OKTAY EKSI. Director editorial del
periódico y uno de los principales adeptos del régimen de
Turquía. El artículo traducido a continuación revela
cómo uno de los más ardientes seguidores del gobierno turco
se ha decepcionado por los actos de la "mafia de Estado".
Hemos leído con escepticismo el artículo del periódico
"Aydilik" del 22 de septiembre de 1996, sobre el Informe del Servicio Nacional
de Inteligencia (MIT) y nos hemos dicho: "esto es demasiado, descubrimos
inesperadamente la veracidad del artículo de principio a fin".
A través del accidente automovilístico entendimos que, desafortunadamente,
la República Turca se encuentra enlodada hasta el cuello de asesinatos,
narcotráfico, robo y chantaje. Es casi imposible contemplar este
cuadro y creer que es la viva imagen del estado. Me estoy refiriendo al
accidente ocurrido en Susurluk, provincia de Balikesir, en el que resultaron
muertos el ex-jefe de la policía de Estambul, Hüseyin Kocadag,
el conocido asesino del Ülkücü, Abdullah Catli, su amiga
Gonca Us y el parlamentario de Sanliurfa del Partido del Camino Verdadero,
Sedat Bucak, que resultó herido. Es imposible señalar que
a pesar de haberlo negado, se encontró una identificación
de policía y un pasaporte verde en las ropas de Abdullah Catli.
Regresando al artículo de "Aydilik", señala que "la organización
nacional de la policía turca creó una unidad especial de
policías involucrados en actividades criminales cuya imagen externa
es la de combatir al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Generalmente este grupo está integrado por ex-miembros del ülkücü,
cuyos delitos incluyen amenazas, robo, extorsión, narcotráfico
y asesinatos. Las identificaciones policiales y los pasaportes verdes les
fueron proporcionados por la Dirección General de Seguridad de la
Policía turca. Dicho grupo bajo el pretexto de "combatir a los terroristas",
viaja constantemente a Alemania, Bélgica, Holanda, Hungría
y Azerbaijan. Van y vienen de esos países llevando a cabo actividades
de tráfico de drogas. Los oficiales de policía Ayhan (...)
y Semi (...), que trabajan en la columna vertebral de los cuerpos de seguridad
bajo la Dirección General de Seguridad, cooperan y protegen a este
grupo". Más adelante se mencionan los nombres de seis sujetos involucrados
en esa "unidad especial", mientras Catli se paseaba con una identificación
policial y un pasaporte verde, usando el seudónimo de "Mehmet Ozbay".
Es bien sabido que Catli fue el principal responsable detrás de
la estrangulación de siete militantes del Partido de los Trabajadores
Turco, que fue perpretada por el ülkücü, que fue sentenciado
a muerte y que por años fue buscado por la policía turca
y la Interpol, y que, sin embargo, era protegido por la policía.
La extensión de mi columna no me permite escribir sobre el resto
de los integrantes de la "unidad especial" ni sobre la lista de los escándalos
realizados por ellos, que al fin y al cabo no tenía ningún
sentido. Pero sinceramente, en ningún lugar del mundo se permitiría
que el Estado declinara su responsabilidad ante tal situación, de
hacerlo, se estaría materializando la destrucción de nuestro
Estado.