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2006-10-25 Izquierda unida
IU rechaza cualquier debate entre candidatos que excluyan a la coalición u otras formaciones políticas sin representación parlamentaria
Se opondrá a todo debate entre fuerzas políticas que excluya a IU y otras formaciones que, aunque no tengan representación parlamentaria, "sí tienen presencia en la vida política y electoral de Extremadura".
El coordinador regional de la coalición, Víctor Casco, ha acusado al PP
y el PSOE de apostar "por debates sesgados, excluyentes, por peleas de
gallo en el circo mediático", recordándoles que IU, como tercera fuerza
política de la región, "tiene mucho que decir y proponer".
A través de un comunicado, Casco ha lamentado que el candidato del PP a
la Presidencia de la Junta de Extremadura, Carlos Floriano, "olvide" que
hay 40.000 ciudadanos que no votaron ni a los populares ni a los
socialistas, en las pasadas elecciones autonómicas.
Junto con ello, el responsable de IU ha criticado que el PSOE opte por
generalizar los debates en las grandes ciudades "excluyendo" a Izquierda
Unida, pese a que tiene representación en los ayuntamientos de Badajoz y
Cáceres.
Debido a esta situación, Casco ha asegurado que se opondrá "a toda
forma" de debate entre fuerzas políticas que excluya a IU y a otras
formaciones políticas que, aunque no tengan representación
parlamentaria, "sí tienen presencia en la vida política y electoral de
Extremadura".
Así, el responsable de IU ha reiterado que "queremos debates para hablar
de programas, de ideas y de propuestas, debates plurales donde esté
representada la sociedad extremeña", acusando al PSOE y el PP de
escenificar una vez más "su apuesta por el bipartidismo", promoviendo
campañas electorales, con el fin de "de reducir las opciones políticas a
sus dos formaciones".
Y, Casco ha lamentado que el principal partido de la oposición demuestre
"que sólo tiene que ofrecer más caciquismo y clientelismo al caciquismo
y clientelismo que se practica desde la Junta de Extremadura", y que el
partido del gobierno "haga todos los esfuerzos posibles para no
someterse al debate público o, en todo caso, éste sólo tenga lugar entre
los dos partidos mayoritarios".
Campañas electorales, marketing y propaganda Víctor Casco Ruiz
Decía Aristóteles que la diferencia entre un historiador y un poeta es
que el historiador habla de lo que fue y de lo que es y el poeta de lo
que podría ser. En otras palabras: para pensar utopías los hombres y
mujeres tienen que tener algo de poetas.
Dicho este aserto, hoy en la política extremeña y nacional no abundan ni
utópicos ni poetas. Por no abundar no abundan ni políticos, en el
sentido griego que tenía esta palabra. Tenemos gestores de la
precariedad y de la explotación, amos de clase superior, dictadores de
la palabra, productos publicitarios, campañas andantes, inversiones de
multinacionales, constructoras y bancos y algún que otro despistao.
La política ha devenido en espectáculo mediático donde los programas,
las ideas y las propuestas se sustituyen por eslóganes vacíos de
contenido pero impactantes y una calculada y milimétrica campaña
electoral diseñada por empresas publicitarias que empiezan fabricando al
candidato y guiándole en todos sus pasos: cómo vestir, qué decir, dónde
tomarse las copas y - según sea su familia - si sacarla del armario o
tenerla encerrada en el mismo. Les pongo algunos ejemplos: Zapatero es
ZP, Floriano es Carlos 07, Vera la sonrisa profiden y el candidato del
PSC a la Generalitat , Montilla, no sabemos lo que es pero contrata a un
guionista de Buenafuente para que le escriba los discursos y le aconseje
los chistes del día. En este mundo, los partidos políticos ya no son
instrumentos que permiten a los ciudadanos y ciudadanas ejercer su
soberanía nacional pues los mensajes no tienen nada que ver con los
programas (de hecho, hay que intentar no realizar promesas pues con el
tiempo se piden resultados) y los militantes de base, que ya ni pegan
carteles, no intervienen a la hora de decidir qué hay que decir y cuáles
son las ideas fuerza.
Me aterra la política devenida en empresa, en mercado. La política era,
en su origen, el espacio ciudadano donde hombres y mujeres querían
hablar de su presente y de su futuro. La política no se reducía a un
selecto grupo minoritario, sino que era ejercida por las masas. En
política había utópicos, soñadores, inconformistas y revolucionarios… y
reaccionarios… pero había poetas que querían hablar de lo que podría
ser: una sociedad más igualitaria, más justa, más honesta. Frente a la
corrupción y el enriquecimiento, la sociedad del bienestar y el reparto
de la riqueza. Frente a la contaminación, el desarrollo sostenible.
Frente a la basura dialéctica, la cultura. Y contra los dueños del
mundo, la clase obrera.
En la vieja política EL PROGRAMA era lo importante. Lo importante no era
el gesto del candidato sino su credibilidad a la hora de poner en marcha
el programa que presentaban (él y el partido) a la ciudadanía.
Cuando los ciudadanos y ciudadanos se convierten en un ganado cuyo
ejercicio del voto los profesionales de la política se disputan en el
mercado de las elecciones, entonces la política ya no merece la pena.
Pasa de convertirse en un instrumento de poetas a un instrumento de
reacción, a un puntal para conservar lo peor de nuestro mundo y mantener
inalterados los resortes del poder.
Cierto que aún penamos por este mundo quienes reniegan de ese panorama y
todos los días se enfrentan al mundo de los partidos de políticos para
recuperar los partidos políticos. Un amigo mío me hacía notar hace poco
la diferencia sustancial entre partido de políticos y partido político y
de él tomo la expresión por lo acertada. Por cierto, que esta expresión
surgía para definir a ICV en Cataluña o para hablar del pentapartido (PP,
PSOE, CiU, Ezquerra e ICV) que disputándose el voto en las elecciones
hay algunos temas de calado en los que siempre están de acuerdo: el
papel de la burguesía catalana, la represión del movimiento okupa, la
expansión urbanística, la banca catalana…
Esa es la otra consecuencia de la política convertida en mercado: que
los grandes partidos políticos escenifican sus luchas pero comparten
unos mismos valores: ¿Es posible definir al Partido Socialista como una
formación anticapitalista? Desde luego que no. Para unos querrá cargarse
la España imperial (única y grande), para otros será la expresión de la
España federal y plural, pero por debajo de esa cuestión (cuya
importancia no niego: yo me sitúo en la segunda España) tanto el PP como
el PSOE apuestan decididamente por la economía de mercado, el
capitalismo y la exclusión de los trabajadores y trabajadoras a la hora
de tomar las decisiones en materia económica. Vean los ejemplos: con el
PP y el PSOE se crea más o menos empleo, pero siempre precario. Ambos
han apoyado y realizado todas las reformas laborales que mantienen
subyugada a la clase trabajadora y que benefician sistemáticamente los
intereses de la patronal, ambos dos pedían el voto para la Constitución
Europea y sus propuestas neoliberales y los dos están de acuerdo en el
tratamiento de la inmigración y los dos han aprobado el reglamento
contra la extranjería.
¿Por qué esta larga disertación sobre la política?. No la he hecho para
destacar la diferencia de IU frente a los partidos del pensamiento único
(lo cual sería una maniobra burda) o con ganas de polemizar con el PPOE,
sino porque hace poco leía a un columnista en este medio decirme que no
me ocupara de los problemas de los trabajadores de Alfonso Gallardo,
pues para eso están los sindicatos… Y es que esa es la última y la más
fatal de las consecuencias de la mercantilización de la política:
considerar que para ejercer la misma hay que profesionalizarse y que los
políticos deben hablar de todo, menos de los problemas de los
trabajadores y trabajadoras. Eso no está en el guión de las
multinacionales, los bancos y las empresas.
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