8) Socialización objetiva del trabajo, expropiación
y socialización
Para acordar en lo que acabamos de decir, es necesario contestar correctamente a la siguiente pregunta: ¿Qué es y en qué consiste la socialización objetiva del trabajo? Es el resultado del más alto grado de desarrollo alcanzado por las fuerzas sociales productivas bajo el capitalismo, y consiste en una interdependencia técnica creciente entre distintos y cada vez más diversos procesos del trabajo social al interior de una misma estructura productiva o enpresa. En el sector de la inyección de plástico al que corresponden las fábricas de envases en ese material, por ejemplo, se verifica la centralización y división del trabajo entre miles de asalariados en una misma unidad productiva, para la fabricación de la gama más completa posible de mercancías en esa rama de la producción social, incluida la materia prima intermedia. En los orígenes del capitalismo, la dispersión y multiplicidad de los propietarios del capital, determinó que esos múltiples procesos discurrieran aislados los unos de los otros, a cargo de otros tantos productores privados, y que, por tanto, su interdependencia (la de los procesos de trabajo) no fuera técnica sino social —la llamada división social del trabajo—, vinculandose económica y no técnicamente sólo a través del mercado.
Pero en la medida en que por efecto de esta interdependencia económico-social-mercantil se fue centralizando en cada vez menos propietarios a instancia de la competencia, nacieron los grandes complejos industriales de tipo oligopólico, donde los distintos procesos de producción se integran no ya a través del mercado, sino con absoluta independencia de él, de modo que lo que hasta entonces había venido siendo una interdependencia social, pasa a ser una interdependencia técnica. En el siglo XIV, esta interdependencia técnica —la llamada división manufacturera del trabajo— sólo afectaba a unos cientos de personas de la población media en un país de Europa o Asia, mientras que hoy compromete a cientos de millones. La inevitabilidad del socialismo está signada por la realidad actual de este hecho incontrovertible.
Según progresa el desarrollo de la fuerza productiva del trabajo en la industria bajo el capitalismo, el incremento de capital acumulado llega a un punto en que provoca un cambio cualitativo en su organización, determinando que la competencia pura muta en competencia oligopólica. La consecuencia es que el mercado deja oaulatinamente de determinar la producción en parcelas crecientes del proceso global de trabajo social, que así pasan cada vez más a estar en función de la organización planificada de la producción predominante en un número creciente de grandes empresas. Cuanto mayor es el aumento de la masa de capital en funciones —en cada gran empresa multinacional y en el registro global de la sociedad—, mayor es la escala y el volumen de la producción de los diversos productos resultantes de la planificación en el seno de una sola gran empresa. Con la aparición del capitalismo monopolista, por tanto, el plan de producción se extiende y pasa a swer aplicado a las distintas fábricas que antes producían independientemente la unas de las otras, que hoy han pasado al dominio de esos conglomerados oligopólicos propietarios de esas empresas, donde se centralizan tanto las decisiones de inversión como el modo técnico de producir en cada una de ellas, proceso del cual resulta la cantidad y calidad de los productos a fabricar, según un plan de producción empresarial globa. En la época de las sociedades multinacionales, el plan se se ejecuta a escala internacional y afecta en el terreno jurídico y técnico a numerosas y diversas empresas propiedad del conglomerado que compromete a distintas ramas de la producción social en distintos países.
La consecuencia
a largo plazo de este proceso en el capitalismo tardío, es una reducción
drástica del trabajo social asignado por el mercado capitalista en
relación a la creciente asignación directa de recursos por las grandes
empresas. La causa de este cambio radica, como acabamos de explicar,
en la lógica interna del capitalismo, en su dinámica propia de acumulación,
competencia y aceleración de la unidad y centralización de los capitales incluso
a escala internacional. Por ejemplo: cuando
Obviamente,
grandes empresas multinacionales, que, independientemente las unas
de las otras planifican su producción en gran escala, fabrican
y compiten entre sí para vender sus productos terminados a consumidores finales,
como
A nadie mínimamente
informado sobre la historia de
<<En
teoría, hemos mantenido siempre que, tras haber conquistado el poder, el proletariado
debería tolerar la existencia de estas empresas (privadas) al lado
de las empresas estatales, debido a que sean tecnológicamente menos avanzadas
o menos adaptadas a la centralización.>> (L.D. Trotsky: "Informe
sobre
En síntesis, que es necesario distinguir entre la estrategia revolucionaria antes y después de la toma del poder y, para juzgar lo actuado por los bolcheviques, tener en cuenta para cada momento las exigencias políticas determinadas por las condiciones objetivas específicas a transformar. En el proceso revolucionario previo a la toma del poder, cuando el proletariado lucha por constituirse en clase dominante de la sociedad, ante todo debe garantizar su independencia de acción a instancias del partido y no supeditar los objetivos políticos revolucionarios de esa acción a los de la pequeñoburguesía, rechazando toda alianza estratégica con ella. En todo caso, debe tratar de arrastrar a estos sectores mediante su lucha decidida por un programa de gobierno que garantice su emancipación respecto del gran capital, preparando al mismo tiempo las condiciones para que en el futuro más próximo posible, poner a la sociedad ante una situación económica que les induzca a dar el paso hacia su emancipación humana respecto de la propiedad privada capitalista.
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[20]
Hacia 1921, la producción industrial había descendido hasta menos de un
tercio de la de 1913. Si tomamos como índice
[21]
<<Durante el "comunismo
de guerra", Lenin es, de hecho, el dirigente bolchevique que sigue
viendo más claramente (aunque siendo ganado a veces por las ilusiones
de la época), que las medidas adoptadas tienen un carácter excepcional,
están dictadas por la guerra. Por el contrario, otros, como Trotsky,
Bujarin o Preobrazenski --aparentemente seguidos por numerosos cuadros
y militantes--, ven en esas medidas un "paso directo al comunismo">>
(Ch. Bettelheim: "Las luchas de clases en