Epílogo

Este nuevo conflicto armado en Irak, comenzó cuando estábamos en plena tarea polémica de responder al último trabajo del "Buró Internacional por el Partido revolucionario", a raíz de la situación abierta en Argentina con los sucesos del 20 de diciembre de 2001. No nos pareció necesario suspender esa tarea para salir oportuna y puntualmente con nuestra posición sobre los actuales acontecimientos en Irak. En tanto no han cambiado las condiciones fundamentales, es la misma que la de Yugoslavia en 1996, o la de Afganistán en 2001, conflictos sobre los que ya nos ocupamos en su momento: Cfr::  http://www.nodo50.org/gpm/yugoslavia/07.htm y http://www.nodo50.org/gpm/guerra2001/09.htm.

Además, somos una pequeñísima organización de propaganda con nula posibilidad de contribuir a incidir sensiblemente sobre la opinión pública imperante acerca de nada. Nuestro trabajo no puede ni pretende tener ahora semejante capacidad y alcance. Seríamos unos oportunistas de cuidado. La nuestra es una labor hoy compartida por muy pocos grupos afines, que pretendemos obtener frutos políticos de magnitud social, en un plazo que, tal vez, se pueda medir por lustros.

Cuando comenzó la primera guerra mundial en setiembre de 1914, los bolcheviques eran un partido ya constituido con centenares de miles de miembros activos y capaces. Sin embargo, no pudieron torcer la voluntad política de campesinos y proletarios rusos, inducidos por la burguesía imperialista en favor de ir a la guerra en "defensa de la patria"[13]. Aquella fue una guerra entre países imperialistas por el reparto de las zonas del globo restantes. Y también, como en ésta, fue una guerra ilegal. Alemania entró en guerra invadiendo Bélgica violando las normas establecidas sobre países neutrales.

En ese momento, entre la vanguardia revolucionaria se discutía si el movimiento obrero debía seguir respetando la legalidad burguesa. Citando la obra de Kautsky, "weg zur Macht" ("El Camino hacia el poder"). Lenin acordaba en que la sociedad mundial había entrado en una fase que nada tenía de similar con el desarrollo gradual y pacífico anterior. Y sacaba la conclusión de que el proletariado debía poner la legalidad burguesa entre paréntesis, adaptarse a las nuevas condiciones de la lucha de clases y responder a la burguesía en el mismo terreno, empezando por modificar sus propias formas de organización. Criticando a quienes seguían manteniendo el legalismo a cualquier precio, decía:

<<La legalidad es, desde luego, algo sumamente valioso, y no en vano decía Engels: "¡Señores burgueses, sean ustedes los primeros en violar su propia legalidad". Es posible que lo que ahora ocurre sirva de enseñanza a los socialdemócratas alemanes, pues el gobierno, que alardeó siempre de su respeto por la legalidad, la ha violado en toda la línea sin turbarse.>> (V.I. Lenin: "Informe sobre el tema: El proletariado y la guerra" 14/10/914)

Pues bien, los burgueses de EE.UU., Gran Bretaña y España, han dado un mal ejemplo. Toleraron, más que tolerar, consintieron y hasta han aplaudido, que sus respectivos gobiernos violen su propia legalidad, la que hasta ahora, al menos en apariencia, habían venido cumpliendo. ¿Por qué los asalariados de esos países debemos seguir respetándola?. ¿Por qué a partir de ese momento debemos seguir pidiendo permiso para manifestarnos y limitar el itinerario de nuestras manifestaciones al que nos obligan las autoridades? Si ellos se han ido a matar gente a Irak para repartirse el botín de guerra en beneficio de una minoría opulenta, por qué los asalariados norteamericanos, británicos y españoles, debemos seguir siendo "tolerantes" con esos genocidas y delincuentes internacionales? ¿Por qué debemos seguir siendo sumisos con lo que nos dicen qué debemos y qué no debemos hacer frente a la ilegalidad internacional genocida que cometieron, los mismos que nos reprimen en nombre de su "legalidad" nacional cada vez que manifestamos nuestra voluntad política por distintas razones legítimas que ellos no cumplen?

Repetimos, esta no fue, no es una política de gobierno, de una parte de la burguesía; fue y sigue siendo una política de Estado, que concierne a la burguesía en su conjunto, al menos, a los grandes poderes económicos fácticos, que todos los partidos políticos no pueden sino acatar, aunque protesten manifestando la “ética de sus respectivas ideas” de cara a la galería y con vistas a ser alternativa efectiva de gobierno a través de las urnas. Como en otras tantas cuestiones, las más importantes, las actitudes "pacifistas" y "legalistas" de los partidos de oposición, son eso, meros gestos políticos formales de cara a los electores como parte del juego comicial parlamentario, y del precio a pagar por los partidos en ejercicio “responsable” del gobierno. Todos ellos ya lo saben y aceptan las leyes de ese “engañabobos" que es la “democracia”. Por tanto, para evitar otra guerra no se trata de "castigar" electoralmente a los partidos Republicano, Laborista y Popular, en EE.UU., Gran Bretaña y España respectivamente, pensando que “nunca más”. Del mismo modo que tampoco se trata de reclamar la paz. Estas son ingenuidades políticas en las que muchos asalariados no deberíamos recaer. Porque si gobernaran otros partidos hubieran procedido de igual forma[14]. Así está montada la "democracia".

 Finalmente, a pesar de los déficits de conciencia y combatividad anticapitalista que -a nuestro juicio- arrastra el movimiento desde la caída del muro de Berlín, notamos un sensible progreso en su actitud contestataria y disposición de espíritu, sin duda estimulado por las torpes iniciativas del sector menos inteligente de la burguesía mundial, hoy a cargo del gobierno de un país con la fuerza económica y militar más poderosa de la tierra. Es probable que, de mantenerse esta dinámica, en pocos años pueda cambiar la correlación de fuerzas políticas a favor del proletariado mundial, y podamos decir, otra vez, que la juventud no está con ellos, razón demás para trabajar con renovado entusiasmo por la unificación de nuestra vanguardia política en torno a los principios del materialismo histórico y la memoria de la lucha de clases.  

                 

GPM, abril de 2003.

 

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[13] Rusia fue a la guerra con el pretexto de haber sido invadida por el imperio austro-húngaro, pero en realidad se comprometió en ese conflicto por sus ambiciones territoriales en disputa sobre Manchuria,  Turquía y Persia.

[14] Así lo dijo varias veces a la prensa el Secretario general del Partido Popular, Javier Arenas, refiriéndose al PSOE.