Pinochet, la Corona británica y el negocio de las armas

     Según el periodistra chileno Dauno Tortoro, el general de división del ejército británico, Alan Sherman, reconoció ante una corresponsal del diario mexicano "Excelsior" , que en octubre del año pasado, el ex dictador había viajado a Londres al frente de una misión militar con el conocimiento y apoyo del gobierno chileno, para ultimar los detalles de un importante negocio de armamentos con empresas británicas, como la Royal Ordnance y la British Aerospace.

No era su primer viaje ni tampoco el primer negocio de esta naturaleza en que participó. Los gastos militares chilenos son cuantiosos y superiores a los niveles promedio de América Latina. Eso convierte a Chile en un cliente apetitoso dentro de un mercado plagado de comisionistas, intermediarios y agentes con influencia, que determinan las adquisiciones de armamento.

     El gasto militar de Chile es una abultada cifra que se obtiene, al sumar las cantidades que año tras año gastan de manera directa las Fuerzas Armadas y los organismos y empresas públicas asociadas a ellas: FAMAE, ASMAR, ENAER, Dirección General de Movilización Nacional, Instituto Geográfico Militar, Instituto Hidrográfico de la Armada, Dirección General de la Aeronáutica Civil y Servicio Aerofotogramétrico.

Los fondos provienen de dos fuentes: la Ley de Presupuesto de la Nación (fondos fiscales) y las Leyes Reservadas (aporte forzado de la empresa minera estatal Codelco). Ambas fuentes están predeterminadas en sus montos por cuerpos legales creados o modificados por la dictadura militar. Una vez que las Fuerzas Armadas reciben los activos determinados por las distintas fuentes de financiamiento del sector defensa, esos dineros son destinados a cubrir las necesidades de dos grandes rubros, conocidos en ese medio como "gastos operacionales" e "inversión en  equipamiento bélico". El primer ámbito es cubierto por el aporte fiscal directo, y el segundo por las Leyes Reservadas. Pero, ¿quién determina el destino de los fondos asignados en el presupuesto a las Fuerzas Armadas? Las propias instituciones de la defensa nacional. Como ya hemos dicho más arriba éste ha sido uno de los condicionamientos que la dictadura liderada por el general Pinochet impuso a los partidos de la llamada Concertación Nacional para iniciar la transición a la "democracia en Chile.

     El peso de la industria bélica en el planeta lo demuestra, entre otros factores, la cantidad de personas vinculadas: más de 18 millones de obreros y técnicos trabajan en industrias de esta naturaleza, que, a su vez, contratan a cerca de 800.000 científicos. El impulso dado por la dictadura chilena a la industria militar, permitió que a principios de la década de los 80, Chile se convirtiera en el primer exportador de armas del subcontinente latinoamericano hacia países del Tercer Mundo, aunque muy por detrás de los líderes mundiales en este negocio.

     Fábricas y Maestranzas del Ejército (FAMAE), organismo técnicamente independiente de la orgánica institucional pero que, en la práctica, es una dependencia subordinada a ésta, mantiene y desarrolla contratos de coproducción  con empresas privadas de Gran Bretaña, Suiza, China, Malaya y España, con las que comparte, entre otras, licencias de producción de material, destacándose la fabricación de fusiles SIG y de carros blindados Mowag (uno de los tres  productores mundiales de la versión Piraña 6x6 y 8x8, junto a Suiza y Estados Unidos).

 Dentro de los proyectos más ambiciosos de FAMAE está la coproducción del cohete Rayo con la Royal Ordnance de Inglaterra, destinado desde el presente año a unidades del Ejército de Chile y de otras fuerzas armadas, así como el reacondicionamiento de transportes blindados, transformados en unidades todo terreno, con capacidad para convertirse alternativamente en vehículos de transporte de tropas, carros artillados, centrales de comunicaciones, plataformas de defensa antiaérea y lanzamisiles.

Poco antes de hacer entrega formal del mando de la Nación a Patricio Allwyn, Pinochet planteó a la Concertación que el cumplimiento de las metas de desarrollo y modernización de las Fuerzas Armadas requería una estrecha colaboración tripartita: las propias Fuerzas Armadas, la empresa privada, y las autoridades   gubernamentales. Los gobiernos concertacionistas han aceptado esta proposición y se han comprometido en ello. Desde entonces, el Estado chileno ha hecho importantes esfuerzos tendentes a buscar clientes en el extranjero, así como socios para la coproducción del material bélico, y ha promovido tales manufacturas a nivel de sus relaciones internacionales. De este modo, segúin reporta Tortoro, se han suscrito numerosos acuerdos y negociado patentes, estrechando vínculos con empresas extranjeras entre las que destacan las suizas SIG, Mowag, y Oerlikon; las francesas GIAT, Creusot Loire, Thomson Brandt, la inglesa Royal Ordnance y la belga Cockerill Mechanical.

Durante los ocho años de transición, la prensa nacionañ e internacional ha informado de numerosos viajes de mandos militares chilenos acompañados por funcionarios del Ministerio de Defensa de ese país para traficar en los mercados mundiales de armas.
Estos viajes y contactos con la industria militar mundial apuntan a importantes adquisiciones de material bélico en aquellas áreas en que Chile no cuenta con capacidad para fabricar sus propias armas (tanques, aviones, barcos, helicópteros, submarinos). Los planes más ambiciosos conocidos de modernización de armamentos del Ejército incluyen la compra (ya negociada), de unos 130 tanques del tipo Leopard-1 A1/A1, varias decenas de los cuales ya han llegado. La Fuerza Aérea, por su parte, ha recibido veinticinco aviones Mirage M-5M Elkan, por un valor informado de ochenta millones de dólares, dos aviones de transporte (un Beechraft 200 turbohélice, y un birreactor Gulfstream III), un avión tanquero Boeing 707, el primero de una serie de cazabombarderos Mirage duales, el primero de tres F-5 encargados, y el primero de veinticuatro Casa-101. La FACH se encuentra, además, en proceso de estudio y análisis para definir qué aviones comprar para reemplazar quince a veinte aviones A-37 antes del año 2000, con un presupuesto de quinientos millones de dólares (la duda está entre el F-16, el F-18, el Mirage 2000-V, o el JAS 39 Gripen de Suecia, que tiene un costo unitario de cuarenta millones de dólares).

En este mismo contexto, la Armada está involucrada en los proyectos de adquisiciones militares más ambiciosos y caros de los últimos treinta años. El más impresionante es la compra, por 438.500.000 dólares, de dos submarinos del  consorcio franco-español Direction des Constructions Navales-Astilleros Bazán. Estos planes de modernización y adquisiciones cuentan con el respaldo de las autoridades civiles, que no sólo han dado su beneplácito y han acompañado a las misiones militares hasta los mercados internacionales, sino que también han hecho argumentaciones para justificar los gastos. Para el ex ministro de Defensa del presidente Frei, y actual embajador en Argentina, Edmundo Pérez Yoma, la modernización de la fuerza militar chilena es una necesidad de mediano y largo   plazo, por cuanto se espera que al finalizar el siglo Chile esté exportando productos manufacturados y materias primas por unos 30.000 millones de dólares, "lo que obliga a una política disuasiva que sea complemento fundamental de la política exterior, y ello significa reaccionar con toda la tecnología que se pueda obtener según los recursos de los que se dispone (...) lo que implica (contar con) mayor capacidad bélica, productiva, administrativa y política".

Junto con la droga y en muchos casos emparentado con élla, el comercio de armamentos es uno de los más importantes y lucrativos mercados de sustitución en tiempos de crisis, donde se gestan fabulosas fortunas de oscuros profesionales del contrabando y el blanqueo de dinero negro, hábiles ademas en la práctica del soborno y el cohecho entre las más altas dignidades políticas de los Estados compradores. Según Rogelio García Lupo, periodista argentino especializado en temas de defensa, estos eran los saludables y patrióticos ambientes que parece haber estado compartiendo el general Pinochet, cuando fue detenido en Londres el 16 de octubre de 1998. Esta noticia fue confirmada más tarde por boca del general británico Alan Sherman, director general de la Asociación de Industriales Británicos de la Defensa., quien declaró que Pinochet "buscaba cobrar su comisión por la adquisición de tres barcos ingleses para la Armada de Chile". Según García Lupo, la gestión que Pinochet realizaba en Londres, "se traducía en gastos por 443 millones de dólares, con una comisión personal para el exdictador de 4.43 millones de dólares".

Otra operación que Pinochet estubo atendiendo en Londres, fue la compra a la British Aerospace de 16 aviones de combate por 600 millones de dólares (84.000 millones de pesetas). A través de R. García Lupo hemos podido saber también 3 cosas mas:

  1. que Pinochet viajó a Londres invitado por la British, cuyo principal accionista es la Familia Real británica;
  2. que descendió del avión en el recinto reservado de esa compañía en el aeropuerto de Heathrow, y
  3. que la Aerospace abonará las cuentas de las clínicas y abogados al servicio personal de Pinochet y  que también le liquidará el porcentaje de la comisión correspondiente por su gestión en el negociado común.

También hemos sabido por intermedio de este investigador, que fue Pinochet quien aconsejó a British Aerospace que comprara el 35% de la industria militar Grippen, de Suecia. Los suecos compiten con los británicos en este rubro del mercado chileno:

<<La entrada en Grippen permitirá a los británicos no quedar fuera del mercado chileno aun cuando la compañía de Suecia se adjudique la operación. También fue Pinochet quien promovió en 1997 la formación de la compañía Famae-Ordnance Ltd., entre la estatal chilena Fábricas y Maestranzas del Ejército y la británica Royal Ordnance, con el propósito de comercializar materiales de guerra en todo el mundo, como el misil Rayo>>. (Ibíd)
 

García Lupo, confirma que bajo el actual gobierno, Pinochet conserva la facultad de eligir el material de guerra con total autonomía, así como de negociar el precio y las condiciones de venta. Esta libertad para contratar se explica porque los fondos para la guerra son recaudados a partir de la exportación de cobre, la principal fuente de divisas de Chile, tal como queda establecido por ley:

<<El papel de Pinochet en los negocios de armas es esencial porque reúne en sus manos el respaldo de los mandos y la aprobación final del Senado chileno, puesto que preside la Comisión de Defensa de la Cámara alta. Los planes de Pinochet se   echaron a perder con su arresto.>> 6(R. García Lupo: "Acoso al dictador chileno")

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