacemos lo que nos manda el Ministerio de Exteriores". Sabe Bernabé López García que ante la inacción de nuestro gobierno y de todos sus departamentos inferiores (incluido el Instituto Averroes), ha tenido que ser ¡el Gobierno Vasco! el que emprenda la iniciativa de llevar un blibliobús, con libros en castellano, a los campamentos de Tinduf. Sabe también que la enseñanza del español es clandestina en los territorios ocupados. ¡Sabe tanto el profesor López García que asombra que aparente saber tan poco!

No es cierto que los movimientos de solidaridad española hayan creado dos categorías de saharauis, "los nuestros y los otros". Tampoco lo es que los saharauis de los territorios ocupados hayan sido dejados a merced de las inversiones aleatorias de Marruecos. Respecto de lo primero, tanto los movimientos solidarios como las resoluciones de la Comunidad Internacional abogan por la única solución posible: el referéndum de autodeterminación, en el que puedan votar los saharauis censados de uno y otro lado. En relación con lo segundo, la reacción de Marruecos debe de ser de auténtica frustración, porque a pesar de treinta años de ocupación, a pesar de tres décadas de subvenciones y apoyos económicos (que para sí quisieran otras regiones marroquíes atrasadas) no han logrado doblegar las ansias independentistas de buena parte de la población, como estamos comprobando con la llamada intifada saharaui. Y es que no hay "saharauis de aquí y de allá", sino un pueblo saharaui que resiste pacíficamente por una misma causa, bajo ocupación o en el exilio.

Por último, pero tal vez por delante de todo: se le ha olvidado al profesor López García el gran número de delegaciones parlamentarias españolas que han intentado llegar hasta El Aaiun ocupado, siendo rechazados sistemáticamente por la policía marroquí. No viajaban allí, desde luego, ni por dogmatismo ni por exclusión. ¿Es la amnesia la que le hace, pues, usar palabras como "dogmatismo" o "excluyente" para calificar la solidaridad española con los refugiados? Seguramente sí. Preferimos pensar que son lagunas de información, en vez de pensar que el suyo es un río de desinformación: al dictado.

Escritores por el Sáhara
Gonzalo Moure, Ana Rossetti, Ricardo Gómez

 

 

La prisa de Madrid

Cuántas veces intenté fraguar mis sentimientos y recomponer mis ideas pensando en el esfuerzo que he de realizar para llevar mi voz de un sitio a otro, porque la voz de uno es también de otros cuando más la dotamos de contenido y nos comprometemos en trasladar a los demás nuestra experiencia mediante historias, anécdotas compartiendo lo que nos pertenece de forma generosa.

La última vez que estuve en Madrid sentí la sensación de llegar a una nueva ciudad gobernada por el movimiento y la velocidad, tantas caras se cruzaron con mis pasos; caras de diferentes tamaños, ojos con distintos colores y personas que se mezclan con las luces y los anuncios de la navidad; pero en todas se nota cierto cansancio y el agobio de subir un metro todas las mañanas y ver las mismas personas, cada una hundida en su propia vida. En medio de aquello me sentí un espectador en la jungla urbana pero en ningún momento quise ser partícipe y me conformé con guardar mi sitio hasta bajar en la parada de metro; a toda prisa subí la escalera y rápidamente busqué el autobús, después de unos minutos en medio del frío que me parecía más suave que el de Vitoria llegué a una avenida que era el punto de encuentro de un tráfico acelerado y en la mitad había una preciosa fuente de agua que reflejaba toda la luz en los chorros que iba soltando de forma continua. De repente me vi perdido y llamé inmediatamente a Bahia por teléfono porque no sabía dónde me encontraba; me explicó que él estaba en el sitio donde habíamos quedado pero yo me equivoqué y no lo supe distinguir, después de describirle el color de los edificios y la fuente decidí preguntar a una mujer el nombre de la calle y me indicó que cruzara el puente hacia la avenida, en la cual debí bajarme en un primer momento.

Después de caminar unos metros y cruzar el puente vi a Bahia dirigirse hacia mí y en ese instante supe que estaba en la calle en la que debí de bajarme; nos saludamos e intercambios las principales novedades, después compramos pan para la cena y subimos a su casa, allí estaba Conchi muy hospitalaria como siempre, pendiente de los platos, la cocina y la conversación; me saludó e intentó en todo momento que me sintiese cómodo pero yo le insistí que era uno más de la casa y que no se preocupe absolutamente por nada. A medida que nuestra charla iba adquiriendo, alrededor de los platos y el té, tono de poesía, literatura, el Sahara y la Generación de la Amistad, hablamos de la necesidad de seguir escribiendo e intentando trasladar historias sobre nuestra realidad a la gente; me acuerdo que les dije que leí en el periódico El Correo un articulo sobre Poemario por un Sahara Libre en el que la periodista reconocía la importante labor de divulgación que hace sobre la cultura saharaui.

Nos levantamos a media mañana y empezamos a leer antologías de poesía y a seleccionar poemas, yo decidí leer unos versos de Limam Boicha y Chejdan Mahmud, mientras observaba el sol entrar en el salón jaima y bebía tranquilamente mi primer vaso de té verde; en ese momento recordé el sol caliente del Sahara pero estaba convencido que el invierno madrileño es bastante helado y la temperatura muy baja.

Los tres decidimos coger el metro e ir a divulgar la cultura saharaui mediante la poesía y la música en el multicultural barrio de Lavapiés, acudimos a nuestra cita a las seis de la tarde, el teatro estaba semi-vacío y la gente fue llegando de forma pausada hasta que nos reunimos un buen grupo, pronto estaba el teatro lleno de amigos y gente muy conocida en la poesía como la escritora Ana Rosetti y otros más… y empezamos a hablar de cultura, la saharaui, y la necesidad de divulgar la historia del Sahara a través de canciones y versos que arranquen los sentimientos de la gente como complemento a los discursos políticos que muchas veces aburren al auditorio porque no dialogan directamente con el individuo ni le arrebatan parte de sus emociones.

Al terminar mi intervención a toda prisa corrí hacia el autobús en una frenética carrera en la que apenas percibí la prisa del metro, desesperado llegué a mi asiento, miré a todos los que estaban a mi alrededor, saqué el libro “Memoria del Fuego” de Eduardo Galeano y seguí leyendo la belleza de su lenguaje profundo describiendo la historia de América; mientras las luces y el ruido de Madrid iban desapareciendo lentamente y yo quedaba inmerso en el silencio de la noche.

Ali Salem Iselmu, Generación de la Amistad Saharaui

 

 

La isla Herne. Dajla

Hay una pequeña isla en la costa de Dajla (antiguo Villa Cisneros), llamada Isla Herne o Isla Truk. No muy conocida, en el tiempo en que los saharauis vivían en paz en su tierra era visitada por pescadores que recalaban en sus ricas y cristalinas aguas.

Quedé muy intrigada cuando escuché hablar de la Isla Herne, una joya al lado de la bella Dajla, la península amada, adonde llegó el famoso viajero Hannón. Nuestra amiga Maribel nos habló de sus recuerdos de niña de la isla mágica donde acampaba con su padre y vivió emocionantes aventuras.

Pero Isla Herne sigue hoy para mí envuelta en el misterio. Cuentan que la "Cerne" a la que se refiere el viajero cartaginés Hannón en su libro de viajes se corresponde con nuestra pequeña isla. El lo dejó escrito en su famoso "Periplo", donde afirma que construyó en el S. IV a de C. un edificio comercial en lo que sería la primera colonización del Sahara.

El periplo de Hannón fue un viaje de exploración que recorrió gran parte de Africa. Según el relato que del viaje dejó Hannón la flota partió de Cartago; entre cabo de Espartel y cabo Bojador se fundaron siete colonias y continuaron hasta llegar a un brazo de mar que llamaron "Cuerno Hesperico" desembarcando por un día a una isla denominada Cerne en el relato, enclavada esta última en la isla hoy conocida como Herne por los saharauis.

Este es el relato en palabras del propio viajero: "De día sólo veíamos bosque y más bosque, pero por la noche se encendían muchos fuegos. Oíamos el son de los tambores, las notas de las flautas y los címbalos y muchos gritos. El aire estaba lleno de perfumes. Los arroyos de turbulentas aguas se vertían ruidosamente en el mar. A causa del calor sofocante no podíamos desembarcar (…) Tras tomar a algunos lixitas como intérpretes navegamos hacia el sur a lo largo de la costa del desierto durante dos días y después un día más hacia el este y encontramos una islita de cinco estadios de circunferencia en el extremo más lejano del golfo (¿cercana al delta del río Senegal?). Nos establecimos allí y le llamamos Cerne. Por nuestro viaje consideramos que el lugar estaba completamente opuesto a Cartago ya que el viaje desde éste a las Columnas y desde éstas a Cerne era completamente semejante".

Para finalizar esta evocación de la isla añorada, en la que sin embargo nunca he estado, sacamos esta definición del libro "Estudio general del Sahara", escrito por Eduardo Munilla Gómez y editado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, en su colección Instituto de Estudios Africanos, IDEA, en 1973 en Madrid y en 1974 en El Aaiún. El libro está agotado y descatalogado, pero se pueden consultar dos ejemplares en la Biblioteca Nacional en Madrid. "La bahía de Río de Oro tiene la forma de un pez que se hubiese internado en tierra, con la cabeza en el fondo y con su ojo constituido por la isla de Herne y la cola sobresaliendo al océano. Su entrada tiene una amplitud de cinco kilómetros, siendo su anchura máxima de diez y su longitud de unos cuarenta. Su profundidad, en general, es pequeña. En el fondo de la bahía se encuentra la isla de Herne, que es una roca en forma de rampa ascendente, con bordes escarpados y con unas dimensiones de mil por doscientos metros".

Conchi Moya

 

Dos reflexiones acerca de la vergonzosa postura del actual gobierno español ante el Sahara (otra nueva abstención de España en la ONU y declaraciones de Zapatero donde dice que el problema del Sahara no se arregla porque las dos partes no se ponen de acuerdo).

Nuestra fuerza está en el voto. Es a lo único que hacen caso. Que cada uno obre en consecuencia.

 

LOS FRIOS LABIOS DE LA TRAICIÓN.

Estimado Director (carta enviada al diario El Pais):

Acudo hoy a usted porque que los refugiados saharauis de Tinduf casi nunca suelen ser noticia. Sin embargo, me acuerdo ahora de ellos cuando asisto también al drama de las 130.000 personas abandonadas por AirMadrid, a la lamentable situación de los habitantes de Gaza, y a esa democracia cogida con pinzas que sigue tiñiendose de sangre en Iraq. Me acuerdo de Bernardino León y del Ministro Moratinos; del niño saharaui que acogí durante tres veranos cuando se quedaba absorto ante el chorro de agua de la ducha, y de su familia, que sin saber cómo han sacado de debajo de las piedras en la Hamada argelina el ánimo y la bondad de agasajar a mi familia con uno de sus bienes más preciados: una manta con la que se cubren del frío y de la indignidad con la que España los ha abandonado. Y comoquiera que nuestro país ha vuelto a abstenerse en la ONU en la votación para mantaner la supervivencia de ese pueblo, legítimo dueño de su patria: el Sáhara Occidental, quisiera hoy felicitar la Navidad al señor Ministro de Exteriores. No sin antes recordarle, que si sintió frío al descolgar el teléfono para ordenar ese voto de abstención, imáginese cómo de helados debieron quedarse esos pacíficos refugiados cuando volvieron a percibir en la representación española los fríos labios de la traición.

Antonio Polo González, escritor y director de la revista Ariadna R-C

AFILIACION AL PSOE

Llevo pensando mucho tiempo, y sintiéndome fatal por ello, en pedir la baja de mi afiliación al Partido Socialista como militante. Pero creo que ha llegado el momento, sobre todo por los últimos acontecimientos.

No puedo seguir militando en un partido como el PSOE, se supone partido progresista, que defiende los derechos humanos, las libertades, los principios fundamentales y la legalidad internacional, sin empajes y sin ninguna hipocresía, esté pasando por encima y tergiversando todos estos principios por beneficiar a un régimen tirano y déspota en prejuicio de todo un pueblo hermano, el pueblo saharaui. Este pueblo que nos quiere y que habla nuestra lengua.

Quiero recordar al Partido Socialista, que tanto prometió escuchar al pueblo ("NO OS FALLARÉ" frase pronunciada por José Luis Rodríguez Zapatero después de ganar las elecciones), que no puede incumplir impunemente sus promesas, llavándose por delante la voluntad de las dos Cámaras del Parlamento, dónde la mayoría se ha manifestado votando a favor de la aplicación de las resoluciones de la ONU y el Plan de Paz sobre el Sáhara Occidental en varias ocasiones.

Es muy preocupante que después de ser la única nación del planeta con un expediente colonial sin cerrar, nuestro presidente se atreva a manifestar que “si el contencioso del Sáhara, no ha tenido hasta ahora solución es porque en más de 30 años no ha habido un acuerdo entre las partes”. Esto es un intento vil e infame de tergiversación y de hipocresía Sr. Presidente. Una de las partes, el régimen Marroquí, el verdugo, el que viola sistemáticamente los derechos humanos, el que invade un territorio que no es suyo, el que tortura y detiene a los que defienden las libertades, los derechos humanos y la legalidad internacional, además es un maestro en firmar acuerdos para incumplirlos.

Si el Gobierno socialista renuncia a su responsabilidad histórica y su compromiso de tomar en sus manos la defensa del derecho del Pueblo Saharaui, exigiendo a Marruecos la aplicación sin más demora del Plan de Paz y el estricto cumplimiento de las resoluciones de la ONU, yo no puedo seguir militando en este partido.

Antonio Moreno Villarrubia

Nota: Sólo puedo decir una cosa: Lo siento amigo.

 

 

Derecho de asilo y Constitución española

En el siglo XXI Spain todavía is different.

Sí, mientras en España, el día 6 de diciembre se inicia un macropuente, perdón, se celebra la Constitución del 78, unos doscientos ciudadanos españoles de origen saharaui, tienen que hacer la travesía desde El Aaiún a las Canarias en patera para solicitar asilo político.

Esto debería haber hecho pensar a los responsables de la situación. Y podrían haber aprovechado la ocasión de los actos que se han celebrado con motivo de la Constitución. Ya que estaban todos juntos.

Pero me da la impresión que este tema no ha estado presente en ninguna de las conversaciones que se han mantenido alrededor de suculentos tentempiés y ágapes constitucionales.

Mientras, los saharauis, los que han llegado a las Canarias, los que se han quedado en el Sáhara ocupado, y los de los campamentos de refugiados, continúan “celebrando” la Constitución bajo el régimen de terror, secuestros, torturas… de la ocupación marroquí.

Spain no es tan different de la tiranía teocrática marroquina.

Salvador Pallarès-Garí
President d’ACAPS la Safor

 

 

LA MUERTE DE LAS ESTRELLAS

En una oscura y fantásticamente estrellada noche, acurrucados alrededor de una pequeña hoguera, Hakim, un anciano que se asomaba a los noventa años nos contó que según la leyenda en Afreigat, región del desierto del Sahara Occidental, que hay tantas estrellas en el cielo como personas en la tierra. A cada persona le corresponde una estrella. Y cuando se ve que una estrella abandona el firmamento, quiere decir según el viejo Hakim que alguien en algún lugar del planeta murió.

Ayer, diez años después de aquella noche me acordé mucho del anciano Hakim; vi abandonar el cielo, una tras otra y algunas al unísono, un numeroso grupo de estrellas. Al día siguiente leí en la prensa que 50 jóvenes saharauis fallecieron en altamar cuando intentaban llegar a las fronteras de España huyendo de la salvaje represión que el gobierno marroquí está desatando contra la población saharaui para vaciar el Sahara Occidental de sus autóctonos habitantes.

Hamdi Sidahmed

 

 

A los saharauis, mártires de la libertad, que con el sacrificio de su vida están dando testimonio de las condiciones en que vive su pueblo.

Acusemos a los responsables de tanto dolor y tanta injusticia.

En cualquier Código Penal del Mundo, de las desgracias que puedan ocurrir a una persona secuestrada no sólo es responsable el secuestrador sino también los cómplices. En el caso del Sahara, culpable de todas estas víctimas es Marruecos pero también quienes ayudan activa o pasivamente al secuestro del Sahara.

Por mi parte no tengo inconveniente en señalar en este aspecto a personas como Felipe González, JLRodriguez Zapatero, Moratinos, Jerónimo Saavedra, Kofi Anan, Pérez de Cuellar, Butros Gali, etc etc. No acaba aquí la lista, sin duda la gente irá añadiendo nombres y razones para figurar con mayor o menor resposabiidad como cómplices en los sufrimientos del pueblo saharaui.

Javier.

 

Caravana de sal

Era joven .Quería vivir
en libertad.
Garra luchadora
desplegó alas de gaviota
y se echó a la mar

Pero él no quería morir
él quería luchar

Es difícil el camino
¡Qué más da!
Llanto y Melfas la salida.
Triste adiós la despedida.
No quiere volver atrás

Las secas huellas se han perdido.
Atrás quedó la arena amiga
delante el mar desconocido

No es Siroco ese viento frío
ni el desierto azul es un desierto
ni las dunas son dunas
que son olas
y las olas son traidoras

No lucen las estrellas
van pasando las horas
pierden la cuenta de ellas.
No quiere salir la luna
todo es furia y viento
sólo se ve la espuma
está de luto el firmamento.

Marionetas que alucinan
de blancuzcos huesos
cráneos sin sesos,
cuencas vacías
sin ojos les miran
testigos de su agonía
y la muerte reparte besos
al final de la travesía

En el espejo de sus manos
exhalan los rezos su aliento.
La vida del sahariano
escapa entre sus dedos

Caravana de sal
sin sol, sólo sed y soledad.
Por un Sáhara en paz
por una paz en libertad.
Treinta mortajas azules en el mar
al Aaiun le han robado el manantial.
Secas están
las fuentes de la ciudad.

Javier Perote

 

 

REENCUENTRO

Del número de otoño de la revista Ariadna rc

Repasando una vez más las huellas del tiempo a través de la distancia, volviendo a recorrer las venas del desierto sin detenerme a analizar los efectos del calor y el viento, me doy cuenta que mis sentimientos albergan la memoria de mis ideas que me hacen revivir cada kilómetro, cada montaña, cada duna y cada acacia espinosa que sale a un fugaz y permanente encuentro en busca de una reconciliación del alma con el cuerpo.

A pesar de los años y el tiempo, la enciclopedia del Sahara y de la vida nómada sigue su hoja de ruta; los beduinos persiguiendo sus rebaños en una interminable búsqueda de mejores pastos, el desierto ofrece su cara más dura, el calor y la sequía, pero la belleza de sus montañas acompañada por esos enormes frig que se esparcen entre la frontera del Sahara Occidental y Mauritania son la esencia primitiva de su belleza, porque ellos ofrecen junto a la tierra lo más natural del Sahara.

Volver hacia el principio de cada cosa en busca de encontrar el sentido y la esencia a cada sabor y color que abrazamos es comprender que la vida es una estación única que nos ofrece diferentes paisajes en cada momento; porque los paisajes del alma son la esencia de la vida.

Los saharauis somos hijos del desierto que nos ofrece dureza, paciencia, sobriedad y nobleza; de allí se nutre y se fecunda nuestra leyenda como nómadas y beduinos curtidos bajo el sol y el viento, nuestras palabras son húmedas porque nosotros perseguimos la humedad de los sentimientos.

Cuando la vida impone su ritmo y nos invade una sensación extraña, los saharauis siempre conservamos intacta parte de nuestro ser que se activa cuando miramos el desierto profundamente como queriendo hacer un ejercicio de lealtad a su parte más remota.

En una noche en que las estrellas se adueñaron del cielo azul de la Badia, mi madre me despertó a las cinco y me dijo: “Hijo, mira que luz más brillante en el cielo, no es una estrella, ¿qué será entonces?”. Yo inmediatamente clavé mi mirada en el cielo, entendí que la noche y las estrellas son los ojos del inmenso vacío y aquella luz misteriosa podía ser el espíritu de algún nómada que quiso buscar fortuna entre las estrellas.

A partir de esa noche comprendí que el cielo de mi tierra es libre de ejércitos, de resoluciones de las Naciones Unidas, libre de misiones de paz y guerra; yo y mi madre fuimos por un instante dueños de la noche y compartimos juntos el sueño de cada estrella que viaja lentamente hacia el otoño.

Ali Salem Iselmu

 

 

MEMORIA HISTORICA: DONDE DIJE AUTODETERMINACIÓN, DIGO AUTONOMÍA

http://saharalleida.blogspot.com/

Hoy dejaremos que hablen nuestros políticos del PSOE, partido que hoy gobierna, de nuevo, nuestro país. Hay quien dice que las palabras se las lleva el viento, del olvido, de la traición, del dónde dije autodeterminación, digo autonomía. He decidido subir este post porque desde Sahara-info, hoy mismo, me ha llegado una noticia publicada por la MAP en la que se dice que Felipe González es partidario de la autonomía propuesta por Marruecos. Las declaraciones se habrían realizado en el marco del X foro de los periodistas del estrecho de Gibraltar, en Castellar de la Frontera (Cádiz).

A pesar de las reservas y la prevención con la que leo las noticias difundidas por la tal agencia, universalmente conocida por sus mentiras, tergiversaciones y manipulaciones varias, me da la impresión de que ésta es genuina. Por eso vamos a hacer un poco de memoria histórica, a ver si hay suerte y alguno de nuestros políticos conserva, a estas alturas, la capacidad de sonrojarse. Aunque personalmente, lo dudo mucho.

12-III-1976
"La única solución reside en la constitución de un estado independiente. Nos comprometemos a crear en España un movimiento de opinión para obligar a la Administración española a utilizar los medios políticos, económicos y diplomáticos para favorecer el advenimiento de este Estado"

(Comunicado de la Plataforma de Convergencia. Felipe González formaba parte de la misma en representación del PSOE)

14-XI-1976
Discurso de Felipe González en Tinduf

"Hemos querido estar aquí hoy 14 de noviembre de 1976 para demostrar con nuestra presencia, nuestra repulsa y nuestra reprobación por el acuerdo de Madrid de 1975.

El Pueblo Saharaui va a vencer en su lucha, y va a vencer, no sólo porque tiene la razón sino porque tiene la voluntad de luchar por su libertad.

Quiero que sepáis que la mayor parte del pueblo español, lo más noble, lo más bueno del pueblo español es solidario con vuestra lucha.

Para nosotros no se trata ya de derechos de autodeterminación, sino de acompañaros en vuestra lucha hasta la VICTORIA FINAL.

Como parte del pueblo español, estimo vergüenza que el Gobierno no haya sólo hecho una mala colonización sino una peor descolonización, entregándoos en manos de gobiernos reaccionarios como los de Marruecos y Mauritania.

Pero debéis saber que nuestro pueblo también lucha con ese gobierno que dejó en manos, al pueblo saharaui, de gobiernos reaccionarios.

A medida que nuestro pueblo se acerca a la libertad, será mayor y más eficaz el apoyo que podamos prestar a vuestra lucha.

El partido esta convencido de que el Frente Polisario es el guía recto hacia la Victoria Final del pueblo saharaui y está convencido también que vuestra república independiente y democrática se consolidará sobre vuestro pueblo y podréis volver a vuestros hogares.

Sabemos que vuestra experiencia es la de haber recibido muchas promesas nunca cumplidas. No prometeros algo sino comprometerme con la historia. Nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final"

5-8 de diciembre 1976. 27 Congreso del PSOE
"Ante la situación planteada en el Sahara Occidental por el abandono del régimen franquista de las obligaciones que le correspondían como potencia administradora en el proceso de descolonización de este territorio, el PSOE manifiesta su profundo rechazo del acuerdo tripartito de Madrid…mediante el cual se entregó el territorio a los regímenes marroquí y mauritano. El PSOE exige que se garantice el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y expresa su apoyo moral y material al Frente POLISARIO en su lucha por la libertad e independencia de su país. Al respecto el Congreso ratifica plenamente el comunicado conjunto del 14 de noviembre de 1976, firmado por el partido y el Frente POLISARIO (referido a la visita de F.G. a Tinduf)

8-IX-1977
Felipe González se entrevista con Bachir Mustafá Sayed. En un comunicado conjunto, el PSOE reitera "su compromiso para hacer lo posible en todos los foros para que el POLISARIO sea reconocido como representante legítimo del pueblo saharaui".

20-IX-1977
Lo acordado en Madrid "profundamente inmoral, pues nos sume en una gran responsabilidad histórica y ha creado enormes problemas para nuestro país".

Enrique Tierno Galván. PSP

7-II-1978 (sobre el acuerdo pesquero con Marruecos)
"el acuerdo carece de condiciones técnicas necesarias, con la firma el gobierno de Adolfo Suárez reconoce de hecho la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental"

Manuel Marín, diputado PSOE.

10-X-1979 (debate de una proposición no de ley presentada por UPC para el reconocimiento oficial del frente POLISARIO
"Marruecos convirtió la administración cedida por España cuando abandonó el Sahara en dominación, impidiendo a los saharauis autodeterminarse. Lamento que ni las anteriores Cortes ni éstas hayan conocido los acuerdos de Madrid. Consideramos al POLISARIO el interlocutor necesario para España en un arreglo pacífico. Debe someterse al control de la ONU el proceso descolonizador y denunciamos los acuerdos de Madrid"

Felipe González. PSOE. (Resumen de la intervención)

1982
"política de clarificación, estrechamiento y potenciación de relaciones con el Magreb"

"Necesidad de amistad y cooperación con Marruecos"

"Mi primer viaje oficial será a Marruecos"

(Programa electoral del PSOE)

"la clarísima y nítida postura que tuvo siempre el partido socialista…condenó el falso procedimiento que puso fin al problema colonial del Sahara a través de la admisión, por el último Gobierno de la dictadura, de los acuerdos de Madrid…"

(Programa electoral del PSOE) Discurso ante la Comisión de Exteriores del Senado". Fernando Morán.

Pocos días después de la victoria socialista
"La España socialista es partidaria del referéndum de autodeterminación en el Sahara y amiga del frente POLISARIO, y está dispuesta a hacer que los españoles y los argelinos se conozcan mejor"

Declaraciones de Alfonso Guerra a El Moujahid.

1982
"La culpa de España-de sus gobiernos, de su clase dirigente ha sido moverse entre el resentimiento frente a la presión marroquí y la incapacidad de defender con firmeza sus únicos derechos legitimados por la mora, que consistían en la custodia del futuro libre del pueblo saharaui"

Fernando Morán. PSOE. Prólogo a Villar, Francisco, El proceso de autodeterminación.

30-XI-1982
"Los problemas que inevitablemente reclamarán nuestra atención serán los de nuestro entorno inmediato. Creemos que es esencial fortalecer y profundizar nuestras relaciones con los países vecinos: Portugal, Francia y los países del Magreb. Las dificultades transitorias no deben hacer olvidar nunca la necesidad del mutuo entendimiento y de la cooperación beneficiosa para todos. De esta manera contribuiremos también al equilibrio de la región mediterráneo, cuya importancia en el tablero mundial se acrecienta cada día"

(Discurso de investidura de Felipe González. PSOE.)

Pocos días después, Fernando Morán, ministro de Asuntos Exteriores visita al rey Hassán en Marrakech.
"La visita era oportuna por varios motivos. Se rompía el recelo que la subida del PSOE al poder había suscitado en Marruecos. Sirvió para llamar la atención sobre el interés que para España tenía el mantener unas buenas relaciones con Marruecos…Atajar el irredentismo marroquí sobre Ceuta y Melilla, que haría especialmente vulnerable al Gobierno socialista en el interior, en sus relaciones con el Ejército---Y en o menor medida…se desbloqueaban algunos problemas pendientes como el de la pesca, con una prórroga de seis meses del acuerdo pesquero, y se relanzaba la cooperación en términos globales, en lo que vino a denominarse acuerdos para el año 2000…"

Marquina Barrio, Antonio: El conflicto del Sahara y….

14 de febrero 1983.
"Se da por cierto en Madrid, Rabat y Argel que el frente POLISARIO está siendo abandonado por Felipe González. La primera prueba de ello ha sido la inmediata renovación del acuerdo pesquero hispano-marroquí por espacio de seis meses"

(Revista Tiempo)

Antònia P.

Bibliografia
El Sahara y España. Claves de una descolonización pendiente. Algueró Cuervo.Análisis crítico de la Política exterior española. Ruiz Miguel, C.

SAHARA LIBRE

 

Obiang Nguema y los otros

La visita del Presidente de Guinea Ecuatorial ha sido recibida con un alud de críticas por parte de la clase política española.

Hay quién se pregunta si imaginamos el Presidente del Gobierno del Reino de España cenando, por ejemplo, con Mussolini.

¿Alguien imagina, que el Presidente, o el Rey, cene, reciba, hable, con un Jefe de Estado que tortura, secuestra, tortura, mantiene en prisión, con juicios sumarísimos, persones que "sólo" reclaman que se apliquen las resoluciones de la ONU? ¿Un Jefe de Estado que prepare los resultados de las elecciones, o bien que, a la hora de encargar el gobierno no tenga en cuenta los resultados de las mismas elecciones amañadas?

Un Jefe de Estado que sea el mayor empresario del país, porque es el propietario de la mayoría de las fuentes de riqueza del país (incluidos los campos de producción de hachís).

Un Jefe de Estado, cuyo ejército considera desertores a los soldados que han sido capturados en acciones de una guerra que "oficialmente" no existe.

Y ¿qué pasaría si este Jefe de Estado fuese considerado como sobrino del Rey de España?

Supongo que los lectores, ya han identificado el personaje al que me refiero: se trata del rey marroquí Mohamed VI, responsable de todos estos méritos, y de muchos otros. Eso sí, promete que democratizará su país.

Obiang Nguema es el Jefe de Estado de la antigua Guinea Española. En el mapa político africano hay otro territorio que lleva el adjetivo de español: el Sáhara Español. La, todavía hoy, colonia española, sometida a una ocupación ilegal, en donde se cometen, cada día, violaciones a los Derechos Humanos por parte de este monarca.

Pero las críticas al régimen marroquí no pasen de las palabras (las que se lleva el viento).

Uno de los motivos argumentados para preparar/aceptar la visita del dictador guineano ha sido la posibilidad que en el territorio de la antigua colonia haya grandes reservas de petróleo. Esta visita podría servir para abrir las puertas guineanas a empresas españolas.

Se trata de cambiar intereses económicos por intereses humanos.

En el Sáhara Occidental también hay muchas riquezas naturales (petróleo, fosfatos, uranio, pesca...). ¿Será por eso que los gobiernos españoles tratan de mantener buenas relaciones con "el vecino del sur"?

Lamentable.

Salvador Pallarès-Garí
Presidente de ACAPS la Safor

 

 

EL PAIS - Opinión. 14/11/2006
ROSA MONTERO

PALABRAS

El terrorismo es sin duda algo imperdonable. Me repugna el fanatismo de quienes están dispuestos a destripar a la gente para sostener sus ciegas creencias (ninguna idea vale la vida de una sola persona), y casi siento la misma repugnancia por aquellos que dicen condenar la violencia pero luego justifican a los asesinos diciendo que están oprimidos, que son combatientes por la independencia o cualquier tópico viscoso parecido.

Pero también me desespera que, desde el otro extremo ideológico, se esté utilizando el terrorismo como palabra mágica con la que justificar todo tipo de tropelías y barbaries. Hace unos días se publicó que la CIA intentaba vetar las denuncias de torturas en su contra convirtiendo los interrogatorios de los prisioneros en secretos de Estado, con el asombroso argumento de que, si se conocían los métodos con los que interrogaban, el enemigo terrorista podría prepararse para resistirlos. Semejante descaro en la maldad y la ilegalidad parece increíble, pero hasta estos extremos estamos llegando por el miedo a las bombas y por la manipulación que se hace de ese miedo.

Un ejemplo más, especialmente irritante: el rey de Marruecos acaba de declarar que un Sáhara independiente sería un foco de terrorismo. Lo que nos faltaba: que, tras incumplir los acuerdos de la ONU y reprimir salvajemente a los saharauis, este decepcionante rey echara mano ahora del ogro del terrorismo. Lo cual es una completa insensatez, dado que, durante sus 30 años de lucha y destierro, los saharauis, en condiciones durísimas, han tenido la serenidad, el coraje moral y la cordura de no recurrir al terrorismo, y eso que sin duda hubiera sido más fácil, porque vivimos en un mundo en el que parece que sólo se hace caso a los que matan. Si en la peor de las situaciones ya han demostrado que no hacen eso, ¿cómo vamos a poder creer que la independencia les cambiaría? Al contrario, un Sáhara libre sería un ejemplo de islamismo moderno y tolerante. El verdadero foco de terrorismo es Marruecos, con su desigualdad y su frustración social, su atraso político, sus carencias democráticas. Eso sí que es el caldo de cultivo de los fanáticos, por más que Mohamed VI intente manipular el miedo y las palabras.

 

 

La palabra la tienen los poetas. En el aniversario de la marcha negra

En estos días se cumple el 31 aniversario de la triste marcha verde, preludio enmascarado y diseñado por Francia y la España de Arias Navarro. Hilos que se movieron entre las dos monarquías para la anexión del Sahara Occidental sin hacer caso a las resoluciones y recomendaciones de Naciones Unidas y el Tribunal Internacional de La Haya.

Ninguno de los autores está en el banquillo de los acusados, sin embargo en la tribuna de los poetas saharauis permanecen todos estos actores de la tragedia saharaui en la pluma que tinta los hechos y la sátira que hace su rol en este contexto.

El Cory Ramdan Nass y Bahia Mahmud Awah lo recuerdan con dos trabajos que tal vez nos traen a la memoria la traición de España y la invasión marroquí de su tierra.

 

 

BAJAR AL MORO

No todo lo que reluce es oro.
Un pueblo, injustamente arde,
treinta y un años, desierto sonoro
con voz valiente y no cobarde.

Sonaban campanas de tarde en tarde,
en Aaiun, Smara y Dajla, bello tesoro.
Noviembre negro, con su marcha verde,
el Coran en mano, fingiendo el moro.

Tirano no equidistante se engaña,
celebrando y herido en el corazón,
en presencia del Gobierno de España.

Aquel día Juan Carlos de Borbón,
príncipe, con falsa promesa que daña,
de rey, aún sin cumplir su razón.

El Cori Ramdan Nass

La dama infiel

Cuenta la historia que el rey Abú Abdil
se marchó llorando de Granada.
Cómo era y cómo es hoy Granada,
su Albaicin y su cementerio.

Pero yo no sé qué nos dejó
esa dama de seda rojigualda
que todos señalan con el dedo…
Traidora, infiel, pecadora
en Puerto Rico,
en Cuba y en Las Filipinas.

Esa dama a quien enseñó mi padre
a cazar las gacelas,
vestir la darraa,
la melhfa, el turbante,
montar los dromedarios
saber orientarse en nuestro desierto.

Compartir en nuestras jaimas
lunas llenas de hermosas historias.

Curioso lo infiel que es esa dama que
nos abandonó
alzando velas aprisa.

La dama se marchó sin un suspiro,
sin mirar hacia atrás,
sin previo rumbo y detrás del botín
que un rey moro en medio del naufragio
lanzó a la mar.

La dama infiel nos traicionó.

Bahia Mahmud Awah

 

 

LA MAESTRA QUE ME ENSEÑÓ EN UNA TABLA DE MADERA

Nació hace 64 años, en 1942, en el valle de Bulariah, una legendaria montaña anclada en la meseta sur de Tiris. Hija de Omar y Nicha, quienes tuvieron ocho hijos. Ella fue la segunda después del primogénito Alati.

A los 17 años conoció a mi padre en las sabanas cercanías de los montes de Leyuad, allí estaba acampado el frig de su familia, Ahel Omar Ali Embarek Fal. Un año más tarde se casó con mi padre. Me lo contó mama por teléfono en agosto pasado.

Se llamaba Jadiyetu, pero nunca lo pronuncié como suena, lo aprendí para siempre como me sonaba de pequeño "Detu" y también le decía "mamá" en español porque ella entendía muchas cosas de nuestro segundo idioma, así hasta hoy mismo era sólo para mí mamá o Detu.

El 20 de octubre pasado nos dejó la maestra que me enseñó las primeras letras del abecedario en una tabla de madera llamada elouh. Somos ocho hermanos y a todos nos enseñó a escribir y leer, a excepción de la más pequeña de mis hermanas nacida en 1981 en los campamentos de refugiados.

De mi madre aprendí muchas historias escuchándola en amenas tertulias que hacía con la familia o amigos en infinidad de ocasiones. Era un caudal inagotable de anécdotas, relatos, historias, era una enciclopedia de literatura hasania y árabe. Nos comentaba que el año 1958 España y Francia, enfrentadas para dominar el territorio y trazar los límites coloniales, bombardeaban los frig y los ganados y tiraban desde los aviones cientos de octavillas en árabe diciendo que los saharauis tenían que trasladarse hacia el interior del Sahara para salvarse. Ella era la única que sabia leer, de noche bajaban sus hermanos de las montañas para recoger las octavillas, leerlas y avisar los demás.

Desde que me separé de ella por la guerra a los 15, en el otoño de 1975 hasta volver a verla en 1985 pasado diez años sin que supiera de mi paradero, jamás me he sentido con ella como el hombre ya maduro. Fue una madre coraje cuando tomó aquella decisión en plena guerra "Vete de aquí con los Polisarios, ellos te cuidarán, esa gente que nos está atacando te matarán". Ella a lo mejor sentía que su hermano, que desertó en 1974 del ejército español incorporándose al Polisario, le daba seguridad en mi evasión, sufrió mucho mi huida en el éxodo.

Yo para ella era aquel niño tropezón, gracioso, inocente, que le hacia reír en cualquier momento cuando menos lo pensaba. Decía que no me asustaba de pequeño y que los amigos de mi padre venían a casa para gastarme bromas. Cuando crecí no cambié esa relación, sabia que ella se sentía muy bien porque le trasladaba a tiempos de su juventud. Todo lo que aprendí de literatura árabe y hasania me lo transmitió en multitud de ocasiones en nuestra jaima y nuestras casas en Auserd. Amaba mucho a Tiris y la conocía como la palma de su mano.

Recuerdo que el año 1973 mi colegio nos invitó para pasar el verano en Castellón de la Plana, pero ella estaba preocupada por lo que pudiera pasarme y se negó a dejarme ir. Mi profesor don Francisco fue a nuestra casa y le aseguró que estaría bien y ella cedió, diciéndole a mi profesor "eres el responsable si me lo roban".

Para ella yo no quería crecer, sentía que podría perder esa amistad de niño con la que me conoció en mis primeros 15 años, le confesaba todos mis secretos y le sacaba conversación sobre temas de historia y literatura. Tenía una memoria asombrosa, memorizando casi toda la obra original en árabe del príncipe poeta Kais Ibnu Al Mulauah, versión occidental Romeo y Julieta de William Shakspeare. Sabía incluso el motivo de inspiración de cada poema que dedicaba a su amada Leila Al Amiria. A principios de 1975 recuerdo que me apuntó un par de meses a clases particulares de poesía clásica árabe que nos daba un mauritano.

También dominaba selectos poemas de grandes poetas en Hasania como Mohamed uld Telba, Badi Mohamed Salem, Mohamed El Mami y otros resonados nombres de poetas de la familia los Chej Malainin, que cantaron a Tiris en diferentes épocas. Y no se limitaba en ese don a solo los poetas saharauis sino cuando escuchaba un poema en hasania del país vecino de Mauritania pronunciaba enseguida el nombre del autor sin titubeos. Hablaba en sus tertulias como si recitara versos, voz pausada, serena, dulce y con peculiar inteligencia.

Siempre recuerdo el límite de su bondad con los indefensos, cuando una vez en los años 60 dejó arruinado el negocio de la familia, una tienda de ropa, cosméticos de uso femenino y miel pura de colmenas que mi padre importaba de Mauritania. Prestaba a la gente que no tenía dinero y al final el capital empezó a desplomarse porque no había ganancias por la deuda que había tenido con la gente que no pagaba.

Mi padre se enfadaba con ella porque muchas veces daba su ropa y la nuestra a otros que lo necesitaban. Decía la gente que la conocía bien que fue los ojos y el celebro de mi padre durante los 31 años que estuvo con él hasta que se separaron en 1988 siendo refugiados en Argelia.

La ultima vez que estuve con ella fue en Semana Santa de este año, la encontré cansada y un poco débil, se notaba la factura que le pasaban los años de exilio. Tenía ilusión de grabar con ella algunas historias que quería para un trabajo pero no estaba en condiciones. A nuestro regreso a Madrid estaba bastante bien. Hablaba con ella por teléfono cada semana y me recitaba algunos poemas y le preguntaba de otras historias de la familia.

Tenia la voz firme alegre, se reía conmigo de algunas preguntas que le hacía como "mamá, donde conociste a mi padre" y ella me decía "nos lo ha traído en Aboilay Leyuad Agmeini uld Nayem" un intimo amigo de mi padre. Yo me reía de la naturaleza con que me daba la respuesta: "nos lo ha traído"

Este verano le alquilé una casa acondicionada en Tinduf para que pasara el fuerte verano que vivieron los refugiados y al cabo de un mes y medio me dijo "me voy a los campamentos donde tengo mi jaima, ya estoy bien", traté de convencerla para que se quedara hasta que se refrescara el tiempo pero siempre respeté todo lo que ella quiso. Tenía el corazón con deficiencia debido al asma que padecía desde muy joven y un físico por naturaleza muy delgado y frágil.

Mi forma de ser siempre la he sentido reencarnada en la suya, sociable, tierna, amable, sembrando amigos en cualquier momento y sin saber odiar. El pasado día viernes 20 de octubre, correspondiente al 27 de Ramadan visitó por la tarde a su mamá, mi abuela Nicha, le entregó sus regalos de pascuas y le pidió el perdón de los creyentes y al terminar instantes después, dejaba de existir a raíz de un infarto. Estará presente siempre en mi corazón como ella me ha enseñado a quererla.

Bahia M.H.Awah

 

 

NAUFRAGIO

Las calles del Aaiún, no son como las de otra ciudad cualquiera. Los niños no juegan en los parques mientras sus madres vigilan que no crucen la calle, los ancianos no pasean con lentitud para mover su ya frágil cuerpo, ni las cafeterías se llenan por las tardes de jóvenes estudiantes que debaten sobre política, ni obreros que critican al gobierno... no... en las calles del Aaiún no se respira aire, ni libertad, todo es una trampa sin salida... para los saharauis.

Las continuas persecuciones de la población saharaui por parte de la policía marroquí, seguidas de una brutal represión, acaban con sus cuerpos torturados en las comisarías, las calles y hasta en sus propios hogares.

De todos es sabido que la mafia marroquí, dirigida políticamente por el mismo Pachá del Aaiún, Mustafa Bumaasa, y compuesta en parte por destacamento de fuerzas auxiliares y gendarmería, controla las costas saharauis y recibe un porcentaje de cada cargamento de personas que, zarpan en pateras con destino a Canarias.

Los jóvenes saharauis se han visto abocados a tomar esa alternativa que el gobierno marroquí alienta, después de ser amenazados de muerte por la misma policía, que los intimida y coacciona con acusaciones que les costarían más de cinco años de cárcel firme y que los empuja a abandonar el territorio hacia España o al POLISARIO asegurándose así un mayor control de las ciudades del Sáhara Occidental.

Algunos de estos jóvenes han logrado llegar a Canarias, después de haber vivido una inmensa tragedia que no olvidarán en toda su vida, otros han dejado sus cuerpos flotando en el océano Atlántico y con ellos la esperanza de ver algún día un Sáhara libre. A todos ellos, a los que llegaron, a los que perecieron y a los que se quedaron para continuar la lucha pacífica en las calles de todas las ciudades de los Territorios Ocupados, nuestro más profundo respeto.

Por un Sáhara libre,
Salka Embarek

 

 

Recuerdos
por Mohamed Salem Abdelfatah Ebnu

Al maestro le bastaba con atravesar la puerta hacia dentro, para que un silencio de sarcófago se apoderase de la clase. Un silencio denso, que afianzaba su indiscutible protagonismo, e incrementaba el miedo, que tan solo su presencia provocaba.

Entraba con aire marcial, haciendo sonar sus tacones sobre el suelo de cemento. Recuerdo su constante ir y venir por el aula, se paseaba lentamente como si desfilaba. Se tardaba casi un minuto en recorrer el aula de punta a cabo, desde la pizarra hasta el mapa de España, incluyendo sus territorios de ultramar, colgado en la pared opuesta.

Recuerdo la primera vez que nos enseñó el mapa del Sáhara.

Lo recuerdo perfectamente porque, quizá fuese aquella la primera vez, que volvía la cabeza sin el temor de ser castigado.

“Esta es la provincia del Sáhara” dijo cuando todos nos volvimos “Yo vengo de aquí” continuó, mientras señalaba con una enorme regla de madera un punto del Levante español.

Ese día lo recuerdo, con mucha emoción, porque me liberó de un miedo que nació conmigo. Me enteré con suma satisfacción, que la tierra no terminaba en el horizonte, y que el mundo no se limitaba a la inmensidad del desierto; y que más allá del horizonte, no había ningún riesgo de precipitarse al vacío.

Me invadió un urgente deseo de llegar hasta el mismo horizonte y comprobarlo.

¿Cómo iba a saber yo, que en pocos años pasaría casi la mitad de mi vida al otro lado de mi mundo, y que iba a descubrir que el horizonte o los horizontes, por muy presentes que estén en todas partes, no son más que meros espejismos?

De vez en cuando evoco esos lejanos mundos de mi vida, intentando cada vez encontrarme con un recuerdo extraviado. Es la paradoja de recordar el olvido. Recuperar o rescatar, aunque sea un mínimo detalle de lo que un día ocurrió o dejó de ocurrir. Cuando se logra vislumbrar ese detalle, comienza la aventura de resucitar paso a paso una realidad, que no por añeja deja de ser verosímil. Es como restaurar la historia.

Nos convertimos en rastreadores, como los expertos nómadas deyara , del Tiris, o los baqueanos de la Pampa. Resueltos a encontrar e identificar la más intrincada de las huellas, que el viento va borrando. Sólo ellos saben encontrar los caminos que llevan a la meta definitiva.

Rastros que seguimos, sin saberlo, guiados por un simple instinto, un olor, un ruido, o una inexplicable sensación que brota de pronto, como si alguna extraña fuerza o razón suprema nos incitara a buscar entre los recovecos de nuestra memoria.

Comenzamos la pesquisa al interior del olvido, oteando desde las atalayas desperdigadas por la geografía de la memoria. Posando la mirada del recuerdo sobre la oscuridad pretérita de las entrañas del pasado. Mientras nos empeñamos en la búsqueda de un destello que nos indique el lugar exacto de un callado ruido, un marchito aroma, o un leve dolor gastado.

Lo intentamos una y otra vez hasta cansarnos.

De pronto, un día o una noche, a cualquier hora se ilumina el horizonte y a lo lejos un recuerdo rompe el cascarón del tiempo y emerge como un retoño.

Lentamente comienza a crecer y crecer, haciéndose gigante, vivaz e inexorablemente cruza la inmensa frontera del olvido.

El recuerdo más reciente que he rescatado, tiene casi mi misma edad y el tierno aroma de la melhfa de mi madre.

Mohamed Salem Abdelfatah (Ebnu). Nació en Amgala, Sahara Occidental, en 1968. Es licenciado en Lengua española y Literatura por el Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río, Cuba. Actualmente vive en España y ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea “Añoranza” (Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de las Islas Baleares, 2002), “Bubisher” (Editorial Puentepalo. Las Palmas de Gran Canaria, 2003) y “Aaiun, gritando lo que se siente” (Universidad Autónoma de Madrid, 2006). La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria publicó su poemario “Voz de fuego” en 2003. Es miembro fundador de la "Generación de la Amistad saharaui".

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