¿Lucha contra el capital financiero internacional
o contra el capital social global?

¿Por qué no se habla y se educa a los asalariados adherentes al "Foro Social Mundial" sobre este aspecto fundamental de la democracia, señalando las limitaciones y las falencias que, a este respecto presenta la gestión de los "vecinos" en la ciudad brasileña de Porto Alegre? ¿Por qué nadie habla en esos ámbitos de la necesidad de llevar hasta sus últimas consecuencias la lógica democrática comprendida en este tipo de experiencia de poder que, en el limitado nivel expuesto aquí evita el fraude fiscal y la corrupción política, pero encierra potencialmente la posibilidad real de acabar con las crisis económicas capitalistas y las guerras interburguesas? ¿Por qué se propone con carácter de aplicación perentoria el control de los Estados burgueses sobre el flujo internacional del capital financiero, y ni siquiera se plantea el control obrero sobre la gestión de las empresas en la sociedad civil y los concursos de obras y servicios en la comunidad política entera?(5)

Se comprende que dirigentes de formaciones políticas como el PT del señor Lula, y movimientos como el de los antiglobalizadores, no quieran adentrarse en semejantes honduras de la espeleología política respondiendo a estas preguntas y huyan de ellas como de la peste. Porque, para ellos, hablar de estas cosas es como mencionar la soga en casa del ahorcado. Tan comprometidos como están, hasta el tuétano con la sociedad capitalista, saben que esta forma de gestión democrática real que resumimos aquí, tiende a desbaratar todo el tinglado político formal en que participan. Es que sin ese montaje político-institucional que la partidocracia burguesa presenta como el "non plus ultra" del vínculo entre sociedad civil y comunidad política, a los capitalistas en su conjunto se les acaba el "chollo" de vivir a expensas del trabajo ajeno, y a los políticos profesionales el de vivir del cuento al servicio de los burgueses. El "otro mundo posible" del movimiento antiglobalización promovido por intelectuales orgánicos y políticos profesionales del reformismo, sólo está en la hipocresía social cómplice que rezuma el "Foro Social Mundial" por todos los poros. Y el caso es que con su discurso, los señores Katz y Silva se inscriben consciente o inconscientemente en este tinglado farisaico y mentiroso, con el cual nosotros no tenemos nada en común, sino al contrario.

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  1. Dado que la corrupción política está determinada por la penetración de la sociedad civil en la comunidad política y por la mercantilización de las relaciones entre los burgueses como sujetos de derecho privado y los burócratas presuntos representantes del derecho público estatal, cuanto mayor es la magnitud de valor presupuestario que se juega en estas relaciones, más oneroso y virulento es el cáncer de la corrupción política. Esto es lo que pasa a nivel de las administraciones centrales de los Estados burgueses en todo el mundo, donde la corrupción es inducida por los oligopolios. De este modo se hace patente y patético que, a estas alturas de la acumulación de capital, este cáncer ha hecho metástasis en el cuerpo político de esta sociedad hasta matarlo, dando pábulo a otro monstruo todavía más decadente: el capitalismo monopolista de Estado. volver

abril 2002