7.-Política de la IIIª Internacional en Alemania y lucha de clases en la URSS: De la táctica parlamentaria a la conspiración revolucionaria

Para comprender la función que los bolcheviques cumplieron con la IIIª Internacional desde su fundación hasta principios de 1921, es necesario volver al interior del territorio soviético y poner un momento la lupa sobre la lucha de clases en la Rusia soviética desde el final de la guerra civil. A raíz de la continuación de las requisas de cereal a los campesinos para el abastecimiento de las ciudades, se había venido incubando en la sociedad soviética una crisis social de magnitud. Mientras duró la guerra civil, los campesinos apoyaron la los revolucionarios para librarse de la opresión zarista y de la explotación de los terratenientes y usureros. Pero una vez desaparecida esa amenaza, se volvieron contra la política comunista de los bolcheviques. Todo el tiempo que la Comintern empleó para implementar la política del PCURS en el movimiento obrero del Occidente capitalista, los campesinos rusos se dedicaron a resistir la política del gobierno central, organizando destacamentos de guerrillas, ocupando ciudades y enfrentándose a los regimientos del Ejército Rojo. Entre las rebeliones más importantes cabe citar la de S. Antonov, un antiguo social-revolucionario y oficial del Ejército que, al frente de sus bandas de campesinos armados se hizo fuerte en algunas zonas de la región de Tambov. Como resultado de esta insurrección, Lenin se vio obligado a recibir a una delegación de campesinos y a ordenar el cese de las requisas forzosas. Esta creciente oposición al gobierno alcanzó su máximo grado de explosividad social a principios de 1921. El 20 de febrero estalló una huelga general en Petrogrado que continuó con la sublevación de la flota del Báltico anclada en Kronstadt, brutalmente reprimida. En Rusia imperaba la indignación general y una atroz penuria material en las ciudades a consecuencia de la rebelión campesina.

En medio de semejante marasmo, Lenin dio instrucciones a Rakosi -dirigente húngaro cooptado para funciones dentro de la Comintern- para que persuadiera al VKPD de la necesidad de provocar un levantamiento armado en Alemania para evitar que los imperialistas pudieran verse tentados de reiniciar su política de hostigamiento a la revolución rusa. De esta directiva no parece que haya quedado testimonio escrito, pero se infiere de una carta que dirigió Paul Levi a Lenin el 27 de marzo de 1921 donde le dice lo siguiente:

<<El contenido de las conversaciones mantenidas por el camarada Rakosy conmigo y con Clara Zetkin, de las que ella me informó inmediatamente, fue el siguiente: Rusia se halla en una situación extremadamente dificil. Es absolutamente necesario que Rusia sea aliviada por medio de movimientos (revolucionarios) en el hemisferio occidental, y por este motivo, el Partido Comunista alemán debe entrar en acción inmediatamente. El VKPD cuenta actualmente con 500.000 afiliados, y con esta cifra pueden movilizarse 1.500.000 proletarios, cantidad que bastaría para derribar al gobierno>> (Paul Levi: Zwischnen Spartakus und Socialdemokratie" Pp. 37-38. Frankfort-Viena, 1969. Citado por H.Saña Op.cit. Cap.2 punto IV)

Esta insurrección, concebida y ejecutada al mejor estilo blanquista, pasó a la historia del movimiento obrero como "la acción de marzo". Como se verá, en el fracaso de esta "revolución por arriba" ha tenido parte de responsablidad la izquierda comunista agrupada en el KAPD. Aquí hay que decir que, al calor de los acontecimientos en Rusia, había nacido la "oposición obrera". La crisis al interior del partido bolchevique se saldó con el triunfo de los leninistas en el X Congreso que coincidió con el aplastamiento de los movimientos contestatarios en marzo de 1921. Con anterioridad, durante el período en que el desenlace de la situación parecía incierto, dentro de la IC hizo su aparición la tendencia leninista formada por Bela Kun, Gurlasky y Pogany, que la derecha del VKPD apodó "Turkestany".

En ese momento, la situación internacional de Alemania era muy inestable. Las tropas francesas de ocupación se habían apoderado de Duseldorf con el pretexto de que el gobierno alemán se negaba a satisfacer determinadas reparaciones de guerra acordadas en Versalles. El gobierno nacional se encontraba al mismo tiempo en conflicto con el gobierno de Baviera a causa del desarme de los "cuerpos francos". En la Alta silesia se habían producido además choques callejeros entre alemanes y polacos con motivo del inminente plebiscito popular. Esta situación era obviamente favorable a una revolución. Pero en lo esencial las condiciones desaconsejaban toda acción en este sentido. La mayor parte de los trabajadores no estaban por la labor. Numéricamente, las fuerzas comunistas no bastaban ya para desencadenar con éxito un levantamiento. La proporción de los comunistas en los sindicatos era de uno a quince.

Reunida la comisión central del VKPD el 17 de marzo, la mayoría llegó a la conclusión de que había llegado el momento de realizar el levantamiento. El 18 de marzo, la "Rothe Fahne" órgano central del KPD llamó a la huelga general revolucionaria y al armamento del proletariado, proclamando que "Todo trabajador debe burlarse de la ley y procurarse un arma allí donde la encuentre". Desde 1918 numerosos contingentes obreros siguieron estando en disposición de hacerlo con armas que mantenían ocultas. La acción se limitó a las regiones de Halle y Mansfeld, últimos bastiones revolucionarios tras el aplastamiento de la insurrección en el Rhur. La acción se difundió desde la minas de cobre de Mansfeld y las ultramodernas fábricas químicas de Leuma.

Una vez iniciados los combates, el KAPD se sumó a ellos con todo entusiasmo. Sin embargo, a pesar de ser un bastión de la izquierda, entre los obreros de Leuma prevaleció el criterio de no ir más allá de la huelga, estimando que la situación en la región no permitía intentar con posibilidades de éxito ninguna insurreción. Este punto de vista fue compartido por los militantes del KAPD en la zona, quienes, aislados no se sabe por qué razón de su dirección berlinesa, ignoraban que el partido había decidido participar de la aventura. Tampoco se entiende cómo el KAPD no se dio cuenta de que el VKPD actuaba en función de los intereses de Moscú a través de la I.C.

El día 22, los responsables políticos de la insurrección se trasladaron a Halle y trataron de convencer a los comandos de la región de llevar a cabo atentados con dinamita, secuestros ficticios de conocidos jefes comunistas y otras medidas tendentes a aumentar el nivel de combatividad de las masas, pero experimentaron un rotundo fracaso. El 23, Hamburgo fue escenario de un gran mitin de obreros en paro y posterior manifestación que acabó en un enfrentamiento entre huelguistas y no huelguistas. Fue esta la única ciudad en que los obreros intentaron sublevarse. Salvo aquí y en las mencionadas regiones de Halle y Mansfeld, el resto del país permaneció en calma. Un rotundo fracaso.

Pasados los hechos, Bela Kun, la cara visible de este "Putsch", fue violentamente censurado por la dirección bolchevique y su folleto: "La teoría de la ofensiva", retirado de la circulación por orden de Lenin. Por su parte, Paul Levi escribió un informe responsabilizando de la acción a los delegados de la Comintern y a la dirección del Partido comunista alemán, atribuyendo al Comité Ejecutivo de la Internacional la costumbre de delegar oficiosamente la toma de decisiones en individuos poco fiables, para luego poder eludir oficialmente responsabilidades a la hora de los fracasos. En su informe, Levi se preguntó cómo llegó a producirse esta acción, y contestó:

<<El primer impulso para esta acción no surgió del partido alemán...No sabemos quien es responsable de ello. No era la primera vez que los delegados del Comité ejecutivo (de la Internacional comunista) rebasaban sus atribuciones y que posteriormente quedaba de manifiesto que carecían de plenos poderes para esto o para aquello. No estamos, pues, en condiciones de hacer responsable al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, aun cuando no debe ser ocultado que en los círculos de la Ejecutiva existía cierto descontento sobre la "inactividad" del partido. Se produjo, pues, una fuerte presión sobre la Central para entrar en acción ahora, enseguida y a toda costa (...) Las cosas adquieren un cariz funesto cuando son enviados representantes que no ofrecen garantías ni siquiera en el plano humano. (...) El método de delegar en individuos irresponsables que, más tarde, según se considere necesario, son desmentidos o desautorizados, es ciertamente muy cómodo; pero aunque esté santificado por una gran tradición, es funesto para la IIIª Internacional>> (P. Levi: op.cit. Pp. 63)

Tres días después de aparecido este informe, Levi fue expulsado del KPD y días más tarde del Comité Ejecutivo de la Comintern, que le calificó de "renegado" y "detractor". En julio de ese mismo año, conversando con Clara Zetkin acerca de la inminente apertura del tercer congreso de la Internacional, Lenin hizo algunas alusiones irónicas a Bela Kun y acabó dando a entender el infundio de que la acción de marzo no ha tenido nada que ver con la política que llevó al triunfo de la revolución rusa:

<<Esté usted tranquila; en el Congreso, los árboles de la "teoría ofensiva" no llegarán al cielo. (...) ¿Creéis que hemos hecho la revolución sin haber sacado enseñanzas de ella? Y nosotros queremos que vosotros también aprendáis ¿Es esto en realidad una teoría? Ni pensarlo, es una ilusión, es romanticismo; sí, nada más que romanticismo. De ahí que fuese practicada en el "país de los pensadores y poetas", con ayuda de mi querido Bela Kun, que pertenece también a una nación poéticamente dotada y se cree obligado a estar siempre a la izquierda de la izquierda. (...) En todo caso, de la revolución rusa se puede aprender más que de la "acción de marzo" alemana.>> (Clara Zetkin: "Erinnerungen an Lenin" Pp. 32. Citado por H.Saña Op.cit. cap. II)

En "El izquierdismo enfermedad infantil del comunismo" Lenin escribió:

<<La actitud de un partido político ante sus errores es uno de los criterios más importantes y más seguros para juzgar de la seriedad de ese partido y del cumplimiento efectivo de sus deberes para con su clase y para con las masas trabajadoras. Reconocer abiertamente un error, poner al desnudo sus causas, analizar la situación que lo ha engendrado y discutir atentamente los medios de corregirlo; eso es lo que caracteriza a un partido serio; en eso consiste el cumplimiento de su deber; eso es educar e instruir a la clase y, después, a las masas.>> (V.I. Lenin: op.cit. VII)

De esto acusó Lenin en abril de 1920 a los comunistas de izquierda holandeses y alemanes. Pero no se aplicó el cuento a sí mismo ni al resto del comité ejecutivo de la Internacional. En realidad, la "acción de marzo" ha sido un genuino producto de la táctica revolucionaria empleada en Rusia que los bolcheviques trasladaron mecánicamente al Occidente capitalista, algo que Lenin nunca reconoció. Tampoco reconoció que las condiciones políticas que inspiraron en Bela Kun la "Teoría de la ofensiva" nada tuvieron que ver con la lucha de clases en Alemania, y que el vergonzoso comportamiento del KPD y del VKPD durante la "acción de marzo", estuvo en gran medida predeterminado por la táctica de la Comintern basada en "El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo", cuyo valor teórico en tanto guía para la acción revolucionaria en las sociedades capitalistas modernas se ha venido demostrando por completo contraproducente. En tal sentido es que nos ha parecido necesario y oportuno contribuir desde aquí a difundir un texto de Hermann Gorter, no casualmente ignorado por la mayoría de jóvenes -y no tan jóvenes- militantes honesta y desprejuiciadamente interesados en las cuestiones teóricas e históricas del movimiento obrero internacional.

De todas formas, es necesario volver a insistir en que la utilización del parlamento que Lenin justificó en 1920 no tiene nada que ver con lo que hacen organizaciones asimiladas a la socialdemocracia clásica, como es el caso del P.C.E. al convertir instituciones del Estado burgués -como el parlamento- en el hogar de su política, algo que Lenin recusó categóricamente en su polémica con Kautsky, a quien desde 1914 mantuvo en el mayor de sus desprecios. Si hemos decidido aludir al concepto de "parlamentarismo revolucionario" en el contexto histórico de los dos primeros congresos de la IC, fijando posición contra Lenin y a favor de la izquierda comunista europea de entonces, es para dejar claro que adscribimos al materialismo histórico y por eso procuramos ejercitar desprejuiciadamente la memoria para someternos a la prueba de la práctica, con lo cual se puede caer en errores de interpretación histórica, pero no a instalarse cómodamente en el equívoco a que conduce el pensamiento dogmático. Tampoco tenemos ni queremos tener nada que ver con las ideas y la práctica del socialismo premarxista del anarcosindicalismo, y en lo que llevamos dicho hasta aquí demostramos que no hay razón alguna como para que se nos acuse de adscribir a cualquier concepción política anterior a Marx.

Para acabar de contestar a este punto de tus observaciones, decir que la caída electoral de IU por su derecha el 13 de junio último, en modo alguno puede entenderse como un triunfo de la clase obrera sino al contrario. Tampoco favorece las expectativas de la militancia que utiliza al partido para hacer carrera dentro del Estado. Ahora, desde el punto de vista de la finalidad por la que el P.C.E. pasó a ocupar el lugar previsto en las estructuras del Estado bajo la forma política de la monarquía parlamentaria, este retroceso electoral expresa la necesidad de que esa formación evite escorarse demasiado a la derecha, cuidando no perder el perfil político y la franja electoral que los poderes fácticos le asignaron para superar el postfranquismo y consolidar la "democracia". Desde este punto de vista, el más decisivo en sentido histórico para la salud del sistema burgués en España, lo preocupante no es que el P.C.E. pierda eventualmente influencia por su derecha, sino que la llegue a perder por su izquierda. Tal es su función histórica como partido obrero estatalizado. Si somos honestos y tenemos respeto por la verdad, ni tu ni nosotros deberíamos abrigar motivos para pensar que esta polémica suponga perder el tiempo.

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