MENSAJE DE ABDULLAH OCALAN
PRESIDENTE DEL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES DE KURDISTÁN
A LA CONFERENCIA INTERNACIONAL POR LA PAZ EN TURQUÍA Y POR UN DIÁLOGO SOBRE LA CUESTIÓN KURDA

 
18 de abril de 1997. 
Aprovecho la ocasión para enviar un cordial saludo a los participantes de esta conferencia y deseo a los organizadores toda clase de éxitos en sus trabajos, seguro de que sus aportaciones contribuirán al debate sobre la Cuestión Kurda, un tema trágico y fundamental, la creciente necesidad de la paz y contra las permanentes violaciones de los Derechos Humanos en Turquía. 
Es evidente que la Cuestión Kurda yace en el centro de los temas que convocan el día de hoy. A pesar de que los kurdos somos el pueblo más antiguo que habita en la región, esta amarga ironía nos ha negado la existencia y nos ha condenado a ser un pueblo sin derechos políticos ni culturales, que enfrenta el peligro de ser borrado de la historia. La comunidad internacional ignora la salvaje represión perpretada contra mi pueblo, u observa silenciosa lo que sólo puede llamarse un genocidio y, en el mejor de los casos, manifiesta ocasionalmente su preocupación. El lacerante empobrecimiento de los kurdos y la falta de organización para levantar sus demandas, fueron sin duda factores determinantes en el pasado. A las derrotas ahogadas en la brutal represión contra la resistencia, particularmente en los primeros años de la República Turca, se sumaron los intentos por enterrar la Cuestión Kurda para siempre. Estos hechos constituyen los factores que conforman nuestra situación actual. 
A pesar de que los kurdos somos una nación de cerca de 40 millones situada en una región muy importante, las divisiones y la ausencia de oportunidades para desarrollar nuestra lengua y cultura, impidieron hacer oír nuestras demandas de manera organizada, coherente y unificada, como resultado del atraso al que hemos sido sometidos y a la política de asimilación de la República Turca. A lo largo de la historia, el Kurdistán ha sido invadido, cuando no ocupado. En la modernidad, los políticas basadas en la aniquilación nacional, han excedido los límites de la brutalidad de los clásicos métodos coloniales. 
El destacado intelectual turco Ismail Besikci, a quien guardamos un gran aprecio, afirma que el status del Kurdistán ni siquiera puede ser considerado como una colonia en el ámbito internacional, de ahí la dificultad de definir el status de nuestra nación. Ojalá que los académicos participantes en la conferencia puedan dar más luz sobre esta cuestión. 
En la actualidad nuestra lucha no tiene parangón con la lucha de ninguna otra nación. Nuestra realidad nacional, social e histórica, aunado al apoyo que las potencias han dado a la represión perpretada contra mi pueblo, han creado un impasse. No es una exageración decir que el pueblo kurdo encabeza a los pueblos oprimidos desde el punto de vista legal, cultural, lingüístico y por la represión y usurpación de que ha sido objeto. Cabe mencionar que los armenios y los asirios fueron las primeras víctimas de esta política represiva contra quienes se cometió un genocidio. Los kurdos somos el último escalón de esa política. Si no hubiéramos iniciado el movimiento de resistencia bajo el liderazgo del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) después del golpe de Estado del 12 de septiembre de 1980, el destino de los kurdos habría sido el mismo que el de los armenios y los asirios. Nuestra resistencia es la última oportunidad que tenemos para sobrevivir como pueblo. 
Desafortunadamente se han hecho múltiples comentarios sin fundamento respecto al PKK. Esperábamos más objetividad de los círculos occidentales en sus análisis, en particular de las acusaciones de "terrorismo" originadas en los Estados Unidos, que ha dado todo su apoyo a la política de terror de Estado en el Kurdistán, y que contribuye a ocultar el genocidio que se comete contra una nación. Por desgracia, Europa también da un apoyo considerable a nivel gubernamental. 
Estimados participantes: Los exhorto a evaluar el status del Kurdistán y a comprender lo que allí sucede. A los kurdos nos está prohibido expresar nuestra identidad, nos está proscrito el derecho a tener educación primaria en nuestra lengua materna. Los habitantes de poblados muy pobres, cuyas humildes chozas son todo lo que poseen, son sistemáticamente arrasados. Muchas personalidades kurdas han sido asesinadas por los cuerpos turcos antiguerrilla. Cualquier kurdo que se niegue a decir "soy turco y apoyo al régimen" es blanco de ataques. El hecho de que los gobiernos occidentales ignoren estas violaciones es en sí mismo un crimen, porque son crímenes que ni siquiera se cometieron en Vietnam u otra parte del mundo. 
El derecho que tiene el pueblo kurdo a vivir libremente en su propia tierra es una cuestión política en Turquía, no sólo es el tema de los derechos culturales de los kurdos. Por ello, es importante que examinen la realidad del Kurdistán y al PKK. La razón de ser del PKK es salvaguardar la existencia y la identidad del pueblo kurdo. 
¿Qué daño hemos hecho a los Estados Unidos o a cualquier otro gobierno occidental para recibir las constantes acusaciones contra nosotros desde hace tanto tiempo y que han servido de apoyo a la política de aniquilación? Son evidentes las masacres que se han cometido contra mi pueblo. Si detuviéramos nuestra resistencia, ¿no sería borrado de la historia el pueblo kurdo? ¿Realistamente podríamos asegurar que los kurdos y el Kurdistán continuarían existiendo? Si ustedes evalúan esta realidad objetivamente, aceptarán que nuestra resistencia es la última oportunidad que tenemos. Desafortunadamente debido a la influencia de la propaganda tendenciosa, la "no existencia" de la Cuestión Kurda se ha aceptado como una realidad. Nadie pide que alaben o hagan propaganda para el PKK. Sin embargo lo que es imperdonable es que se haga del PKK una víctima propiciatoria para negar la existencia de todo un pueblo, que se ignore el genocidio que se comete e, incluso, que se le apoye indirectamente. ¿Cuándo hemos rechazado alguna propuesta de paz hecha por alguno de esos países? 
En muchas ocasiones hemos planteado nuestras modestas demandas para que sea reconocida nuestra identidad y para que nos sean otorgados nuestros derechos culturales y libertades políticas dentro de las fronteras existentes. Aún más, nos hemos comprometido a no disparar una bala más si se cumplen estas demandas. Queremos aprovechar la oportunidad que nos da la conferencia para ratificar una vez más nuestras demandas y nuestro compromiso. Al mismo tiempo, confiando en su concepción tradicional de justicia y democracia, en el marco de las demandas planteadas, estamos dispuestos a acatar las resoluciones que emanen de la Conferencia. Éstas no son palabras vacías. Demandamos menos que los chechenos o los bosnios, incluso menos que los palestinos y, a pesar de ello, del lado opuesto sólo se habla de aniquilación. 
Para ilustrar la escalada de las operaciones militares, sería útil darles a conocer las últimas informaciones que hemos recibido de Dersim. Cerca de 10.000 tropas con un equipo completo de invierno, tomó el control de todos los puntos estratégicos para matar de hambre a un puñado de combatientes de la resistencia, asegurar sus posiciones y eliminarlos desde el aire con helicópteros. 
Diariamente las autoridades turcas declaran haber matado a 30, 40 ó 50 personas; esto da cuenta de los salvajes métodos utilizados en la guerra. Sin embargo, un ejército con tecnología punta a su disposición, que realiza bombardeos aéreos diariamente con el propósito de aniquilar masivamente, no es considerado como terrorista, sólo quienes tratamos de defendernos. ¡Es increíble! Todo lo que pedimos es que sea reconocida la identidad de nuestro pueblo, que le sean otorgados sus derechos y libertades. ¿Qué podría ser más natural? Sin embargo, se ha forzado a cerca de 3 millones de kurdos a salir de Kurdistán. Muchos de ellos se han ido a Europa. Hacer caso omiso de estos hechos o no entenderlos, es pretender tapar el sol con un dedo. 
Seguramente están enterados de que las bandas del crimen organizado en Turquía operan desde la estructura del gobierno, que tortura a nuestro pueblo cada día. Si un kurdo es acusado de dar apoyo a la resistencia, es detenido, aislado, atado a un vehículo y arrastrado por él, o es arrojado por uno de los helicópteros adquiridos en los Estados Unidos, quien dice "apoyar la lucha antiterrorista en Turquía" y sobre quien pesa la principal responsabilidad. Por ello, pregunto a los Estados Unidos: ¿Quién hace terrorismo? ¿Quién no considera la paz como una solución viable? Reexaminar estos hechos son un imperativo. Los intereses regionales no se pueden justificar ignorando el sufrimiento de todo un pueblo. Es un grave error ignorar el terrorismo de Estado, que se caracteriza por un salvajismo que nosotros conocemos muy bien a lo largo de nuestra historia, y que también afecta a la democracia en Turquía, convirtiéndola en un Estado de terror, sin paz ni democracia. Estoy seguro de que los académicos y escritores aquí presentes lo confirmarán. Prueba de ello, es el escándalo protagonizado por el ex-primer ministro y hoy viceministro, al darse a conocer que es quien dirige las bandas del crimen organizado. Los informes judiciales dan cuenta de cómo se han organizado las bandas criminales desde la oficina del ex-ministro del Interior Sr. Mehmet Agar, y de cómo se han involucrado en el narcotráfico europeo acusando maliciosamente y de manera premeditada al PKK. 
Estoy seguro de que ustedes son conscientes de la grave situación que enfrenta "la paz y la democracia en Turquía" en cuyo marco se desarrolla la Cuestión Kurda, y de que la situación en otras partes del Kurdistán en donde las unidades militares turcas se infiltran al sur del Kurdistán bajo la guisa de monitorear a las fuerzas de paz y que, por el contrario, han intensificado la guerra enfrentando a los kurdos contra los kurdos, es muy seria. 
En mi opinión es importante que la Conferencia tome la iniciativa de crear comités que organicen delegaciones que visiten el Kurdistán, y que las resoluciones y decisiones de la conferencia deriven en acciones concretas. Les invito a monitorear al PKK para asegurarse de la implantación de las resoluciones aquí surgidas. Creemos que si fuera posible establecer un cuerpo internacionalmente reconocido para dar seguimiento a estas resoluciones, podría explorar la manera de incorporar al PKK en su trabajo. Esto ofrecería una oportunidad para desarrollar la solidaridad y un diálogo con los kurdos en este momento tan sensible. Esperamos que en las decisiones que se aprueben, se tome en cuenta el desarrollo de los acontecimientos en toda la región. La cuestión de Turquía concierne a los Balcanes, al Medio Oriente y al Cáucaso. También concierne a los países europeos debido a la emigración masiva y al apoyo político y militar que los gobiernos europeos proporcionan a Turquía. Si tomamos en cuenta el reciente descubrimiento de los grupos organizados en el interior del gobierno y su intento de golpe en Azerbaijan, y la creciente interferencia en los asuntos internos de los Balcanes, será evidente que una solución pacífica a la Cuestión Kurda es la única forma de poner fin a tales interferencias, tanto como conquistar la democracia en Turquía y terminar con la migración a Europa. Por lo tanto estaría en el interés de todos considerar a la cuestión kurda como un interés colectivo. 
Dar seguimiento a estos hechos y mantener vivo nuestro interés es una tarea común. 
Con la certeza de que la Conferencia adoptará decisiones que contribuyan a la búsqueda de una solución para el Kurdistán, reitero nuestra disposición a colaborar si fuera necesario de manera directa. 
Una vez más, les envío mis mejores deseos de éxito y un caluroso saludo.
 
PARTIDO DE LOS TRABAJADORES DE KURDISTÁN
Abdullah Ocalan
Presidente