EL PAIS 18/12/98

Italia se desmarca del resto de Europa con sus duras críticas al ataque

              EL PAÍS, Madrid
              A Italia no le ha gustado nada el ataque contra Irak y no ha disimulado su descontento. El primer ministro Massimo D'Alema rechazó ayer el bombardeo y dijo que su objetivo es "devolver a Naciones Unidas el papel protagonista y revisar el doloroso y poco efectivo embargo económico a Irak".

              El Gobierno de París se mantuvo mientras en un terreno ambiguo, sin condenas ni denuncias formales del bombardeo a Irak, aunque el ataque contraviene la posición francesa de que cualquier intervención debe ser sometida al Consejo de Seguridad de la ONU.

              El presidente francés, Jacques Chirac, dijo ayer que "hay que pensar en la población iraquí porque está sufriendo", pero culpó de este ataque a Sadam Husein, al mismo tiempo que dudaba de su efectividad.

              "El ataque era inevitable y no justificado", dijo abundando en las  contradiccciones el primer ministro Lionel Jospin en Canadá. En contraste con esa actitud, la práctica totalidad de los partidos políticos y las organizaciones sindicales y sociales criticaron el ataque, informa desde París José Luis Barbería.

              Apoyo matizado

              El Gobierno de coalición rojiverde de Alemania respaldó ayer el ataque de Estados Unidos y el Reino Unido contra Irak, si bien no ofreció apoyo logístico a sus aliados, como hizo el democristiano Helmut Kohl en crisis similares.

              Los dirigentes verdes, por otra parte, evidenciaron reservas ante la acción militar por haber marginado al Consejo de Seguridad de la ONU.

              "La solidaridad con los aliados está fuera de cuestión", manifestó el canciller alemán Gerhard Schröder, quien justificó el ataque por la resistencia de Saddam Hussein a trabajar con los controladores de la ONU. El Gobierno federal "lamenta", que se hayan tenido que emplear medidas militares y espera que "puedan concluir lo antes posible", informa desde Bonn Pilar Bonet.