Promesas

Así comenzó el tercer acto de esta tragedia social para los superexplotados de Venezuela, que Chávez convirtió en una comedia de enredo representada en el escenario político de las instituciones "democráticas" de ese país. Contagiando a las masas de un optimismo arrollador respecto de las posibilidades humanitarias del sistema capitalista venezolano y en la seguridad de ser los protagonistas principales de un proceso que prometió transformar a la nación más que cualquier suceso desde la independencia del país, los chavistas se propusieron destruir el poder que el pacto de "Punto Fijo" confirió a los partidos políticos tradicionales y a la burocracia sindical, contraponiéndole una democracia participativa en la que incluyó al estamento castrense. Una democracia esencialmente basada en la unidad entre pueblo y ejército, línea política maestra que dejó dibujada en varios discursos suyos, como el de mayo de 1999, durante el acto de inauguración del puerto fluvial de Nutria en cuya construcción habían participado efectivos de las FF.AA(6):

<<La inauguración, la activación de este puerto fluvial, donde los soldados de la marina, junto a los soldados del Ejército y de la Guardia Nacional se están asentando junto al pueblo, asì como estamos viendo aquí hoy a los soldados de las Fuerzas Armadas junto a su pueblo, a los hombres y las mujeres, debajo de este sol, debajo de esta tierra, encima de este suelo, al frente de estas aguas, Ejército, Marina, Guardia Nacional, Fuerza Aérea, junto al pueblo; juntos Fuerzas armadas y pueblo haremos la revolución bolivariana. Y lo que está ocurriendo aquí, en este comando fluvial de Puerto Nutria es un ejemplo de ello. Aquí están los campesinos, los pescadores, las maestras, los estudiantes, las madres cuidadoras, los artesanos, los pequeños productores, los trabajadores petroleros.>> (Luis Chávez Frías. 22/05/999)

Pero Chávez no sólo intentó romper con el concepto puramente cívico de la democracia vigente, sino que descalifica a la cohorte de historiadores oficiales que desprecian la etapa heroica de los "grandes forjadores de la historia", a quienes ahora asimilan con el totalitarismo "intolerante" y tratan peyorativamente de "caudillos" o de "hombres fuertes". En un libro de entrevistas titulado "Habla el comandante" (The Commander Speaks), Chávez afirma:

<< Los caudillos pueden haber sido necesarios para incorporar a nuestra gente a las luchas históricas. Yo creo que nos han vendido un modelo democrático burgués importado: el de la eliminación de nuestros líderes>>. (Op. Cit.)

Siguiendo este criterio, Chávez encaró la campaña electoral atacando propagandísticamente la pobreza y la corrupción en sus dos frentes de actuación: el externo, prometiendo -como hemos dicho ya- declarar la moratoria de la deuda externa (a la que denunció por "escandalosa e ilegal") y defender el patrimonio nacional; el interno, comprometiéndose a incentivar el aparato productivo del país y eliminar la corrupción política.

En primer lugar, prometió poner a la Asamblea Nacional como poder supremo de la Nación, por encima de los tres poderes de la democracia formal burguesa. Esto último se explica porque tal vez en ninguna otra parte el carácter oligárquico de los poderes del Estado haya venido siendo más acusado que en Venezuela, donde el contubernio entre los dos partidos que se habían venido alternando en las funciones de gobierno para burlar la voluntad popular expresada en las urnas, era ejercido con el mayor cinismo y desenfado. Chávez impugnó la Constitución Nacional de 1961 por privilegiar a los partidos políticos, cuyos representantes en el Congreso tenían poderes que iban desde la nominación de jueces hasta la aprobación de promociones militares.

Las críticas de Chávez contra el proceso democrático abierto tras la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958, no se limitaban a descalificar a políticos corruptos como Carlos Andrés Pérez. Su crítica era de carácter institucional, orgánica. Chávez proponía un modelo de organización política de la sociedad adecuada al concepto de "democracia participativa", al ejercicio directo del poder por la ciudadanía al interior del Estado. En el libro "El A,B,C de la Asamblea Constituyente", el chavista Fabián Chacón ha dejado escrito que respecto del sistema político representativo burgués tradicional, el propuesto por el "Movimiento bolivariano" que alumbró el golpe de 1992, "supone una diferencia como la que hay entre el día y la noche".

Para ello, los chavistas prometieron "transformar por completo" los poderes de la nación, promulgando leyes que ordenaran la elección de los jueces por voto popular, un régimen legislativo descentralizado, y la eliminación de atribuciones legislativas y ejecutivas a los gobiernos provinciales, para que sean asumidas directamente por los ciudadanos a través las asambleas municipales. Esta idea de la "democracia participativa" inspirada en el movimiento antiglobalización del Foro Social Mundial contra la Pobreza, fue convertida en el principal pilar de la política exterior del Estado Venezolano desde 1999, en principio presentada a debate como alternativa a la democracia representativa(7). Sobre este asunto nos hemos extendido críticamente en http://www.nodo50.org/gpm/globaliz/04.htm, de modo que ahora lo vamos a dejar aquí.

Madrid, junio de 2002

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  1. Además de su función específica de seguir empeñadas en la "seguridad nacional", según lo dispone el "Plan Bolívar 2000" pasó a ser también competencia de las FF.AA. dedicarse a tareas productivas, asistenciales y de mantenimiento, tales como construir carreteras, desarrollar planes médico-hospitalarios, barrer las calles o pintar escuelas. volver
  2. A iniciativa del gobierno venezolano, la tercera sesión plenaria de la OEA celebrada el 08/06/99 aprobó la realización de una jornada de análisis y reflexión sobre "democracia participativa", que se llevó a cabo en San José de Costa Rica el 10/04/00, logrando que el concepto de "democracia participativa" se incluyera en el proyecto de Carta Democrática Interamericana que prepararon las delegaciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) para el XXXI Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de esa organización regional. Celebrada en San José de Costa Rica, del 3 al 5 de junio de 2001. En esa reunión, Jorge Valero, representante venezolano ante la OEA se encargó de esta misión que ha pasado a ser "un punto de honor para el presidente Chávez y su equipo de política exterior". Pero este honor pasó por el aro de la conveniencia, porque esta vez el gobierno venezolano declinó presentar el concepto en oposición al de democracia representativa. El embajador Valero debió insistir en que la democracia participativa no significa menospreciar la democracia representativa, aceptando que son conceptos e ideas complementarias, algo más parecido a lo que estaba sucediendo en el país. Esta moderación fue clave para que la propuesta venezolana fuera aceptada dentro de la OEA. volver